El caso Nadia Nerea, abierto desde diciembre de 2016, parece que llegará a su fin en las próximas horas. Sus padres, Fernando Blanco y Margarita Garau, se enfrentan a una condena de 6 años de cárcel por presuntamente haber estafado 1,1 millones de euros en donativos que tenían como objetivo salvar la vida de su hija.
Los dos acusados llevaron a cabo durante años una campaña de recaudación de fondos para intentar salvar la vida de su fija, enferma terminal. Habían llegado incluso a crear una asociación en las Islas Baleares. Sin embargo, a finales de 2016 salta a los medios de comunicación la noticia de que todo ha sido una estafa. A pesar de que la niña está enferma de verdad, los síntomas y el diagnóstico en el que se escudaban sus padres era falso.
La enfermedad de la menor no es terminal como aseguraban sus padres
La menor padece tricotiodistrofia, una patología que está lejos de ser terminal como aseguraban los acusados. Entre los síntomas más comunes se encuentran problemas en el crecimiento, déficit intelectual, anomalías en las uñas, fragilidad en el cabello, fotosensibilidad y cierto envejecimiento prematuro.
Para poder llevar a cabo la estafa se dedicaron durante años a salir en los medios de comunicación a la par que transmitían mensajes a través de las redes sociales en los que aseguraban que sin las donaciones el tratamiento de Nadia no era posible. A través de mensajes de este tipo llegaron a engañar a decenas de personajes públicos como Rafa Nadal, Marc Márquez, la periodista Ana Pastor, Alejandro Sánz o Pau Donés.
Las mentiras de Blanco no acaban ahí y llegó a contar que él también estaba muy enfermo. Afirmaba padecer cáncer de páncreas con metástasis en el hígado aunque no se sometía a tratamiento para poder dedicar todo su esfuerzo y dedicación a su hija. La clínica Teknon de Barcelona, donde supuestamente había sido diagnosticado, llego a asegurar que no tenía conocimientos de su enfermedad.