La científica oncológica española Sara García Alonso, quien fue recientemente nombrada miembro de la Agencia Espacial Europea y astronauta de reserva, explicó durante la inauguración del Congreso Investigación Biomédica 2024 en la Facultat de Medicina de la Universitat de València, bajo el título 'Biotecnología: desde el laboratorio al espacio', que estudiar cómo afecta la microgravedad a los seres humanos en una misión espacial es como tener un modelo de envejecimiento acelerado.
Este enfoque proporciona un conocimiento valioso para desarrollar nuevos fármacos destinados al tratamiento de enfermedades asociadas, tales como la osteoporosis, la atrofia muscular o el cáncer, subrayando que "los límites a la investigación en la Estación Espacial Internacional los pone la imaginación humana".
Al respecto, ha apuntado un astronauta en la Estación Espacial Internacional durante una misión de seis meses sufre los efectos de envejecimiento que tendría un ser humano en la Tierra a lo largo de años, por lo que, como deben estar dispuestos a ser "un conejillo de indias" y tomarse muestras, se puede estudiar qué le está ocurriendo a los huesos, a los músculos o a las células del organismo.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que el cáncer aumente un 77% en 2050. Al respecto, ha destacado que se están registrado "multitud de avances en áreas muy diversas" como la inmunoterapia, que está revolucionando la forma de tratar a los pacientes, pero también en la medicina de precisión en todas las fases, desde un diagnóstico precoz, tratamientos específicos o tratamiento de las metástasis, y "desde luego veremos pasos importantes".
"La idea es que si vivimos más años que lleguemos a esa edad en estado sano"
En esta línea, ha señalado que las líneas de investigación que persiguen muchos científicos sobre cómo prolongar el envejecimiento, sobre el que se están haciendo "grandes avances", repercutirá en el tratamiento de múltiples patologías. "La idea es que si vivimos más años que lleguemos a esa edad en estado sano, no simplemente prolongar la vida por aumentar la esperanza y la edad", ha apuntado.
Asimismo, ve "completamente positivo" el uso de la Inteligencia Artificial en la investigación porque supone "una herramienta potentísima usada bien". "Las posibilidades son inmensas, aunque se necesita una buena legislación para regular su uso porque la tecnología avanza más rápido que la bioética", ha apuntado.
IMPORTANCIA DE LA BIOTECNOLOGÍA EN EL ESPACIO
García ha defendido la importancia para la ciencia de potenciar la investigación en el espacio. Así, en una misión media de seis meses de duración cada astronauta ejecuta entre 200 y 300 experimentos científicos de todo tipo, mucho de ellos de ciencias de la vida. "La biotecnología en el espacio sirven para hacer la vida un poco mejor, por ejemplo los TACs o medicina regenerativa", ha apuntado.
También ha resaltado la importancia económica: "Hay que invertir en investigación día a día, porque los países más ricos hoy son los que más invirtieron en el pasado". Así, cada euro invertido en economía espacial a nivel europeo supone tres euros de retorno, por cada puesto se crean dos adicionales y mueve de 350 a 450 billones y antes de 2040 será un trillón. "Las tecnologías espaciales son nuestro día a día, algo tan sencillo como las telecomunicaciones, la navegación por satélite, el utilizar Google Maps o el hablar por teléfono móvil depende del espacio", señala.
Además, favorece la cooperación internacional, "la Estación Espacial Internacional para mí es la mayor obra del mundo fruto de la colaboración de todo un planeta donde no hay fronteras, todos contribuyen por el bien de la humanidad", ha apuntado, y permite afrontar desafíos como la crisis climática con predicciones meteorológicas o midiendo el grosor de los glaciales.
García, que se ha mostrado "optimista" de poder ir finalmente al espacio. "Si ya me gusta trabajar en los laboratorios, pues trabajar en ese laboratorio mientras ves tu planeta de fondo tiene que ser una mejora sustancial", ha resaltado el interés que despierta el espacio. Prueba de ello, ha dicho, son las 23.000 personas que se presentaron a la prueba para ser astronauta de reserva en el Cuerpo Europeo de Astronautas y que ella fue la primera mujer española en lograrlo, lo que le sirve de "altavoz" para fomentar también las carreras de ciencia y poner de manifiesto que las mujeres "siempre han estado ahí, tienen muchísimo talento pero que ya tocaba visibilizarlo". "No hay profesiones de hombres y de mujeres", ha apostillado.