El sangrado menstrual abundante, el sangrado uterino anormal y las pérdidas sanguíneas de origen intestinal son las causas más frecuentes de laanemia por déficit de hierro en las mujeres. Pero también son causas cada vez más frecuentes las dietas pobres en hierro (vegetarianas y veganas), y los factores relacionados con la mala absorción intestinal que puede ser secundaria a intolerancias al gluten o a la lactosa, o bien a condiciones autoinmunes.
Todo ello provoca que las mujeres tengan diez veces más riesgo de anemia por déficit de hierro, con unos efectos nocivos en la salud general de las mujeres, incluso antes de la aparición de la anemia. Y en el caso de la principal causa, el sangrado abundante, el 70% de las mujeres que tienen esta afectación tienen anemia.
La decisión de reponer las reservas de hierro y su vía de administración (oral o intravenosa) son controvertidas, debido, en parte, a las preguntas que rodean la formulación óptima, la capacidad de absorción y la vía de administración. La tolerancia y eficiencia del hierro oral están influidas por múltiples factores con capacidad de predecir una posible mala respuesta.
La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) ha publicado un consenso con el que ha puesto al día las evidencias científicas de la anemia
Ante ello, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) ha publicado un consenso con el que ha puesto al día las evidencias científicas de la anemia en la población femenina general, las mujeres embarazadas y los pacientes con patologías ginecológicas. El documento incide en la adecuada profilaxis, precoz diagnóstico, y su correcto estudio y tratamiento, teniendo en cuenta las diferentes causas y las diferentes formas de abordarlas para tratar la anemia.
Entre las medidas que señala el consenso, se destaca que “las pruebas analíticas básicas de laboratorio tienen alta fiabilidad y bajo coste en el enfoque diagnóstico de la mayoría de las anemias de nuestro entorno”, añadiendo que también es fundamental la buena comunicación de los especialistas en Ginecología y Obstetricia con los especialistas de laboratorio clínico, así como la elaboración de protocolos diagnósticos adaptados a la población de referencia. Unas medidas con las que se busca aproximarse a la erradicación de la anemia, objetivo establecido por la Organización Mundial de Salud (OMS) para 2025 en los países avanzados.
MUJER EMBARAZADA
El consenso subraya a su vez la importancia de abordar la anemia durante el embarazo. Según estima la OMS aproximadamente el 42% de las gestantes sufren anemia en algún momento del embarazo. Dentro de este grupo, las adolescentes embarazas son especialmente vulnerables ya que precisan de hierro tanto para el crecimiento del feto como para el de ellas mismas.
En concreto, durante el embarazo se necesitan 800-1000 mg de hierro elemental para cubrir las necesidades maternas y fetales, por lo que el consumo de hierro dietético es muy importante durante la gestación. Por ello, “a la vez que suplementamos, en todas las embarazadas debemos recomendar también una dieta lo más rica posible en hierro, así como medidas que favorezcan la absorción del mismo”, indican los autores, que recuerdan que el hierro hemo, del que se absorbe el 40% frente al 2% del hierro no hemo, se encuentra fundamentalmente en las carnes (carnes rojas como ternera, cerdo y cordero, hígado y riñones, y carnes blancas como pollo, pavo y perdiz), yema de huevo, pescado azul (como sardinas, anchoas y atún fresco), pescado blanco (como lenguado o merluza) y en el marisco de concha (almejas, berberechos, mejillones…).
Los autores del consenso de SEGO concluyen que “el régimen intermitente puede ser una alternativa viable a la administración diaria de suplementos de hierro en las gestantes que no presentan anemia y que reciben una atención prenatal adecuada”. Asimismo, establecen que “la evidencia existente sustenta considerar el hierro endovenoso como una opción razonablemente segura y más eficiente que el hierro oral”, subrayando que “las nuevas formulaciones de hierro endovenoso permiten el reemplazo completo del déficit de hierro en una dosis única administrada en 15 minutos y de modo más seguro que con preparados endovenosos previos” especialmente en aquellas situaciones en las que se precise una reposición de hierro más rápida.