Las enfermedades hepáticas son la quinta causa de muerte en el mundo y la tercera causa de muerte prematura en España, según datos de la Alianza para la Eliminación de las Hepatitis Víricas en España (AEHVE). Además, uno de cada cinco españoles está en riesgo de sufrir alguna enfermedad relacionada con el hígado. Una prevalencia que se prevé que siga aumentando en los próximos años, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
No obstante, los profesionales continúan trabajando para mejorar estas cifras. Ejemplo de ello es el último estudio liderado por investigadoras del área de Enfermedades Hepáticas y Digestivas del CIBER (CIBEREHD) en la Universidad Complutense de Madrid, que han avanzado en la comprensión de las células progenitoras hepáticas. Este descubrimiento ha demostrado que estas células son esenciales en la regeneración y respuesta inflamatoria del daño hepático crónico.
Y es que, aunque los avances en patologías hepáticas cada vez son más, y en concreto en la fibrosis hepática, que es esencial para la progresión de la patología crónica, lo cierto es que, hoy en día, no hay ningún tratamiento efectivo contra la fibrosis hepática. Por esta razón, es fundamental mejorar y comprender de forma más profunda la regulación molecular y celular de esta patología hepática para la identificación de nuevas dianas.
"Las células progenitoras hepáticas constituyen una fuente celular alternativa para la repoblación del hígado durante la enfermedad hepática, cuando los hepatocitos pierden su capacidad replicativa y funcional"
“Nuestro grupo de investigación lleva años estudiando la biología de las células progenitoras hepáticas, una población celular con un papel crucial en la regeneración hepática activada en respuesta a un daño hepático crónico. De hecho, constituyen una fuente celular alternativa para la repoblación del hígado durante la enfermedad hepática, cuando los hepatocitos pierden su capacidad replicativa y funcional. Sin embargo, su contribución al proceso regenerativo y al restablecimiento de la función hepática es controvertida, siendo muy variable, y pudiendo incluso contribuir al proceso fibrogénico, dependiendo del contexto específico de la enfermedad”, comenta Aránzazu Sánchez, coordinadora del estudio e investigadora del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la UCM y del CIBEREHD.
“En este trabajo hemos querido entender la respuesta de las células progenitoras hepáticas ante un daño colestásico –obstrucción de la bilis del hígado-, y para ello hemos utilizado aproximaciones in vitro, mediante el tratamiento de estas células con ácidos biliares. Hemos demostrado que esta población celular tiene un papel activo en la respuesta inflamatoria inducida durante la lesión colestásica, y hemos delineado su contribución en las redes de comunicación que actúan entre las poblaciones hepáticas en el hígado colestásico”, añade Blanca Herrera, co-directora del estudio y del mismo departamento que la Dra. Sánchez.
Este trabajo, publicado en International Journal of Biological Science, también evalúa la contribución específica el EGFR (receptor del factor de crecimiento epidérmico o EGF). Otras investigaciones de este grupo ya habían demostrado con anterioridad que la actividad del EGFR es crítica en la interacción entre las células parenquimáticas y no parenquimáticas del hígado, ya que promueve la respuesta proinflamatoria durante la lesión colestásica.
Esta investigación también demuestra cómo la señalización del EGF, en presencia de ácidos biliares, modifica la señalización inflamatoria y provoca cambios significativos en el secretoma de las células progenitoras. Según los autores, estos resultados evidencian la gran plasticidad de estas células, reflejada en su secretoma, y son consistentes con su destino variable y estrictamente regulado en diferentes contextos patológicos y microambientes.
La capacidad de las células progenitoras hepáticas para integrar señales que modulen su interactoma, es decir, todas las interacciones dentro de la célula, podría ser fundamental para establecer una modulación específica de estas células en medicina regenerativa. Esto permitiría intervenir en el microambiente tisular para mejorar la capacidad regenerativa intrínseca del huésped.
El estudio, realizado por el grupo dirigido por Isabel Fabregat del CIBEREHD en la Fundación Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), ha contado con la colaboración del equipo de Ángela M. Valverde, investigadora principal del CIBERDEM en el Instituto de Investigaciones Biomédicas "Alberto Sols". Esta investigación ha sido financiada por el Ministerio de Ciencia e Innovación, la Fundación Ramón Areces, el programa de becas predoctorales Santander-UCM y el programa Investigo. Además, ha involucrado a investigadores de diversos centros tanto nacionales como internacionales.