"Las enfermedades crónicas representan la demanda manifiesta prevalente en el SNS y suponen un elemento disruptivo para el actual catálogo de prestaciones y la actual cartera de servicios, para la organización por niveles asistenciales, sus criterios de planificación y de asignación de recursos, así como para el rol de profesionales y pacientes".
Así lo señala Boi Ruiz, profesor de la Universidad Internacional de Cataluña (UIC), quien indica en New Medical Economics que, en aras de la equidad, "la atención a la cronicidad requiere de un reconocimiento estructural y a la vez funcional dentro del SNS que contemple todas las enfermedades crónicas más allá de las padecidas por los adultos mayores".
Tal y como explica, "los actuales instrumentos de planificación siguen aún criterios de atención por niveles de resolución y enmarcan en ellos las asignaciones de recursos que se basan, en general, en cubrir los costes de la gestión de equipamientos sanitarios y su actividad". "Esto limita la transición hacia la atención integrada e integral como organización formal que se sustenta en modelos de coordinación y cooperación no identificados en la asignación de recursos", agrega el también presidente de Know How.
"El SNS debe construir un sistema de medición de resultados homogéneos y un registro que sirva de cuaderno de mando para la gobernanza de la atención a la cronicidad desde el Consejo Interterritorial"
A su juicio, la atención a la cronicidad debe de ser tratada con criterio prioritario, singular e integral en la planificación. Al cambio de paradigma que la cronicidad comporta, continúa, hay que añadir otro cambio disruptivo como es la petición de un papel activo por parte de los pacientes y sus asociaciones en las decisiones que les atañen con relación a las prescripciones y en cómo recibir la atención. Para ello, la formación formal o informal, es la base de su empoderamiento. Para la gran mayoría de los pacientes con enfermedades crónicas, como también para su entorno afectivo, su papel activo tiene un "valor terapéutico".
"La atención integral e integrada requiere de información compartida en tiempo y forma. A su vez esa información debe generar el conocimiento necesario para progresar en beneficios y mejoras para las propuestas de los profesionales y para la atención de los pacientes crónicos. Es un instrumento asistencial como lo son las tecnologías diagnósticas o terapéuticas. La historia clínica interoperable es el principal ejemplo", apunta el exconsejero de Salud de la Generalitat de Cataluña.
La buena gobernanza, prosigue Boi Ruiz, requiere de participación, transparencia y rendición de cuentas. "La publicación de resultados y su evaluación es el instrumento esencial para legitimar las decisiones tomadas. La Estrategia Nacional de Atención a la Cronicidad (ENAC) y los planes de la mayoría de las comunidades autónomas no contemplan la métrica suficiente para medir resultados de sus iniciativas, ni sistemas concretos de evaluación", declara. "El SNS debe construir un sistema de medición de resultados homogéneos y un registro que sirva de cuaderno de mando para la gobernanza de la atención a la cronicidad desde el Consejo Interterritorial", asegura.
"Los decisores políticos deben mejorar la solvencia del SNS realizando las reformas estructurales necesarias para dotar a la atención a la cronicidad de los instrumentos que su gestión requiere a largo plazo"
El Sistema Nacional de Salud (SNS), manifiesta, debe reconocer como reto para su solvencia y sostenibilidad el abordar adecuadamente la atención a la cronicidad. Es reconocible esa preocupación con la elaboración de planes estratégicos por parte de las comunidades autónomas y del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Con ello, resalta, ha adquirido la visibilidad necesaria para ser tenido en cuenta en muchos análisis socioeconómicos. Las estrategias también han permitido coincidir en el papel de la Atención Primaria y Comunitaria como disciplina y eje alrededor del cual debe pivotar la continuidad asistencial del paciente crónico y especialmente del paciente crónico complejo.
Boi Ruiz pone de manifiesto que "los decisores políticos deben mejorar la solvencia del SNS realizando las reformas estructurales necesarias para dotar a la atención a la cronicidad de los instrumentos que su gestión requiere a largo plazo y basar la coordinación entre las CCAA en la normalización de los resultados para añadir el valor de la equidad".
"Ante nuevos escenarios electorales no estaría de más disponer de las predisposiciones políticas de diálogo y consenso ante el reto de solvencia del SNS. La política debe ser también solvente para encarar, desde el presente, el futuro de nuestro SNS", finaliza.