Cuando se emprende un viaje internacional, pocos viajeros consideran los riesgos asociados a la salud hasta que un imprevisto ocurre. Un malestar estomacal debido a un cambio en la alimentación o una infección respiratoria pueden parecer problemas menores, pero en un país extranjero, la falta de acceso a un sistema de salud adecuado o los costes elevados de la atención pueden complicar la situación.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en muchos países los costes de atención médica para turistas pueden superar los 1.000 euros por día de hospitalización, sin contar intervenciones quirúrgicas o tratamientos especializados. En Estados Unidos, por ejemplo, una consulta en urgencias puede oscilar entre 150 y 3.000 euros, dependiendo del diagnóstico. En destinos como Singapur o Suiza, los gastos médicos pueden ser aún más elevados, lo que hace que viajar sin cobertura sea un riesgo financiero considerable.
Un seguro de viaje no solo protege contra estos costes, sino que también garantiza el acceso a atención médica de calidad. Coberturas esenciales como la atención en emergencias por enfermedades preexistentes, la hospitalización tras un accidente o la repatriación médica son fundamentales para evitar complicaciones mayores. Además, algunas pólizas incluyen el desplazamiento de un familiar en caso de hospitalización prolongada, lo que representa un apoyo emocional y logístico clave en momentos críticos.
Son los problemas de salud los que protagonizan siete de cada 10 peticiones de ayuda al seguro durante un viaje, ya sea por enfermedad o debido a un accidente. Para quienes buscan una opción confiable, IATI Seguros es una de las corredurías más elegidas por los viajeros, ofreciendo una amplia gama de coberturas adaptadas a diversas necesidades.
Desde el punto de vista de la salud pública, contar con un seguro de viaje también contribuye a evitar la sobrecarga de los sistemas sanitarios locales, permitiendo a los viajeros recibir atención sin afectar la disponibilidad de recursos para la población residente.
Normativas internacionales sobre asistencia sanitaria en el extranjero
Diferentes organismos y regulaciones establecen la importancia de la asistencia sanitaria transfronteriza y los derechos de los viajeros en caso de urgencias médicas. En la Unión Europea, la Directiva 2011/24/UE sobre asistencia sanitaria transfronteriza permite a los ciudadanos recibir atención médica en cualquier país miembro y solicitar el reembolso de los gastos según las condiciones del sistema sanitario de su país de origen. Sin embargo, esta normativa no se aplica a viajeros de fuera de la UE, lo que hace que contratar un seguro de viaje sea una necesidad para quienes visitan el continente.
En América, algunos países han suscrito acuerdos bilaterales de asistencia sanitaria, pero estos suelen ser limitados y no cubren tratamientos prolongados o especializados. En el caso de naciones como Estados Unidos o Canadá, donde los costes médicos pueden ser extremadamente altos, un seguro de viaje es esencial para evitar facturas impagables.
En destinos asiáticos, africanos y de Oceanía, la mayoría de los sistemas de salud pública no incluyen cobertura para turistas, lo que implica que cualquier atención médica debe ser pagada íntegramente por el viajero. Incluso en países con sistemas sanitarios accesibles, la calidad de la atención puede variar, y un seguro de viaje permite acceder a clínicas y hospitales privados con mejores condiciones.
Los organismos internacionales, como la OMS y la Organización Mundial del Turismo (OMT), recomiendan a los viajeros contratar un seguro de salud antes de viajar, especialmente cuando se visitan países con altos costes médicos o infraestructuras sanitarias limitadas. Además, algunas embajadas exigen la contratación de un seguro de viaje como requisito para obtener visados, lo que subraya la importancia de esta cobertura.
En definitiva, viajar asegurado no es solo una cuestión de previsión económica, sino una medida de seguridad esencial para la salud. Ante cualquier imprevisto médico, contar con una póliza adecuada puede marcar la diferencia entre recibir atención inmediata o enfrentarse a barreras económicas y logísticas que podrían poner en riesgo el bienestar del viajero.