Hace cuatro años, cuando tenía 28 años, a Paula le diagnosticaron un cáncer de mama, el más frecuente en mujeres españolas, ya que se estima que afecta a una de cada ocho mujeres. Tras un cirugía para extirpar el tumor y ciclos de quimioterapia, el cáncer desapareció, aunque sigue siendo paciente porque sigue en revisión y se supone que aún está en riesgo alto. “Me han llegado a decir muchas veces que soy muy fuerte. Pero, no somos fuertes. Tienes derecho a vivir otras emociones. Nosotras también sentimos dolor, rabia y a veces positivismo, pero no siempre desde la perspectiva de una luchadora. Ser luchadora es una perspectiva, y puedes tenerla o no”, afirma tajante Paula a Consalud.es.
Tener cáncer no es una lucha que vencer. Tampoco una batalla en la que se gane o se pierda. No se necesitan armas, ni se es una guerrera por tener cáncer. Utilizar palabras como “vencer” o “batalla” refuerza la idea de que solo puede quedar uno y de que tras conocer el diagnóstico, mantenerse fuerte es la única acción.
Sin embargo, los pacientes que han pasado por un cáncer, saben que esto no es más que una forma de empeorar su situación. "Entiendo la buena intención que puedan tener las personas a la hora de dirigirse con estos términos, pero no es justo porque estamos imponiendo a los pacientes como un extra de responsabilidad, como que tú si has podido o no y esto hace un poco de daño. Pero la realidad es que los tratamientos están ahí, y a veces funcionan y otros no”, explica la joven.
Generalmente, la palabra cáncer les hace tragar saliva y respirar hondo antes de poder pronunciar y es algo a lo que Paula se ha acostumbrado. “Siempre le digo a la gente que la semántica es muy poderosa, pero hay veces que he escuchado comentario duros. Te dicen 'eres muy fuerte', 'has tenido un buena actitud' o 'has ganado una batalla' y aunque yo soy una persona alegre y positiva, la actitud por la que yo estoy pasando es dolorosa. Mi cuerpo y el tratamiento es lo que me ha permitido salir adelante. El equipo médico que me ha acompañado y me ha apoyado son los que me han hecho salir adelante. Puedes tener energía, puedes querer, pero muchas veces las circunstancias no acompañan. También tenemos derecho a vivir otras emociones”.
"Uno no vive el cáncer, uno vive como puede"
Ciertamente, el cáncer es una patología con la que cuesta hablar de forma clara. El uso de eufemismos como el de “una larga enfermedad” o referirse al cáncer como a “lo tuyo” son algunas de las expresiones que coloquialmente suplen a la palabra cáncer en lo que parece un esfuerzo por desdramatizar una enfermedad, que durante muchos años, ha sido sinónimo de muerte.
“Alguien tiene una diabetes o tiene alguna enfermedad que también puede conllevar problemas graves y se pueden llegar a decir expresiones parecidas a estas. Pero la diferencia es que, cuando hablamos de cáncer, la gente entra en pánico o se creen que hay que velarlo de alguna manera y aunque intenta ser empático, no tiene pretensión de empatía, porque al final se tiene el efecto contrario en los pacientes”, sigue diciendo la paciente.
Aun así, pese a recibir comentarios diarios de este tipo, para Paula lo más complicado ha sido las consecuencias de la enfermedad. “Quizás la parte más difícil ha sido la recuperación mental a posteriori. Cuando estás en el proceso te guían mucho. Tu tratamiento no te pertenece, pertenece a las consultas, con lo cual estas enfrascada y cuando todo se acaba y asumes un poco más las cosas es más complicado volver a reactivarte. Por eso, cuando te dicen que has 'ganado la batalla' , no es momento de enfocarlo de esa manera, porque uno no vive el cáncer, uno vive como puede”.