La clasificación de los tumores ayuda a estratificar cada entidad de la enfermedad en un sistema jerárquico basado en criterios predefinidos. Desde 1956, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha promovido la publicación de la clasificación de tumores, más comúnmente conocida como los "libros azules" de la OMS. Cada libro proporciona una clasificación de tumores de última generación para cada órgano.
Anteriormente, los tumores pediátricos se incorporaron junto con los tumores de adultos en las clasificaciones tumorales específicas de órganos. La clasificación inaugural, que se publicará como parte de la quinta edición de la serie clasificación de tumores, presenta un compendio único y actualizado de todas las entidades tumorales que pueden ocurrir en la infancia o la adolescencia, divididas por órganos. Los autores incorporaron morfología tradicional, inmunohistoquímica y características moleculares para proporcionar criterios esenciales para la definición de tipos de tumores.
La clasificación de los tumores ayuda a estratificar cada entidad de la enfermedad en un sistema jerárquico basado en criterios predefinidos
El libro azul pediátrico también refleja la transición general de los enfoques diagnósticos tradicionales basados en hallazgos histológicos/microscópicos e inmunohistoquímica a las nuevas tecnologías para el diagnóstico molecular basadas en la genómica tumoral, que han supuesto una revolución importante en los criterios de clasificación de los tumores.
Los tumores mesenquimales (tejidos blandos) todavía se clasifican principalmente por criterios morfológicos, y el análisis genético complementa el enfoque tradicional, mientras que los tumores del sistema nervioso central y las leucemias se clasifican principalmente sobre la base de alteraciones moleculares o epigenéticas recurrentes. Esto pronto podría complementarse con tecnologías emergentes adicionales, como proteómica más estandarizada y análisis de biopsia líquida o de una sola célula, señalan los autores.
Si bien las alteraciones genéticas esporádicas (no hereditarias) juegan un papel clave en el desarrollo de la mayoría de los tumores pediátricos, aproximadamente el 10 por ciento de los casos están asociados con síndromes depredisposición al cáncer hereditarios. El libro azul pediátrico contiene una clasificación de los síndromes de predisposición al cáncer e identifica los desafíos asociados con el diagnóstico y el tratamiento.