¿Cómo afectan a la salud los incendios forestales que están arrasando Los Ángeles?

El humo de estos incendios puede afectar a la salud causando afecciones cardíacas, respiratorias o problemas en mujeres embarazadas

Incendios de Los Ángeles que afectan a la salud. (Foto: Europa Press)
Incendios de Los Ángeles que afectan a la salud. (Foto: Europa Press)
Itziar Pintado
10 enero 2025 | 10:05 h

Los incendios forestales que actualmente arrasan Los Ángeles han generado una densa capa de humo que afecta no solo a la ciudad, sino también a las áreas circundantes. Por este motivo, el aire está cargado de gases nocivos y partículas que representan riesgos para la salud pública. Además, se espera que el humo de los incendios forestales persista no solo en el sur de California, sino también en otras regiones del mundo que atraviesan situaciones similares. Según los expertos, “el humo de los incendios forestales es más tóxico que la contaminación atmosférica normal” y puede permanecer en el aire durante semanas, viajando a cientos de kilómetros.

El humo no solo contiene partículas de material biológico, sino que también incluye productos químicos, metales, plásticos y otros materiales sintéticos provenientes de ciudades, vehículos y edificios quemados. Estos componentes tóxicos elevan considerablemente los riesgos para la salud. Kent Pinkerton, codirector del Centro de Salud y Medio Ambiente de la Universidad de California en Davis, asegura que “una determinada cantidad de humo de incendios forestales provoca más inflamación y daño tisular que la misma cantidad de contaminación del aire”.

El humo de los incendios forestales aumenta el riesgo de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, paros cardíacos y visitas a emergencias por afecciones respiratorias

Los estudios científicos han vinculado el humo de incendios forestales con un incremento en ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares, paros cardíacos y visitas a emergencias por afecciones respiratorias. Además, se ha observado un debilitamiento de las defensas en el sistema inmunológico. En Maryland, por ejemplo, el aumento en enfermedades cardíacas y pulmonares en 2023 estuvo asociado con el humo proveniente de incendios en Canadá, a más de 3.000 kilómetros de distancia. En casos más prolongados, como el incendio de la mina Hazelwood en Australia en 2014, se documentó que las enfermedades cardíacas se mantuvieron elevadas durante dos años y medio, y las respiratorias, hasta cinco años después.

La exposición durante el embarazo también conlleva serios riesgos. Un estudio en California reveló que el humo de incendios forestales está relacionado con pérdida de embarazos, bajo peso al nacer y partos prematuros. Además, se identificó daño celular en placentas durante el primer y segundo trimestre de gestación. A largo plazo, quienes viven cerca de áreas propensas a incendios forestales presentan un mayor riesgo de desarrollar cáncer. Investigadores canadienses informaron que quienes vivieron a menos de 50 kilómetros de incendios en la última década tienen un 4.9% más de probabilidad de padecer cáncer de pulmón y un 10% más de riesgo de tumores cerebrales.

Los efectos del humo también incluyen problemas neurológicos y cognitivos. Tras el Camp Fire en California en 2018, se detectaron cambios en la actividad cerebral y la cognición de los afectados entre seis y doce meses después. Esto podría estar relacionado no solo con la exposición al humo, sino también con el estrés y el trauma que generan los incendios. Asimismo, se observó un aumento de infecciones por hongos en los meses posteriores, probablemente debido a esporas transportadas en el humo. Joan Casey, investigadora de la Universidad de Washington, afirma que “incluso unos pocos días con mucho humo de incendios forestales, con un índice de calidad del aire superior a 200, podrían traducirse en un mayor riesgo de demencia”.

“Es más probable que la exposición repetida cause enfermedades, pero es difícil hacer predicciones"

Sin embargo, aún existen interrogantes sin resolver. Los incendios forestales, probablemente intensificados por el cambio climático, significan que las personas estarán expuestas con mayor frecuencia. Keith Bein, del Centro de Salud y Medio Ambiente de UC Davis, explica que “es más probable que la exposición repetida cause enfermedades, pero es difícil hacer predicciones porque es difícil decir a cuántos incendios estarán expuestas las personas, durante cuánto tiempo arderán o qué contendrá el humo”. Además, los investigadores están evaluando los efectos a largo plazo en los suministros de agua, cultivos y ganado, así como los impactos en el desarrollo neurológico infantil y si el humo amplifica los efectos de olas de calor extremas.

Los expertos sugieren medidas preventivas para mitigar los riesgos. Limitar las actividades al aire libre y usar mascarillas son algunas recomendaciones clave. Además, la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. ofrece un curso con estrategias para reducir la exposición tanto en interiores como en exteriores. Estas acciones son especialmente importantes para grupos vulnerables como los ancianos, niños pequeños y personas con enfermedades respiratorias.

Doug Brugge, presidente del Departamento de Ciencias de la Salud Pública de la Facultad de Medicina de UConn, insiste en la gravedad de la situación: “El humo de los incendios forestales puede ser mortal. Las personas deberían reducir su exposición, especialmente si pertenecen a una población vulnerable”.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.