Existen pocos momentos más felices en la vida de unos padres que el regreso al hogar con su recién nacido. Y es que tras pasar unos días repletos de emociones en el área de Maternidad de su centro hospitalario, la familia vuelve a casa con un nuevo miembro entre los brazos. El bebé, con apenas horas vida, se convierte en el componente de la vivienda más indefenso y expuesto frente a los agentes patógenos.
Hay que tener cuidado con los bebés porque, además de que aún son incapaces de sonarse, prácticamente solo saben respirar por las cavidades nasales
Entre las defensas naturales que genera nuestro organismo ante los ataques externos destaca la mucosidad, una sustancia que impide que los gérmenes lleguen a las vías respiratorias altas y las infecten. En el caso de los más pequeños del hogar, estas secreciones son tan abundantes y frecuentes que pueden llegar a dificultar su respiración, lo que deriva en una alteración del sueño, el apetito, la actividad diaria o el estado de ánimo. Así mismo, hay que tener especial cuidado con los bebés porque, además de que aún son incapaces de sonarse, prácticamente solo saben respirar por la nariz.
Para entender el porqué del proceso, debemos acudir a la estructura anatómica de los niños. El motivo es que los recién nacidos tienen las cavidades nasales más estrechas y su epiglotis se sitúa en una posición alta, muy cercana al paladar blando, lo que favorece que la respiración se realice por la nariz en lugar de tomar el aire por la boca. Esta característica facilita al lactante simultanear la succión de la leche materna y respirar al mismo tiempo.
LA HIGIENE NASAL DEL BEBÉ, DETERMINANTE
Con el objetivo de que los más pequeños efectúen de forma adecuada funciones vitales como respirar, comer o dormir, es determinante realizar una correcta limpieza nasal. Uno de los mejores hábitos para lograr esta higiene es el uso diario de spray de microdifusión de solución de agua de mar. Por ejemplo, la utilización del producto Sterimar Bebé mantiene la óptima humedad de las fosas nasales, ayuda a respirar mejor y permite que el niño no padezca las molestas consecuencias de la congestión.
El proceso de aplicación es sencillo. Tan solo se debe recostar al bebé en posición lateral o sentarlo con la cabeza ligeramente inclinada hacia un lado y, acto seguido, efectuar un par de pulverizaciones del spray en cada fosa nasal. Junto a ello, es crucial que el producto rocíe de forma suave, puesto que una pulverización muy potente puede desencadenar una otitis al desplazar la mucosa hacia el oído.
Los expertos recomiendan que se utilice también un aspirador nasal para eliminar el exceso de moco de las cavidades de los niños. Lo idóneo es que esta limpieza se realice antes de las tomas, con lo que se logra que el pequeño se alimente sin problemas; o antes de dormir, lo que permitirá que el recién nacido descanse y evite las molestias.
FOMENTAR LA HUMEDAD EN EL HOGAR
Los especialistas explican que la habitación de los bebés debe tener entre un 30% y un 50% de humedad
La mayoría de estos aparatos disponen de un interruptor que permite regular la intensidad del vapor. Con este sistema se evita que la pulverización vaya directamente a la zona de descanso del niño. Así mismo, el tabaco, los productos de limpieza con olores demasiado fuertes o los ambientadores químicos están totalmente desaconsejados si queremos preservar la salud respiratoria del más pequeño del hogar.
Porque salud necesitamos todos... ConSalud.es