Aula hospitalaria: Clases particulares para los más pequeños no pierdan ni una lección

Hay hospitales con aulas para aquellos niños ingresados. Además, profesores voluntarios buscan que los pequeños refuercen sus conocimientos durante la estancia

Niños en el Aula Hospitalaria de La Paz (Foto. Comunidad de Madrid)
14 agosto 2022 | 00:00 h

Cuando un niño o un adolescente tiene que interrumpir su día a día para ingresar en el hospital, su vida, aunque sea por unos días, cambia. Los días de ir del colegio a las actividades extraescolares, al parque con los amigos, a casa a hacer deberes, a ver la televisión, a cenar y a dormir cambian a días en la cama del hospital hasta que los médicos dan el alta. En ese tiempo pierden en algunos casos el contacto con sus amigos y con sus profesores, y con ellos las clases.

Existen varios hospitales que cuentan con un Aula Hospitalaria para que las lecciones no se pierdan. En estos lugares los niños hospitalizados, bien durante un ingreso corto o bien durante un ingreso prolongado, asisten con un profesor particular a clase para no perder su educación obligatoria. Así, durante este periodo, aquellos niños que quieran, y que por su condición clínica puedan, siguen teniendo clases. Los profesores del hospital piden a los colegios la programación que estaban siguiendo con los niños, para que no pierdan ninguna de las clases, e incluso pueden llegar a hacer los exámenes allí, en el hospital.

“Trabajamos para que todos los menores puedan tener clases particulares totalmente gratuitas en los hospitales”

En algunos hospitales, como el Universitario de La Paz, los alumnos a partir de 15 años (3º de ESO) reciben en gran parte las clases en su propia habitación, para que puedan seguir mejor el ritmo del colegio y no se retrasen en su educación en un periodo tan importante para su futuro laboral. Los niños más pequeños cuentan con aulas para recibir las lecciones y también iniciar programas más prácticos sobre ciencia o tecnología.

Con todo, no todos los hospitales, aunque sí la mayoría, cuentan con una opción educativa. Con la pandemia, la tecnología y el “telecole” han facilitado a estos niños el acceso a las clases, pudiendo seguir por videollamada las lecciones o viendo posteriormente la grabación si en ese momento tenían pruebas o no se encontraban con fuerza para asistir. Además, existen iniciativas particulares que plagan los hospitales con la intención de que ningún niño se retrase en su educación.

“En los hospitales no podemos dejar de lado el futuro de los menores, pues pienso que “a educación es el camino hacia el futuro que Dios nos ofrece”, explica Jonathan Hergueta López, fundador de la ONG Sonrisas de Fe. Su organización ha iniciado proyectos de educación gratuita en hospitales de países como España, Portugal o Suiza. “Trabajamos para que todos los menores puedan tener clases particulares totalmente gratuitas en los hospitales”, indica Hergueta.

DANDO CLASES A NIÑOS INGRESADOS

Los profesores de Sonrisas de Fe son voluntarios que se sintieron atraídos por este proyecto. Con experiencia impartiendo diversas materias, cuando una familia requiere un profesor de lengua, matemáticas o inglés par su hijo hospitalizado acuden para dar el mejor servicio a los niños. “A muchos padres les preocupa que sus hijos puedan perder el curso escolar por el hecho de que su hijo esté hospitalizado. Y ésta es la principal misión que queremos abordar, tratar que ningún menor hospitalizado pierda el curso por falta de clases escolares”, manifiesta Hergueta.

“Realmente tanto los hospitales como los familiares de estos menores agradecen mucho que un programa así pueda desarrollarse en la hospitalización de cada paciente"

“Para los profesores y  para los niños la experiencia es única, ya que tienen la oportunidad de reforzar las materias que necesitan, además de recibir un estímulo positivo de otro lugar que no es el hospital”, indican desde la ONG a Consalud.es. Las clases son online, lo que facilita adaptar los horarios de los profesores a los niños.

Las lecciones se ajustan a cada situación del niño. Aquellos con un tratamiento oncológico tendrán días en los que les costará más atender u otros no tendrán fuerza para apuntar las cosas o hacer ejercicios. A todos ellos los profesores se tienen que adaptar, al mismo tiempo que aprenden lo que supone la ausencia de salud. “Coinciden en que es un voluntariado muy enriquecedor y algunos destacan que a ellos les refuerza la asignatura del día a día para ver la vida con un prisma más solidario”, manifiestan desde Sonrisas de Fe.

“Realmente tanto los hospitales como los familiares de estos menores agradecen mucho que un programa así pueda desarrollarse en la hospitalización de cada paciente. Y al ser online es mucho más fácil adaptarse a sus horarios”, concluye Hergueta.

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