El ChemSex se está extendiendo de forma casi vertiginosa como una práctica habitual entre los españoles. Se trata del consumo de drogas en combinación con el sexo, en donde no existen límites ni protección. Los usuarios asiduos al ChemSex utilizan palabras específicas como 'sesión', 'chill', 'orgía', 'tema' o 'chuches' para captar la atención. Anuncian sus propósitos en aplicaciones como Grindr, Wapo o Wapa, Scruff, Gay Romeo o incluso en las redes sociales.
El consumo de drogas como el alcohol, el cannabis, la cocaína o el éxtasis (MDMA) y el sexo sin protección conforman parte de un cóctel que para los colectivos LGTBI ya es una amenaza para la salud pública. La práctica del ChemSex no se reduce exclusivamente a este círculo tan concreto, ya que también los heterosexuales son unos habituales, Colegas-Confederación LGTB como organización denuncia la escasez de información y de medidas que se están poniendo para atajarlo.
"El uso de apps como Grindr o Scruff para practicar ChemSex ha aumentado exponecialmente"
Colegas denuncia que el uso de las apps para ligar está siendo usado como forma de distribución rápida, fácil y cómoda de drogas y que a su vez, en el ámbito de las relaciones sexuales, se está convirtiendo en un potencial factor de riesgo de las infecciones de transmisión sexual (ITS). "En determinados contextos, el ChemSex está siendo el principal factor de riesgo de las ITS, por encima, del no uso del preservativo o la relajación en la prevención".
Este colectivo LGTBI es una de las organizaciones que más actividades divulgativas está realizando para concenciar acerca de los peligros del Chemsex. Rutilio Martini lamenta que "el uso de estas apps para buscar sexo y drogas ha aumentado exponecialmente".
"En ciudades como Madrid está a la orden del día, te encuentras con una gran cantidad de perfiles. Ha pasado de ser una moda a una práctica bastante extendida", alerta el responsable de Salud de Colegas. Las consecuencias no son solo físicas, también psicológicas. El ChemSex genera adicción y, como adelantan desde este colectivo LGTBI, se va a convertir en uno de los mayores problemas de salud sexual de las próximas décadas.