El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) ha emitido un informe en el que advierte del riesgo para los ancianos en el viejo continente como consecuencia de la influenza. El descenso de las temperaturas marca el inicio de la temporada de los virus respiratorios que, este año, se produce en un momento en el que la mejora de la situación epidemiológica ha eliminado gran parte de las restricciones y medidas preventivas establecidas para el control de la Covid-19.
En este escenario el ECDC destaca que, aunque la cifra total de detecciones de casos de influenza en la mayoría de los países de la Unión Europea (UE) y del Espacio Económico Europeo (EEE) continúa siendo baja, los indicios muestran que la circulación de la influenza está por encima del umbral estacional en algunos países. Situación que califican como “inusualmente temprana”.
El subtipo principal notificado entre los casos registrados en la UE/EEE a lo largo del último mes es el A (H3N2), que afecta de forma desproporcionada a las personas mayores y se asocia con una menor efectividad de la vacuna. Razón por la que los expertos del ECDC advierten de que la temporada de influenza podría ser severa para los adultos mayores, además de indicar que los patrones de influenza pueden variar entre países en términos de tiempo.
“Las detecciones tempranas del subtipo A (H3N2) son una indicación de que la próxima temporada de influenza podría ser severa, aunque no podemos saber con certeza cómo será la temporada de influenza”, declara Pasi Penttinen, directora del Programa de Influenza del ECDC. “Un aumento pronunciado de las infecciones por influenza durante la pandemia de Covid-19 en curso podría tener graves consecuencias para los ancianos y aquellos con sistemas inmunológicos debilitados. Esto podría suponer una carga adicional para los sistemas de salud que ya están afectados por la Covid-19”, añade incidiendo en la necesidad de tomar todas las precauciones necesarias para “proteger a los que están en mayor riesgo”.
Aproximadamente el 20% de la población se infecta con influenza cada año, y una de cada cuatro personas infectadas desarrollará síntomas
Durante la temporada 2020-2021 se produjo una notable disminución en el número de infecciones de influenza detectadas en los países de la UE y del EEE, con notificaciones de detecciones similares a los que se reportan fuera de temporada. Hecho que se traduce en el valor de las medidas y restricciones establecidas para controlar la pandemia, demostrando que estas no solo son válidas para frenar la expansión del SARS-CoV-2, sino también de otros virus respiratorios.
“De nuestra experiencia con la pandemia provocada por la Covid-19 contamos con más evidencia de que las intervenciones no farmacéuticas como el distanciamiento físico y las medidas de higiene, pueden frenar eficazmente la propagación de la influenza”, explica Penttinen. El experto pone en valor el uso de este tipo de medidas en residencias de ancianos, hospitales y centros de Atención Primaria para reducir las posibilidades de contagio.
“La vacunación contra el SARS-CoV-2 y la gripe también brinda una buena protección contra el desarrollo de enfermedades graves. Aquellos que trabajan en residencias de ancianos o entornos de atención médica deben asegurarse de estar vacunados contra el SARS-CoV-2 y la gripe antes de la llegada del invierno”, apostilla.
Aproximadamente el 20% de la población se infecta con influenza cada año, y una de cada cuatro personas infectadas desarrollará síntomas. Los ancianos, las mujeres embarazadas y las personas con afecciones médicas crónicas (especialmente enfermedades cardiovasculares, respiratorias, diabetes o problemas del sistema inmunológico) son los grupos que presentan un mayor riesgo de complicaciones graves en caso de infección por influenza.
El ECDC concluye su informe indicando que los medicamentos antivirales, que se toman lo más rápidamente posible desde el inicio de los síntomas, son medidas seguras y eficaces para el tratamiento de la gripe y, generalmente, se recomiendan para los casos graves o los que progresan rápidamente. Sus propiedades profilácticas también son útiles como medida preventiva ante brotes, por ejemplo, en residencias de ancianos.