“La mujer tiene una clara mayor prevalencia de padecer dolor crónico”. Así lo afirma el doctor Antonio Collado Cruz, portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER), especialista del Servicio de Reumatología del Hospital Universitari Clínic de Barcelona y miembro fundador de la Plataforma Mujer y Dolor. No es el único especialista que realiza esta afirmación. También diversos estudios indican una clara predisposición de las mujeres a sufrir determinadas patologías reumatológicas.
Ellas sufren una mayor carga de enfermedades como el dolor lumbar, las cefaleas y otros trastornos musculoesqueléticos, a diferencia de los hombres, según el estudio GBD de 2021. De manera general, “dos terceras partes de las personas que sufren dolor crónico son mujeres”, indica el portavoz de la SER en una entrevista a este medio. “Esto es así, en parte, porque existe una mayor presencia en la mujer de algunas enfermedades crónicas que cursan con dolor, como son las enfermedades musculoesqueléticas”, añade.
“El dolor crónico asociado al raquis o columna vertebral es dos veces más prevalente en mujeres”
Tal y como menciona el doctor, por ejemplo, la artritis reumatoide es más frecuente en mujeres, que suponen el 61,5% de las pacientes; o la artrosis sintomática, que afecta en su mayoría a este género. También otros dolores, indica el Dr. Collado Cruz, como “el dolor crónico asociado al raquis o columna vertebral que es dos veces más prevalente en mujeres”. Y no son las únicas patologías. A estas afecciones se suma una larga lista de enfermedades que afectan en su mayoría a este sexo.
Pero, ¿qué hay detrás de esta prevalencia? En los últimos años se ha afirmado que no solo existen más factores predisponentes en las mujeres, sino que también hay mecanismos neurobiológicos involucrados en esta prevalencia. Así lo indica el doctor: “Las últimas investigaciones nos muestran que los mecanismos neurobiológicos para el desarrollo y control del dolor son diferentes en la mujer, que utiliza estructuras y vías cerebrales diferenciadas. Pero más interesante es que también las hembras y las mujeres utilizan vías y mecanismos neuroinflamatorios en el desarrollo del dolor, impulsados desde las enfermedades musculoesqueléticas y neurológicas, claramente diferenciados”.
“Históricamente, las mujeres en estudios clínicos humanos y las hembras en estudios básicos en animales, han estado hasta hace muy poco tiempo infrarrepresentadas"
Además, no solo son más propensas a padecer estas dolencias. Las mujeres también están infrarrepresentadas en la investigación y el tratamiento del dolor crónico. “Históricamente, las mujeres en estudios clínicos humanos y las hembras en estudios básicos en animales han estado hasta hace muy poco tiempo infrarrepresentadas en la investigación clínica y básica”, destaca el experto. De hecho, hasta hace escasos años, los ensayos para nuevos fármacos solo se habían realizado en hombres. “Probablemente se ha hecho bajo el concepto erróneo de que lo que sirve para los machos/hombres es aplicable a las hembras/mujeres, aunque es bastante evidente que somos biológicamente diferentes en muchísimos aspectos y no solo exclusivamente a nivel reproductivo”, matiza el Dr. Collado.
No obstante, esta situación sí ha cambiado. Ha sido en los últimos cinco años, como indica el especialista de la SER, en los que “las leyes internacionales han cambiado y obligado a alcanzar una paridad en todos los ensayos clínicos básicos y clínicos, o publicar resultados en función del sexo”.
AÚN QUEDA CAMINO POR RECORRER
Pese a estas mejoras, la realidad es evidente, como también lo es que aún queda mucho camino por recorrer. Según un reciente estudio de The Lancet, “cuando las mujeres buscan atención médica, es menos probable que reciban tratamiento o tengan que esperar más tiempo para recibirlo”. A esta afirmación, el especialista responde: “Las mujeres tienen un mayor tiempo de derivación a la atención especializada para hacer frente a un diagnóstico y tratamiento adecuado, que es superior a 5 años en algunos diagnósticos, frente a hombres”.
“Estamos en un proceso de despertar la realidad sobre estas diferencias dentro de la comunidad científica, y trasladarla a los profesionales y pacientes”
Tanto en la atención que reciben las mujeres como en el abordaje del dolor crónico queda mucho por hacer. El doctor asegura que las mejoras que se han producido “todavía no son suficientes”. “Estamos en un proceso de despertar la realidad sobre estas diferencias dentro de la comunidad científica, y trasladarla a los profesionales y pacientes”, asevera.
Asimismo, el experto propone la necesidad de adaptar el tratamiento del dolor crónico a las diferencias entre hombres y mujeres, así como a las diferentes respuestas que pueden tener a los medicamentos, “conociendo que el abordaje de los mecanismos emocionales y sus memorias son importantes en el control e impacto del dolor crónico especialmente en la mujer, y la necesidad de reforzar estructuras multidisciplinares dentro de una asistencia especializada, llámese Reumatología o Unidades de Tratamiento del Dolor”, concluye.