Disminuye la preocupación entre la población sobre los efectos en la salud de los cigarrillos electrónicos, especialmente entre los más jóvenes. No en vano, casi un tercio de las personas de entre 15 y 64 años (un 27,1%) cree que consumir estos productos produce pocos o ningún problema para la salud. Así lo ha dado a conocer el Ministerio de Sanidad en su última estadística sobre alcohol, tabaco y drogas ilegales en España.
Esta caída en la percepción del riesgo viene además acompañada de un aumento en la prevalencia del consumo de estos productos. Por ejemplo, en el año 2015 un 7,3% de los hombres y un 6,3% de las mujeres encuestados habían consumido cigarrillos electrónicos alguna vez en su vida. Unos años después, en el 2022, ya eran un 13,6% y 10,7% respectivamente. Así, de media, un 12,1% de la población ha probado estos productos al menos una vez.
Si bien este sería el porcentaje medio, vemos que el consumo más alto se encuentra entre los más jóvenes. En este caso vemos que la franja de entre 15 y 35 años presenta la prevalencia de consumo más alta con un 17,7%. En el caso de las personas de entre 35 y 64 años, la prevalencia sería algo más reducida con un 9,5% de media. Por otro lado, vemos que las personas que han utilizado estos productos en el último año ya alcanzan el 4,1%.
La franja de entre 15 y 35 años presenta la prevalencia de consumo más alta con un 17,7%
Se trata de un porcentaje que ha ido aumentando con los años tanto en hombres como en mujeres. Como vemos en estos datos, en el 2015 un 6,8% de la población había consumido estos productos alguna vez en la vida (7,3% de hombres y 6,3% de mujeres). En el 2018 ya era un 8,8% (9,6 y 8,1%). Para 2020 se alcanzó de media un 10,5% (12 y 8,9%), y en el 2022 se ha alcanzado ese 12,1%.
Tal y como reflejan los datos, la población tiene menor miedo al respecto de su salud a la hora de consumir estos productos, y además los consumen en mayor medida. Pero, además, también se están empezando a consumir antes. Y es que, si en 2018 la media de edad de inicio del consumo de cigarrillos electrónicos era de 33 años, en 2022 llegó a ser de 31. Es decir, los consumidores empiezan a utilizar estos derivados del tabaco hasta dos años antes.
Por otro lado, el consumo de estas sustancias también está asociado con el policonsumo. Esto quiere decir que las personas que fuman cigarrillos electrónicos, también suelen consumir otro tipo de sustancias. Por ejemplo, las cifras reflejan que un 14,8% de los consumidores de cannabis también ha consumido alguna vez en la vida los cigarrillos electrónicos.
Pero, ¿qué tipo de consumo se está produciendo? Los cigarrillos electrónicos se usan por gran parte de la población para dejar el hábito del tabaco convencional, y otros por ejemplo los utilizan para el consumo de cannabis. En el primero de los casos vemos que la prevalencia de consumo para dejar de fumar sería de hasta un 6,6% en los adultos de entre 45 y 54 años, siendo esta la franja de edad en la que más se observa este tipo de consumo.
También algunas personas utilizan estos cigarrillos para sustituir al tabaco aunque no con el ánimo de dejar de fumar. En este caso el porcentaje más alto de personas que dicen hacer este uso sería el de la población de entre 45 y 54 años (un 65,3% en total) y de entre 55 y 64 años (un 63,3%). En cuanto a la tipología de los dispositivos, vemos que un 28,5% son productos sin nicotina y sin cannabis; un 75,5% con nicotina; y un 3,2% con cannabis.
Finalmente encontramos que, además de estos datos, la población está perdiendo la percepción del riesgo con estos productos. Por ejemplo, la proporción de personas que piensan que esa conducta puede causar bastantes o muchos problemas es de un 72,9%. Sin embargo, en el 2020 era un 73,9%, es decir, un punto porcentual más. Por el lado contrario, observamos que el 27,1% cree que este consumo causa pocos o ningún problema.
