Cambio climático y calor: "No es un escenario teórico lejano en el futuro, está aquí y mata”

2024 está suponiendo un año de récord a nivel mundial en cuanto a temperaturas altas, tal y como alerta Copernicus, la entidad europea de monitorización del clima

Un termómetro de una farmacia marca 39ºC durante una ola de calor en Santa Cruz de Tenerife (Foto: Europa Press)
Un termómetro de una farmacia marca 39ºC durante una ola de calor en Santa Cruz de Tenerife (Foto: Europa Press)
Noelia Hernández
12 agosto 2024 | 19:30 h
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2024 está suponiendo un año de récord a nivel mundial en cuanto a temperaturas altas. Tanto es así que, en el último boletín mensual de Copernicus, la entidad europea de monitorización del clima alertaba de que junio era ya el decimotercer mes consecutivo más cálidoa nivel mundial con respecto al mismo mes de los anteriores años. Concretamente, llegamos a los 16,66 grados de media, 0,67 grados más que la temperatura media de junio y 0,14 grados por encima del anterior máximo histórico para este mes.

La entidad también alerta de que el resto de meses de lo que llevamos de año también han presentado unos datos preocupantes. Por ejemplo, en el mes de mayo vivimos temperaturas de hasta 0,7 grados superiores al promedio de 1991-2020, y 1,58 grados superiores al promedio preindustrial. Es más, mayo de 2024 fue el más cálido en todo el mundo desde que hay registros con 15,91 grados.

En el caso del mes de abril volvía a suceder: con una temperatura media de 15,03 grados, superaba por 0,14 el máximo anterior y por 0,67 grados el promedio de este mes. En marzo continuamos con la misma tónica, alcanzado de media los 14,14 grados, que en este caso estaba 0,73 °C por encima de la media de 1991-2020 para marzo y 0,10 °C por encima del máximo anterior establecido en marzo de 2016.

Junio era ya el decimotercer mes consecutivo más cálido a nivel mundial

De esta misma manera llegaron los datos de febrero y enero. En el caso del segundo año del mes, registramos 13,54 grados de media, 0,81 °C por encima de la media de febrero de 1991-2020 y 0,12 °C por encima de la temperatura del febrero más cálido anterior, que al igual que en marzo, ocurría en 2016. Un año que apuntaba maneras desde su comienzo. En enero tuvimos 13,14 grados de media, 0,70 °C por encima de la media de enero de 1991-2020 y 0,12 °C por encima de la temperatura del enero más cálido anterior, que en este caso se produjo en el 2020.

SALUD Y CALOR: LA CUENTA ATRÁS

En línea con estos datos cabe recordar el informe Europa 2024 de ‘The Lancet Countdown’ sobre salud y cambio climático. Este estudio habla de “la cuenta atrás” en cuanto a las acciones que debemos tomar para abordar los riesgos para la salud del cambio climático. “El cambio climático no es un escenario teórico lejano en el futuro: está aquí y mata”, advierte. En este sentido, se destaca que el cambio climático ya está afectando negativamente la salud de las poblaciones europeas y, en ausencia de acciones climáticas adecuadas, estos impactos seguirán aumentando en el futuro previsible.

Es más, “los indicadores sugieren que los impactos negativos del cambio climático sobre la salud han ido aumentando en comparación con los niveles de referencia y la mayoría de los impactos superan los niveles informados anteriormente”. Además, el aumento de las temperaturas también ha aumentado la mortalidad relacionada con el calor, la exposición a fenómenos extremos, ha provocado inseguridad alimentaria y está siendo idóneo para que una amplia gama de enfermedades infecciosas sensibles al clima y sus vectores sigan aumentando rápidamente en toda Europa.

"Los impactos negativos del cambio climático sobre la salud han ido aumentando"

Todas estas cuestiones, además, “subrayan la importancia crucial de incorporar consideraciones de desigualdad en las estrategias de cambio climático y destacan la necesidad de realizar investigaciones más sólidas para ahondar en los impactos desiguales del cambio climático sobre la salud”. En este sentido, señalan que los riesgos no impactan igual en todas las personas ni países, ya que las desigualdades crean también más vulnerabilidad.

Y en esta línea se pone también de manifiesto que, con la trayectoria actual, “el camino hacia sistemas de energía con emisiones netas cero sigue siendo lamentablemente inadecuado”. Para estar en camino de lograr emisiones netas cero en 2050, la inversión mundial en energía limpia debería casi triplicarse para 2030 y la inversión en combustibles fósiles debería reducirse a menos de la mitad de su valor actual, explican.

Por lo tanto, “es crucial que Europa acelere la acción climática, lo que requiere voluntad política y compromiso de todos los actores sociales y la participación en las dimensiones sanitarias del cambio climático”. Y es que es probable que los efectos del cambio climático empeoren dentro y fuera de Europa, afectando al bienestar de miles de millones de personas, se alerta desde la entidad.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
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