El laboratorio biofarmacéutico internacional Chiesi sacaba pecho por los resultados positivos, en estudios de fase I, de su primer inhalador presurizado de dosis medida (pMDI, por sus siglas en inglés pressurized Metered Dose Inhaler) calificado de "sostenible" para el tratamiento del asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). Para convertir al clásico pMDI en un inhalador más sostenible, Chiesi ha introducido un propelente innovador de bajo impacto ambiental. No obstante, a este anuncio se suma otro dato muy importante: habrá que esperar hasta 2035 para una reducción del 90% de la emisión de gases de efecto invernadero, incluido el uso de productos pMDI.
Concretamente, en una nota publicada para los medios de comunicación, la compañía explica que el dispositivo de inhalación que están desarrollando sustituirá su propelente de hidrofluorocarbono actual por uno nuevo (HFA-152a) con bajo potencial de calentamiento global. Así, continúan, permitirá que Chiesi reduzca sus emisiones de gases de efecto invernadero de alcance 3 o indirectos, incluido el uso de sus productos pMDI, en un 90% en 2035.
Lo cierto es que, en 2022, ya son muchos los pacientes que se benefician de los inhaladores de polvo seco y niebla fina, unos dispositivos que tienen una huella de carbono 18 veces menor, han demostrado que son iguales de efectivos y tienen el mismo precio que pMDI
¿Irá Chiesi aplicando dicha reducción de manera progresiva a lo largo de estos años o habrá que esperar hasta 2035? Esta es la pregunta efectuada desde ConSalud.es a la compañía, la cual no aclara los tiempos. Desde Chiesi solo aseguran que "existen pacientes con asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) que necesitan tratamientos administrados a través de un dispositivo pMDI, ya sea como solución en la que confían o de preferencia, o como la única opción posible para controlar su afección. Los pMDI deben seguir siendo una opción accesible, dado que la elección óptima del inhalador más adecuado es una decisión compleja que se toma entre el médico y el paciente".
Mientras Chiesi trabaja en el desarrollo de este dispositivo de inhalación, lo cierto es que, en 2022, ya son muchos los pacientes que se benefician de los inhaladores de polvo seco (DPI, por sus siglas en inglés Dry Powder Inhaler) y niebla fina (SMI, de sus siglas Soft Mist Inhaler), unos dispositivos que tienen una huella de carbono 18 veces menor, han demostrado que son iguales de efectivos y tienen el mismo precio que pMDI.
Atendiendo a datos concretos, en España se consumieron 30.773.246 inhaladores en el año 2020. De todos ellos, un total de 14.924.119 son en formato de aerosol presurizado, 13.754.254 en polvo seco y 2.094.873 de niebla fina. La preocupación de los expertos reside en el primer grupo, los HFC.
Y es que, en un ejemplo gráfico, estos productos tienen un impacto semejante a 13.000 vuelos Madrid-Londres. De igual modo, un inhalador del tipo pMDI tiene un impacto equivalente a un coche medio europeo recorriendo 290 kilómetros.
A igualdad de condiciones y priorizando el mejor tratamiento para el paciente, los especialistas recomiendan los inhaladores de polvo seco como la alternativa óptima para proteger el medioambiente
A igualdad de condiciones y priorizando el mejor tratamiento para el paciente, los especialistas recomiendan los inhaladores de polvo seco como la alternativa óptima para proteger el medioambiente. De hecho, existen estudios que dicen que, si se cambiara cada semana un inhalador pMDI por un DPI, en 10 años el ahorro de toneladas de CO2 sería de casi cuatro millones.
Desde la compañía se limitan a apuntar que "Chiesi continuará invirtiendo en DPI, manteniendo a su vez todas las opciones terapéuticas que necesitan los pacientes, mientras minimiza el impacto climático en consonancia con nuestra estrategia Net Zero", sin especificar porcentajes concretos de transición energética.