Todavía no hay cifras oficiales, pero tanto hospitales como unidades especializadas o las propias asociaciones han registrado desde el fin del confinamiento un aumento significativo, en algunos casos de casi el doble, de pacientes con trastornos de conducta alimentaria, quienes además presentan una mayor gravedad clínica. El mayor tiempo de exposición a las tecnologías y redes sociales durante el confinamiento y el impacto de la pandemia en la salud mental, especialmente de los adolescentes, son algunas de las razones que explican este incremento que la Fundación Fita señala en un 20%.
“La insatisfacción con la imagen personal y el deseo de cambiarla suele ser uno de los síntomas que muestran estos trastornos alimentarios, sin embargo, se trata de problemáticas cuyo origen es multifactorial (emocional, personal, familiar, sociocultural, etc.) y presentan numerosas causas subyacentes que hacen que su intervención sea compleja y no se limite solo al síntoma detectado”, explica Raquel Velasco, psicóloga de BluaU de Sanitas.
En España, según datos de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), existe una prevalencia de entre el 4,1% y el 6,4% en las jóvenes de 12 a 21 años y tiene un claro perfil femenino: 9 de cada 10 personas que padecen estos trastornos son mujeres. En los últimos meses estos problemas de salud mental han aumentado, y en cada persona tiene un origen distinto. “De forma general, los trastornos de conducta alimentaria suelen estar relacionados con muchas variables distintas, entre ellas, encontramos, características personales del individuo, capacidad de regulación emocional, autoconcepto, entorno familiar y social. Por ello, encontramos que para que el tratamiento sea eficaz necesitaremos manejar muchos de esos factores subyacentes”, matiza la especialista.
"Las redes sociales actúan como un factor de precipitación y de riesgo importante para la aparición de estos problemas", señala Velasco
Las redes sociales o los cánones actuales de belleza no son las principales causas, pero sí que alientan, en cierta manera, la proliferación de estos trastornos, en particular, entre los jóvenes que muestran especial vulnerabilidad. “Aunque anteriormente se comenta que detrás de estos trastornos de conducta alimentaria, hay otros factores de los que no se habla tanto que pueden jugar un papel muy importante, es cierto que, las redes sociales actúan como un factor de precipitación y de riesgo importante para la aparición de estos problemas. Sobre todo, en la etapa de la adolescencia, en la cual, nuestros adolescentes están muy centrados en buscar la aceptación y admiración de su grupo de iguales. De esa manera, intentarán imitar los cánones de belleza irreales que marcan tendencia en las redes.", afirma la psicóloga de bluaU de Sanitas.
Y aunque la restricción de comida o recurrir al vómito como es el caso de la anorexia y la bulimia respectivamente son los casos de TCA más conocidos, también consituye un trastorno la vigorexia (necesidad de ganar grasa magra y una distorisión de la imagen corportal) o la ortorexia (una obsesión por la comida sana que interfiere en su vida diaria). "Debemos estar vigilantes con respecto a la influencia e impacto de las redes sociales ya que pueden ser detonantes de ciertos comportamientos problemáticos de salud mental y generadores de una relación negativa con el deporte, con la comida y nuestro cuerpo”, señala Raquel Velasco. Este tipo de conductas y trastornos tienen, además, efectos muy negativos sobre la salud digestiva que pueden abarcar desde cambios hormonales o afecciones intestinales hasta la desnutrición e incluso la muerte en los casos más severos.
“Reducir la ingesta de alimentos por debajo de las necesidades calóricas y nutricionales puede llevar a alteraciones metabólicas que impiden al organismo funcionar correctamente y al desarrollo de enfermedades digestivas, renales o cardíacas. De igual manera, eliminar ciertos alimentos de la dieta puede llegar a modificar la microbiota intestinal, generar intolerancias y dar lugar a enfermedades crónicas de difícil control”, advierte la Dra. Cecilia Sanz García, médica especialista en Aparato Digestivo del Hospital Universitario Sanitas La Moraleja. “El intestino pierde la capacidad de digestión y absorción de alimentos si no se efectúan ingestas regulares adecuadas. También se altera el movimiento intestinal produciendo alteración en la consistencia y frecuen