Después de 40 años desde que se detectara el primer caso de Sida en España, la infección sigue siendo uno de los retos epidemiológicos más importantes de la sociedad, aunque con el fin de la lucha cada vez más cerca. Gracias a los avances en los tratamientos antirretrovirales de los últimos años, la infección por VIH ha pasado de ser una enfermedad potencialmente mortal para convertirse en una patología crónica y manejable.
El reto en estos momentos está en ir más allá de la indetectabilidad y tener en cuenta otros factores que influyen en la vida de las personas que viven con VIH como son las comorbilidades que van adquiriendo debido al envejecimiento y el estigma que aún existe en la sociedad. Esta ha sido una de las principales conclusiones extraídas en el simposio “El cuidado de las personas con VIH a largo plazo”, organizado por Gilead Sciences en el marco de la reunión de la Sociedad Española Interdisciplinaria del SIDA 2021 (Seisida) “Separados por la COVID-19 pero más juntos que nunca”.
En palabras del Dr. Antonio Antela, del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, “el éxito del tratamiento antirretroviral y la posibilidad de que las personas que viven con VIH sean asintomáticas y activas se basa en distintos factores: la eficacia de los tratamientos, el inicio rápido, la seguridad y tolerabilidad, la simplicidad y calidad de vida”.
"Los tratamientos antirretrovirales actuales son muy eficaces, potentes y sencillos, lo que permite tratar de forma prolongada a las personas que viven con VIH"
Durante el simposio, los expertos han indicado que, con el paso de los años, los tratamientos antirretrovirales (TAR) de VIH han alcanzado altas tasas de eficacia, ayudando a conseguir la supresión virológica y la indetectabilidad de esta infección. Además, han señalado las ventajas de iniciar el TAR lo antes posible ya que mejora el control virológico y consigue mejores resultados generales en los pacientes.
A eso se suma que los regímenes que se utilizan en la actualidad son sencillos, ya que solamente es necesario ingerir una única pastilla al día, lo que se asocia con una mejor adherencia y un mayor control virológico. Y, por último, estos tratamientos son seguros, a la hora de elegir el TAR hay que considerar regímenes con baja toxicidad y un bajo nivel de interacciones.
"Los tratamientos antirretrovirales actuales son muy eficaces, potentes y sencillos, lo que permite tratar de forma prolongada a las personas que viven con VIH con una mejoría en su calidad y perspectiva de vida, equiparable al de la población general. Para el inicio rápido del tratamiento, es necesario contar con regímenes en los que no haga falta hacer analíticas o exploraciones adicionales para saber si se puede utilizar uno u otro fármaco”, ha explicado Dr. Antonio Rivero, del Hospital Universitario Reina Sofía de Córdoba.
Todos estos factores son necesarios para dar un paso más en el manejo de la infección, ir más allá de la indetectabilidad, e intentar que las personas que viven con VIH tengan una buena calidad de vida. Para lograrlo, una de las herramientas más útiles son los PRO (Patient Reported Outcomes). “Preguntarle activamente a la persona que vive con VIH todas aquellas cosas que de forma espontánea él no nos cuenta, pero que pueden estar afectando a su día a día, es de gran ayuda para intentar solucionarlas e influir en la mejora de su calidad de vida. Los PRO solo se utilizan en el seno de ensayos clínicos cuando se evalúan nuevos tratamientos. La idea es que se hagan lo más viables posibles para poder trasladarlos a la práctica clínica diaria.”, ha indicado el Dr. Antela.
EL DIAGNÓSTICO ES EL ÚNICO PUNTO EN EL QUE FALLA ESPAÑA
La evolución que ha vivido España en el abordaje y tratamiento del VIH en las últimas décadas ha permitido mejorar la calidad de vida de los pacientes y lograr que más del 50% de las personas con VIH tengan más de 50 años. Esto ayudará a conseguir los objetivos de ONUSIDA del 95-95-95-95 de cara al año 2030. Pero, para ello, “se debe de cumplir el primero, es decir, que el 95% de las personas que viven con VIH estén diagnosticadas. Es el escalón más difícil, el único en el que fallamos en España. Además, la Covid-19 lo ha hecho más difícil porque ha dificultado el diagnóstico de nuevas infecciones”, ha señalado el Dr. Antela.
Algo que también ha indicado el Dr. Rivero: "Una de las metas que tenemos en la lucha contra el VIH es que el mayor número de personas estén diagnosticadas, que puedan estar en tratamiento lo antes posible para tener la carga viral indetectable y que disminuya así el número total de casos anuales. Para ello, también es importante implementar estrategias de diagnóstico precoz”.