De acuerdo con los datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la sepsis mata cada año a más de 11 millones de personas en todo el mundo. Una gran parte de estos decesos se producen en niños y grupos de población vulnerables, especialmente en los países con menos recursos. La sepsis representó en 2017 casi el 20% de todas las muertes a nivel mundial.
La sepsis es una respuesta sindrómica a la infección y, con frecuencia, es una vía común final hacia la muerte por muchas enfermedades infecciosas en todo el mundo. La sepsis puede ser la manifestación clínica de infecciones adquiridas tanto en el ámbito comunitario como en los establecimientos de salud.
Las infecciones relacionadas con la atención de la salud son uno de los tipos de eventos adversos más frecuentes, destacando aquellas que se producen durante la prestación de la atención y afectan a cientos de millones de pacientes en todo el mundo cada año. Dado que estas infecciones a menudo son resistentes a los antibióticos, pueden conducir rápidamente a un deterioro de las condiciones clínicas.
Con motivo del Día Mundial de la Sepsis, la OMS recuerda que cualquier persona que esté cursando una infección puede desarrollar una sepsis. Entre los grupos que presentan un mayor riesgo se encuentran las embarazadas, los niños, las personas de edad avanzada, inmunodeprimidas con enfermedades crónicas y los pacientes hospitalizados.
La identificación temprana de los síntomas es fundamental para evitar complicaciones y un desenlace fatal. Se debe prestar atención a la manifestación de síntomas como la fiebre y los escalofríos, confusión mental, dificultad para respirar, la aparición de una erupción cutánea que no se desvanece cuando se presiona sobre ella o una sudoración excesiva. En caso de que se sospeche que una persona está sufriendo sepsis se debe buscar atención médica de forma inmediata lo antes posible.
La OMS informa de que cada 1.000 mujeres que dan a luz, 11 experimentarán una disfunción orgánica grave relacionada con una infección o la muerte. Si se detecta a tiempo y se trata en un corto espacio de tiempo, la sepsis puede detenerse
En el caso de las mujeres embarazadas pueden manifestarse otros síntomas además de la fiebre como son la fatiga extrema, desorientación o no lograr orinar durante largos periodos de tiempo. La OMS informa de que cada 1.000 mujeres que dan a luz, 11 experimentarán una disfunción orgánica grave relacionada con una infección o la muerte. Si se detecta a tiempo y se trata en un corto espacio de tiempo, la sepsis puede detenerse.
La OMS enfatiza que la mejor forma de prevenir las infecciones y evitar la sepsis es a través de la higiene de manos, el agua potable, contar con sistemas de saneamiento adecuados, preparar y cocinar los alimentos de forma segura, una buena nutrición y la vacunación frente a las enfermedades prevenibles.
Los datos recogidos por la OMS, relativos a 2017, muestran que los mayores contribuyentes a los casos de sepsis y la mortalidad en todos los grupos de edad fueron las enfermedades diarreicas (9,2 a 15 millones de casos anuales) y las infecciones de las vías respiratorias inferiores (1,8 a 2,8 millones anuales). Sin embargo, las enfermedades no transmisibles van en aumento. Un tercio de los casos de sepsis y casi la mitad de todas las muertes relacionadas con la sepsis en 2017 se debieron a una lesión subyacente o enfermedad crónica.
Los trastornos maternos fueron la enfermedad no transmisible más común complicada con sepsis. Entre los niños, las causas más comunes de muertes relacionadas con la sepsis fueron los trastornos neonatales, las infecciones de las vías respiratorias bajas y las enfermedades diarreicas.
El estreptococo del grupo B es la principal causa de sepsis neonatal y materna, aunque Escherichia colies una amenaza emergente. Ambos patógenos han mostrado una resistencia considerable al tratamiento y se consideran patógenos prioritarios para la investigación y el desarrollo (I+D) de nuevos antibióticos.