Las enfermedades hepáticas se han convertido en una importante amenaza para la salud en toda Europa, y la cara de la hepatología europea está cambiando debido a los medicamentes antivirales para la hepatitis C, al control de la de la hepatitis vírica crónica B, el consumo cada vez más extendido del alcoholy las enfermedades hepáticas no diagnosticadas o no tratadas. En consecuencia, Europa se enfrenta a una inminente pandemia, en la que las desigualdades socioeconómicas y sanitarias se combinan para afectar negativamente a la prevalencia de las enfermedades hepáticas y las oportunidades de recibir atención.
“Las enfermedades asociadas al alcohol ya llevan viéndose desde hace mucho tiempo y en concreto, en las enfermedades del hígado. Es el causante también de cirrosis, descompensación de la función hepática y cáncer de hígado. La disminución de otras causas de daño hepático, como son las hepatitis virales, en las que gracias, por ejemplo, a los tratamientos curativos en la hepatitis C, las vacunas y los tratamientos para control de la enfermedad crónica en la hepatitis B, hace que la proporción de pacientes con daño hepático por el alcohol sea ahora más relevante”, explica el Dr. José Miguel Rosales Zábal, experto de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) y especialista en Aparato Digestivo en el Hospital Costa del Sol de Marbella (Málaga).
Concretamente, se estima que el alcohol es responsable de más del 40% de las muertes prematuras en Europa por año, y los europeos somos los que tenemos el mayor consumo de alcohol por persona. Es más, es el responsable de más del 50% de los casos de cirrosis hepática, una de las enfermedades más prevalentes del aparato digestivo. Esta enfermedad tiene una importante tasa de morbimortalidad y es también, la principal indicación para el trasplante de hígado. Sin embargo, las personas con cirrosis no diagnosticada, la mayoría de las cuales tienen análisis de sangre normales, siguen sin ser detectadas.
Las personas con cirrosis no diagnosticada, la mayoría de las cuales tienen análisis de sangre normales, siguen sin ser detectadas
Comprar una botella de vino, es algo muy accesible, presente en cualquier supermercado y a un precio muy bajo. Sin duda, esto facilita su consumo. Las medidas pasan por un compromiso y esfuerzo desde las instituciones políticas, sanitarias y educativas. El Dr. Rosales asegura que “es necesario que todo el mundo entienda que el consumo de alcohol no es beneficioso en ningún sentido. Recientes políticas a nivel poblacional en Rusia, con el establecimiento de un precio mínimo de venta de alcohol y un aumento de los impuestos asociados, han reducido las muertes por todas las causas en un 39% en hombres y un 36% en mujeres”.
Por otrro lado, en España, ha aumentado el consumo, tal y como señaló la Dra. Marta Casado, presidenta de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) en una entrevista concedida a Consalud.es. “España es uno de los países que más alcohol bebe y el consumo está aumentando, sobre todo, en población adolescente y por eso ha aumentado la prevalencia de la enfermedad hepática por alcohol”, comenta.
Ante esto, el daño relacionado con el alcohol se correlaciona con el volumen y el patrón de consumo, pero no puede afirmarse que haya una dosis segura de alcohol. “La única cantidad de alcohol con riesgo 0 es no tomar nada de alcohol. Además, hay que tener en cuenta que el alcohol es una droga y crea adicción. La población tiene que entender que no hay un consumo saludable de alcohol. Otra cosa es que haya un consumo por debajo del límite que podemos considerar menos perjudicial. Pero consumo saludable de alcohol no hay”, asegura el Dr. Rosales.
¿CÓMO FRENAR EL CONSUMO DE ALCOHOL?
Sobre la base de estos datos, subyace la necesidad de concienciar sobre la prevención y el tratamiento de muchas enfermedades hepáticas, sobre todo en la cirrosis. En este sentido, la comisión formada por la Asociación Europea para el Estudio del Hígado (EASL) y la revista médica The Lancet abogan por aumentar el precio del consumo de alcohol en todos los países europeos a un mínimo de 1 euro por centilitro de alcohol puro, junto a un aumento de los impuestos asociados, que podrían revertirse en la Administración para la financiación de campañas de prevención, para el desarrollo de programas de deshabituación y reinserción social.
Asimismo, también surge la importancia de implantar “herramientas que ayuden al diagnóstico precoz en Atención Primariade los trastornos por abuso de alcohol”. Además, “es necesario potenciar la educación en la prevención de las enfermedades del hígado, ya que la mayoría son prevenibles, y en concreto las producidas por el consumo de alcohol. Este esfuerzo educativo debería desarrollarse a todos los niveles, pero de manera más intensa a los niños y adolescentes, y dando valor a la educación en el núcleo familiar”, concluye el experto.