La Universidad de California-San Francisco (UCSF) realizará un ensayo clínico utilizando una nueva CAR-T más inteligente guiada por tecnología de precisión y podría ser útil en los tumores cerebrales. Este ensayo está subvencionado con 10,2 millones de euros. Laterapia CAR-T ha prolongado la supervivencia de miles de pacientes con leucemia y otros cánceres sanguíneos, y la UC San Francisco está tratando de adaptarla para personas con glioblastoma, empleando una novedosa tecnología denominada muesca sintética ('synNotch'), que protege el tejido sano del daño y permite que el tratamiento sea más eficaz.
La UCSFha abierto esta semana el plazo de inscripción en un ensayo clínico que utiliza esta tecnología por primera vez en seres humanos. El segundo ensayo está previsto para 2025. Cada año se diagnostica un glioblastoma a unos 12.000 estadounidenses.
Los pacientes sobreviven una media de solo 15 meses tras el diagnóstico, y se necesitan urgentemente nuevos tratamientos. Hideho Okada, doctor en Medicina y director del Centro de Inmunoterapia de Tumores Cerebrales de la UCSF, ha declarado que "este proyecto es un excelente ejemplo de la traslación del laboratorio a la clínica dentro de la UCSF, ya que representa los puntos fuertes de la ciencia básica y clínica". "Tenemos aquí un proyecto verdaderamente autóctono", ha señalado.
Okada ha recibido hasta 11 millones de dólares para el primer ensayo del Instituto de Medicina Regenerativa de California (CIRM), que financia la investigación con células madre y terapia génica para enfermedades y trastornos incurables en todas las fases del desarrollo deensayos clínicos. La financiación inicial del segundo ensayo corre a cargo de los Programas Especializados de Investigación de Excelencia del Instituto Nacional de Cáncer (NCI SPORE).
Cada año se diagnostica un glioblastoma a 12.000 estadounidenses
"Esperamos que el tratamiento prolongue la vida de los pacientes con glioblastoma", ha declarado Okada, catedrático de neurocirugía de la UCSF y miembro del Instituto Weill de Neurociencias.
"Sin embargo, el objetivo principal del actual estudio de fase 1 es garantizar la seguridad y caracterizar cualquier toxicidad", ha señalado. Cuando se probó en ratones, Okada afirmó que la terapia proporcionaba un "resultado sólido y duradero" más notable que cualquier otra cosa que hubiera encontrado durante 30 años de investigación sobre tumores cerebrales.
El ensayo financiado por el CIRM estará dirigido por la investigadora principal, Jennifer Clarke. Está abierto a pacientes con glioblastoma recién diagnosticado que hayan completado el tratamiento estándar. Los tumores deben tener una mutación que se encuentra en aproximadamente el 20% de los glioblastomas y que puede identificarse mediante la prueba del panel genético del cáncer UCSF500.
El segundo estudio estará abierto a pacientes con glioblastoma, tengan o no la mutación. CAR-T hace referencia a las células T receptoras de antígenos quiméricos, que son células inmunitarias que destruyen el cáncer extraídas del paciente y modificadas genéticamente para reconocer y destruir los antígenos que aparecen en la superficie de las células cancerosas.
Estas células CAR-T sobrecargadas se infunden de nuevo en el organismo para atacar a las células tumorales. En muchos pacientes con leucemia y otros cánceres de la sangre, las CAR-T han demostrado una remisión a largo plazo, pero este enfoque no ha funcionado contra los tumores cerebrales.
El objetivo principal del actual estudio de fase 1 es garantizar la seguridad y caracterizar cualquier toxicidad
Las células del glioblastoma son más diversas que las del cáncer sanguíneo y pueden eludir la CAR-T. Muchos de los antígenos producidos por los tumores también se encuentran en el tejido sano, por lo que pueden ser atacados. Para superar estos obstáculos, Okada recurrió al sistema 'synNotch', desarrollado por el doctor Wendell Lim, director del Instituto de Diseño Celular de la UCSF y profesor del Departamento de Farmacología Celular y Molecular de la UCSF.
La tecnología permitió a los científicos programar células CAR-T para que se dirigieran a antígenos específicos de las células tumorales, sin tocar los que se encuentran en el tejido sano.
Además, no sucumben al agotamiento de las células T, un problema habitual de las terapias CAR-T, porque son más estables metabólicamente y utilizan menos energía para combatir el cáncer durante más tiempo. "Hemos creado un sistema flexible y minucioso que aborda las principales preocupaciones que teníamos sobre el uso de células CAR-T contra tumores sólidos", afirma Lim. "Estas células actúan como ordenadores: integran múltiples unidades de información y toman decisiones complejas", ha señalado.