En 2018, el 25% de las muertes que se produjeron en Reino Unido estuvieron relacionadas con alguna enfermedad cardiovascular, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Estas patologías se han posicionado durante años en el primer puesto a nivel mundial como la causa de muerte más repetida en todos los países. Un grupo de enfermedades que incluyen desde enfermedad coronaria o accidente cerebrovascular, hasta arritmias cardíacas, valvulopatías o enfermedades tromboembólicas.
Unas patologías que, a pesar de las mejoras en la prevención, siguen teniendo una carga general elevada en todo el país. Así lo ha demostrado un estudio publicado en la revista médica The BMJ, bajo el nombre ‘Tendencias en la incidencia de problemas cardiovasculares entre 22 millones de personas en el Reino Unido durante 20 años: estudio basado en la población’.
En este análisis se incluyeron a 1.650.052 personas a las que se les había diagnosticado recientemente al menos una de estas patologías
Esta investigación ha utilizado los registros médicos electrónicos de Clinical Practice Research Datalink (CPRD GOLD y Aurum), que abarcan una cohorte representativa de 22 millones de personas. En este análisis se incluyeron a 1.650.052 personas a las que se les había diagnosticado recientemente al menos una de estas patologías entre 2000 y 2019, con una edad promedio de 70,5 años, de las cuales el 48% eran mujeres. Para llevarla a cabo, se contó con un consorcio de expertos de cuatro universidades europeas: el Departamento Nuffield de Salud de la Mujer y Reproductiva de la Universidad de Oxford, la KU Leuven, la Universidad de Glasgow y la Universidad de Leicester.
Los atuores estudiaron la incidencia de estas patologías y descubrieron que los infartos y los accidentes cerebrovasculares habían disminuido un 19% entre 2000 y 2019. Sin embargo, aunque este grupo de patologías disminuyó, otras como las arritmias, los problemas en las válvulas y los coágulos sanguíneos aumentaron. Con todo, la incidencia a nivel general de estas enfermedades ha sido estable desde los años 2007-2008. De hecho, la mayoría de las mejoras en la salud cardíaca se han observado en personas mayores de 60 años, mientras que los grupos de edad más jóvenes no han experimentado las mismas tendencias positivas.
"Nuestros hallazgos sugieren que los esfuerzos existentes han tenido éxito en la prevención, pero que otras patologías aumentaron en paralelo"
Los autores del estudio subrayan que los esfuerzos futuros para combatir las enfermedades cardíacas deben incluir una gama más amplia de enfermedades y centrarse en las necesidades específicas de las poblaciones más jóvenes y desfavorecidas desde el punto de vista socioeconómico. La Dra. Nathalie Conrad, investigadora principal del Departamento Nuffield de Salud de la Mujer y Reproductiva de Oxford y autora principal del estudio, afirma: "Hasta la fecha, la prevención de las enfermedades cardiovasculares se centra principalmente en la cardiopatía isquémica y el ictus. Nuestros hallazgos sugieren que los esfuerzos existentes han tenido éxito en la prevención, pero que otras patologías aumentaron en paralelo".
"Si bien es una buena noticia que la incidencia de la enfermedad cardíaca coronaria y el accidente cerebrovascular haya disminuido en general, la falta de disminución en las personas más jóvenes y el aumento de otras enfermedades graves como la insuficiencia cardíaca indican que aún queda mucho por hacer para mejorar la causa más importante de mala salud en el Reino Unido", añade John McMurray, profesor de cardiología médica en la Universidad de Glasgow y autor principal del estudio.
El riesgo general de desarrollar enfermedades cardiovasculares antes de los 60 años es comparativamente bajo. Sin embargo, no se han observado mejoras en las tasas de enfermedades cardíacas en jóvenes, un dato que preocupa a los investigadores. Por tanto, tal y como indica el estudio, se necesitan más esfuerzos para identificar mejor a las personas con alto riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares a una edad temprana y desarrollar nuevas estrategias de prevención.
NIVEL SOCIOECONÓMICO BAJO, MALA SALUD CARDIOVASCULAR
Además, el estudio destaca una brecha preocupante en las tasas de enfermedades cardíacas según los niveles socioeconómicos. Las personas que viven en las zonas más desfavorecidas tienen casi el doble de probabilidades de sufrir ciertas enfermedades cardíacas en comparación con las que viven en zonas más ricas.
Por último, la conciencia de que las comunidades más pobres siguen corriendo un alto riesgo puede impulsar campañas de salud pública y recursos específicos allí donde más se necesitan. Al centrarse en estas poblaciones vulnerables, las autoridades sanitarias pueden desarrollar e implementar estrategias de prevención más eficaces, mejorando en última instancia los resultados en materia de salud cardíaca para todos.