Cada año se diagnostican diferentes tipos de cáncer laboral en el mundo. En nuestro país, en 2022, según datos de Comisiones Obreras (CCOO), se notificaron 107 casos de tumores malignos derivados de la profesión ejercida por el paciente. Una cifra, que sin embargo, está alejada de la realidad.
Se estima que al menos 11.000 nuevoscasos de cáncer anuales tienen origen en las condiciones de trabajo de las personas. La evidencia científica señala que entre el 4 y el 10% del total de casos de tumores malignos diagnosticados entre la población en general es debido a exposiciones laborales a agentes cancerígenos. Desde CCOO indican que si se analiza la población trabajadora expuesta a estos agentes la cifra se eleva al 25 y 30%.
“En el lugar de trabajo, la situación suele ser compleja con exposición a sustancias aisladas o a mezclas de sustancias, o amas combinadas con otros tipos de exposición profesional u otros carcinógenos, como el tabaco o el alcohol”, recoge la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer (IARC), perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Son muchas las ocupaciones y los profesionales que a lo largo de su carrera laboral se han expuesto de forma no voluntaria a cancerígenos. Exposiciones evitables y prevenibles con medidas de seguridad, pero que se siguen dando. Todavía mucho de los profesionales que trabajan retirando el amianto, o manipulando el polvo de sílice, las aminas aromáticas, el arsénico, radiaciones como la ionizante o el radón no cuentan con la protección suficiente.
En España, el RD 1299/2006 recoge un total de 18 sustancias que producen 30 tumores de origen laboral, pero no está completamente actualizado
Todos los elementos citados son carcinógenos, capaces de producir mesotelioma de la pleura, cáncer de laringe, de ovario, neoplasias malignas de vejiga, carcinoma epidemoide de piel, angiosarcoma de hígado, los síndromes de linfo y mieloproliferativos o la enfermedad de Bowen, término con el que se conoce al tumor intraepidérmico. En España, el RD 1299/2006 recoge un total de 18 sustancias que producen 30 tumores de origen laboral, pero no está completamente actualizado, tal y como denunción la Comisión Europea en su tercera revisión de la directiva sobre agentes carcinógenos y mutágenos.
El listado se actualiza año tras año, con aquellos productos cuya exposición en el entorno del trabajo tiene riesgo de enfermedad oncológica. Con ello también se realiza una lista de las profesiones con mayor riesgo de cáncer para los que es necesario que se cuenten con protocolos y medidas de protección
PROFESIONES CANCERÍGENAS
Como recoge la OMS, no solo se habla de productos cancerígenos a los que se está expuesto, sino de comportamientos humanos que se relacionan con el cáncer. En este sentido, hay ocupaciones que se consideran posibles cancerígenos, probables carcinógenos o, directamente, carcinógenos, clasificados por la Agencia IARC en el grupo 2B, 2A y 1 respectivamente.
Según la IARC los trabajadores en las que se ha detectado una mayor incidencia de tumores son: los pintores, con riesgo de neoplasias en pulmón, mesotelio y vejiga calificados en el grupo 1 del listado de la IARC; los productores de caucho, con mayor incidencia de leucemia, linfoma, pulmón, estómago y vejiga, y trabajadores en fundiciones de hierro y de acero, en minerías o en la producción de gas sintético o syngas a partir de la gasificación del carbón, que tienen mayor riesgo de sufrir cáncer de pulmón.
Como carcinógeno de grupo 1, la IARC incluye la realización del proceso de Acheson, la fundición con el acero y el hierro, la ocupación del hollinador y está en proceso incluir a los bomberos
En el listado de agentes asociados con el cáncer del IARC, se recogen otras ocupaciones laborales que en mayor o menor grado se relacionan con la enfermedad oncológica. Es el caso del proceso de Acheson, consistente en fabricar el carburo de silicio, un material que podría sustituir al diamante como material abrasivo de corte, esta actividad está clasificada en el grupo 1 (carcinógeno). El trabajo de fundición con el acero y el hierro, como el aluminio, también se considera una exposición cancerígena desde 2012; mismo año en el que también se reconoció como tal la profesión de los hollinadores.
En este primer grupo, el más alto en cuanto a riesgo de enfermedad oncológica, la OMS está preparando la incorporación del bombero, expuesto a diferentes compuestos químicos y al humo del fuego, peligrosos para la salud.
Las actividades de peluqueros y barberos, de los trabajadores de refinerías y de los agricultores que usan insecticidas no arsénicos están calificadas como probables carcinógeno (grupo 2A)
En el grupo 2A, probable carcinógeno, se encuentran los peluqueros y los barberos desde 2010, cuando el organismo lo incorporó por la exposición a los productos químicos y la radiación que desprenden los elementos utilizados en estos establecimientos. También los agricultores que trabajan con sprays o aplicando insecticidas no arsénicos, o los trabajadores en refinerías de petróleo.
El trabajo asfaltando las calles, debido a las emisiones que produce este compuesto desarrollado a partir de la destilación de petróleo, se considera probable carcinógeno, pero también posible cancerígeno (2B) cuando se trabaja con la masilla. En este último grupo se establece también el proceso de limpieza de la ropa en seco, un tipo de proceso que se realiza en las tintorería.
Son muchas, por tanto, las ocupaciones laborales con riesgo de cáncer, pero en muchos casos desconocidos. No es raro ver pintores sin la protección respiratoria pertinente realizando su trabajo, o a marmolistas o trabajadores de tintorerías. Y mientras se siga desconociendo la incidencia real del cáncer laboral, seguirá siendo muy difícil visibilizarlo y tomar las medidas de protección necesarias para terminar con los 11.000 casos de tumores de origen ocupacional que se estima que se dan al año solo en España.