Cuando hablamos de enfermedad inflamatoria intestinal (EII) hacemos referencia a patologías caracterizadas por una inflamación crónica del tracto gastrointestinal. En concreto son la enfermedad de Crohn (EC) y la colitis ulcerosa (CU) las dos patologías que forman este grupo. Unas enfermedades con un gran impacto en el sistema sanitario y en quienes las padecen, y que celebran su Día Mundial cada 19 de mayo.
Estas patologías están incrementando su presencia, especialmente entre la población más joven entre los 11 y los 14 años, aunque no se puede hablar de una prevalencia estimada. “El que los niños por encima de los 14-15 años pasen a la atención de la medicina del adulto no ayuda a poder tener una visión global de los casos que se diagnostican, sobre todos en los adolescentes entre 15 y 18 años”, explica en una entrevista a ConSalud.es el presidente de la Sociedad Española de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (SEGHNP), Javier Martín de Carpi.
"Lo que está claro es que el diagnóstico está aumentando"
Pero, aunque no se conozcan los datos de prevalencia de esta patología, sí se confirma un incremento de casos entre la población pediátrica. “Lo que está claro es que el diagnóstico está aumentando y que, además, pese a que el pico de presentación suele estar entre los 11 y los 14 años, cada vez estamos diagnosticando niños con edades más tempranas”, asevera el presidente de la SEGHNP.
En un primer momento son los pediatras quienes estudian al paciente ante un posible caso de colitis ulcerosa. Lo primero, ante una sospecha clínica en base a los síntomas, "será descartar algún proceso infeccioso”, comenta el experto. Pero, si la causa infecciosa no es visible, el siguiente paso será “derivar con premura al especialista, de cara a poder realizar las pruebas que confirmarán el diagnóstico, fundamentalmente endoscopia digestiva con toma de biopsias”, continúa.
Aunque los síntomas son superponibles, es importante tener en cuenta las diferentes manifestaciones que pueden dar lugar a un diagnóstico de CU. “Al ser una enfermedad inflamatoria que afecta específicamente al colon, parte más distal (o final) del intestino, el síntoma más frecuente suele ser la diarrea, muchas veces acompañada de sangre y moco”, detalla el Dr. Martín de Carpi.
Pero, en cualquier caso, variará dependiendo de dónde se encuentre la inflamación. “En los niños que sólo tienen inflamación de la parte más final suelen predominar los síntomas más relacionados con la defecación”, sostiene. Uno de ellos es la presencia de sangre roja en las heces. En caso contrario, y si la inflamación se extiende por el resto del intestino, “las deposiciones serán más líquidas y frecuentes, acompañadas de dolor abdominal, y deterioro progresivo del estado general”, añade.
¿CÓMO TRATAR LA COLITIS ULCEROSA EN NIÑOS?
Para el alivio de estos síntomas, los expertos disponen de una serie de tratamientos que, “son los mismos que se usan en la enfermedad del adulto, si bien con una serie de matices”, detalla el especialista. “Por un lado limitamos mucho el uso de corticoides, ya que a la larga pueden tener consecuencias muy negativas para el crecimiento y desarrollo de los niños, y por otro tratamos de establecer los tratamientos que consigan un control efectivo de la inflamación desde fases precoces, para preservar el estado general del niño y su crecimiento”, comenta.
Además, desde Pediatría hablan de un problema con respecto a la disponibilidad de medicamentos para hacer frente a enfermedades como la colitis ulcerosa. “La aprobación de nuevos fármacos para la edad pediátrica se realiza con una demora importante respecto a su uso en adultos”, señala el experto. “Esto hace que en casos complicados de la enfermedad, los pediatras tengamos muchas limitaciones para poder usar dichos nuevos tratamientos”, añade.
“Disponemos de nuevos tratamientos, que abren muchas posibilidades y son muy prometedoras”
No obstante, el abordaje de esta patología entre los más pequeños ha cambiado significativamente. En parte, se debe gracias a la investigación de nuevos tratamientos. “Disponemos de nuevos tratamientos, que abren muchas posibilidades y son muy prometedoras”, puntualiza, aunque con procesos de aprobación muy ralentizados.
Sin embargo, los facultativos mantienen la esperanza. “Los nuevos tratamientos abrirán una nueva etapa, con capacidad de usarlos de manera precoz y específica, pero lo que creo que es más alentador para el abordaje de estas enfermedades es que cada vez los pediatras estamos más familiarizados con estas enfermedades y sabemos tratarlas de una manera más eficaz y ordenada”, concluye el Dr. Martín de Carpi.