Con el verano, las piscinas y las playas se convierten en los destinos favoritos para descansar y divertirse durante unos días. Por ello, proteger los ojos será clave para continuar disfrutando del agua, especialmente cuando se trata de los más pequeños. En ese sentido, conviene tomar precauciones contra la luz ultravioleta del sol y otros factores que pueden conllevar riesgos para la salud y el bienestar de los ojos, dando lugar a molestias o afecciones, algunas de las cuales pueden ser graves.
Algunos de los problemas oculares más frecuentes de la época estival son la introducción de cuerpos extraños en los ojos, como la sal del mar o la arena; los orzuelos, que se producen por una infección en las glándulas sebáceas del párpado, generalmente debido a una bacteria llamada estafilococo; la conjuntivitis alérgica, como resultado del contacto con agentes alérgenos como el cloro y la conjuntivitis irritativa, como consecuencia de la exposición al sol y al cloro, lo que puede resultar en una queratitis o inflamación en la córnea.
“El verano es una época en la que algunas afecciones son más frecuentes, bien porque se pasa más tiempo al aire libre o porque están expuesto al agua de piscina o del mar”
En esa línea, la adopción de medidas preventivas puede contribuir al disfrute del verano sin preocupaciones. Por eso, el Dr. Pedro Arriola, oftalmólogo de la clínica Miranza IOA explica que “el verano es una época en la que algunas afecciones son más frecuentes, bien porque se pasa más tiempo al aire libre o porque están expuesto al agua de piscina o del mar”, ante ello ofrece algunas recomendaciones para no comprometer la salud de los ojos.
CONSEJOS PARA PROTEGER TUS OJOS ESTE VERANO
Proteger los ojos de la exposición solar: Para una buena salud de los ojos, es fundamental tomar medidas ante la exposición solar, tanto en el mar como en la piscina. Por ello, se aconseja el usar gafas de sol homologadas y adquiridas en establecimientos especializados. También, gorras o viseras que complementen la protección contra la radiación solar, la cual podría provocar patologías como cataratas y cánceres oculares.
Usar gafas de natación para sumergirte en el agua: Las gafas de natación homologadas son lo más adecuado para abrir los ojos debajo del agua y evitar el contacto directo con el cloro de las piscinas y la sal del mar. El doctor explica que: “El problema es que, en el caso de las piscinas, el cloro tiene un PH y una composición que irrita la conjuntiva habitualmente, causando ojos rojos, molestias o picor”. Por eso, en caso de no disponer de gafas, lo mejor será evitar abrir los ojos debajo del agua.
Evitar el uso de lentes de contacto en el agua: Sumergirse dentro del agua con lentillas puede provocar grandes problemas de visión. Uno de los principales riesgos es el desarrollo de infecciones, sobre todo en piscinas. El Dr. Arriola insiste en la importancia de este mensaje porque “hay un protozoo de vida libre, una ameba que puede producir infecciones en el ojo y son mucho más frecuentes en pacientes que llevan lentes de contacto”.
Mantener una correcta higiene: Para conservar la buena salud ocular es fundamental Tener las manos limpias. Además, es indispensable tener en cuenta otras medidas como lavar los ojos después de bañarse en el mar o en la piscina y no compartir la toalla.
No frotar los ojos: Es posible que, debido al viento o al agua y la arena, se introduzcan cuerpos extraños en los ojos. Ante ello, lo más recomendable es aclarar con abundante agua y, si la molestia persiste, acudir a un oftalmólogo. Cuando frotamos los ojos, podemos realizar pequeñas heridas dañinas para la córnea.