Las enfermedades neurodegenerativas se inician de forma silenciosa décadas antes de producir algún síntoma que provoque la pérdida de capacidades en la persona. En la actualidad existen 1.200.000 personas afectados por alguna demencia en España.
Con el objetivo de reducir el riesgo de padecer demencia, la Confederación Española de Alzheimer (CEAFA) recuerda la importancia de llevar un estilo de vida saludable a lo largo de toda la vida, y controlar los factores de riesgo para reducir los casos de demencia.
“Aunque algunos de los factores de riesgo, como la genética o la edad, están fuera de nuestro control, la prevención es útil en todas las fases de la enfermedad, por ello, es necesario poner en valor que llevar una dieta saludable, realizar ejercicio y actividad mental son factores que permiten mejorar la función cerebral y frenar el deterioro cognitivo”, destacan desde CEAFA.
En este sentido, se ha elaborado un listado de once hábitos saludables para prevenir la demencia:
Estilo de vida saludable. Una dieta rica en vegetales, frutas y cereales integrales aportará la cantidad necesaria de antioxidantes para contrarrestar el efecto que los radicales libres tienen sobre las neuronas y el proceso general de envejecimiento. Asimismo, los ácidos grasos Omega-3, presentes en diferentes tipos de pescado cumplen con una función protectora frente a la demencia.
Realizar actividad física. El ejercicio y la actividad física ayudan a mejorar la función cognitiva. Caminar una media hora diaria a paso rápido es suficiente para cumplir este objetivo, aun cuando se empiece a hacer a edades avanzadas.
Las afecciones orales pueden desencadenar la aparición de Alzheimer
Dormir. El descanso es una parte fundamental del sistema neurológico. El sueño es necesario para que el sistema nervioso funcione de forma apropiada, ya que favorece las conexiones neuronales.
La actividad intelectual: Aumenta la conectividad cerebral, de este modo, es importante estimular el cerebro a través de diferentes métodos como la lectura, la resolución de pasatiempos, hacer puzles, los juegos de mesa, escuchar música o cualquier otro ejercicio mental que ayude a aumentar las conexiones neuronales y fortalecer las neuronas, lo que mejora la función cognitiva y frena su posible deterioro con el paso de los años.
No fumar. El tabaquismo es uno de los factores que incrementa notablemente la posibilidad de sufrir deterioro cognitivo. La exposición regular al humo de personas fumadoras también aumenta el riesgo de enfermedad del corazón.
Moderar el consumo de alcohol. Del mismo modo, es recomendable evitar el consumo de alcohol.
Relaciones Sociales. Para el mantenimiento de las funciones cerebrales es importante tener una importante actividad social, pues se ha demostrado que las personas mayores que más socializan tienen un menor deterioro cognitivo y, por tanto, un menor riesgo de sufrir demencia.
Automedicarse. Supone riesgos para la salud que en la mayoría de los casos son desconocidos.
La salud mental. Mediatiza las relaciones con el entorno, la percepción de la valía personal y la capacidad de autocuidado.
Salud bucodental. Las afecciones orales pueden desencadenar la aparición de Alzheimer.
Chequeos médicos para personas con demencia. Pueden ser una medida preventiva para encontrar problemas de salud antes de que se desarrollen.