El videoconsejo sanitario de esta semana de #TuFarmacéuticoInforma se centra en la insulina, para qué sirve este medicamento, cómo y cuándo debemos administrarlo. Según explica la farmacéutica Irene Suárez, la insulina es una hormona que se libera por el páncreas cuando aumentan los niveles de glucosa en sangre, y que ayuda a reducirlos.
Las personas con diabetes producen poca o ninguna cantidad de insulina y por este motivo, necesitan un aporte externo de insulina para regular sus niveles de glucosa. "Existen diferentes tipos de insulina según su velocidad de acción y su tiempo de duración. En el vídeo de hoy vamos a centrarnos en la insulina humana, que es la misma hormona que produce nuestro páncreas", explica.
La insulina está disponible en la farmacia en forma de viales para administración intramuscular, intravenosa o subcutánea y como plumas para administración subcutánea
Esta insulina está indicada para el tratamiento de adultos y niños con diabetes mellitus, tanto de tipo 1 como de tipo 2, y se suele administrar 15 minutos antes o después de las comidas para evitar subidas de los niveles de azúcar. "Actúa con rapidez, en 1-3 horas y tiene una duración de actividad de hasta 7- 8 horas", apunta.
La insulina está disponible en la farmacia en forma de viales para administración intramuscular, intravenosa o subcutánea y como plumas para administración subcutánea. La dosis a administrar debe individualizarse por paciente, en función de sus necesidades de insulina, que vienen determinadas por la ingesta de alimentos y el ejercicio físico realizado por el paciente.
"Para administrar la insulina, debemos lavarnos las manos y limpiar la zona de piel donde vamos a inyectar la insulina. La administración subcutánea, la más habitual, se debe realizar en la zona superior de los brazos, muslos, nalgas o abdomen. Es recomendable alternar las zonas de inyección, de tal forma que un mismo lugar de inyección no sea utilizado aproximadamente más de una vez al mes, para reducir el daño en la piel y la posible atrofia del tejido adiposo. Después de la inyección, no se debe realizar masaje de la zona", señala.
"Es importante recordar que no debes compartir ni agujas, ni jeringas. Además, no debemos administrar la insulina al paciente si está empezando con una hipoglucemia, es decir una bajada de azúcar en sangre", añade la farmacéutica.
"Es importante recordar que no debes compartir ni agujas, ni jeringas. Además, no debemos administrar la insulina al paciente si está empezando con una hipoglucemia"
Entre las principales recomendaciones para la administración de insulina, Suárez destaca no cambiar de insulina a no ser que se lo indique su médico, revisar siempre la etiqueta antes de cada inyección para evitar confusiones accidentales con otras insulinas y verificar visualmente las unidades seleccionadas en el contador de dosis de la pluma para evitar sobredosis o dosis insuficientes.
Como reacción adversa puede producir alergia localizada, con aparición de enrojecimiento, hinchazón y picor en el lugar de inyección, que suele desaparecer de forma espontánea al cabo de unos días o semanas. También se puede producir hipoglucemia, con síntomas como apatía, confusión, palpitaciones, dolor de cabeza, sudoración y vómitos. Para recuperar los niveles de azúcar, puedes tomar una bebida azucarada o azúcar y después comer según te ha indicado tu médico para estas ocasiones. "Si experimentas cualquier tipo de efecto adverso, consulta a tu médico o farmacéutico", destaca la profesional.
Respecto a su conservación, hasta que vayamos a usarla se debe guardar en nevera, evitando su congelación. Una vez empecemos a usarla, se debe guardar a temperatura ambiente, sin exponerla a temperaturas excesivas, y no refrigerarla.
"Y recuerda, pregunta siempre a tu farmacéutico de confianza. Él te informará sobre cómo debes administrar la insulina y sobre cualquier otra duda que tengas", concluye.