La calidad del aire que respiramos tiene un impacto innegable en nuestra salud, y afecta directamente a las enfermedades respiratorias, llegando a producir un gran número de muertes prematuras. Tanto es así que, la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), apunta a que al menos 238.000 personas fallecieron prematuramente en la Unión Europea en 2020 debido a la exposición a la contaminación del aire.
Es más, en 2020, el 96% de la población urbana europea estuvo expuesta a concentraciones de partículas finas superiores al nivel orientativo de la OMS de 5 microgramos por metro cúbico de aire. Todo ello plantea serios riesgos para la salud de la población mundial, causando muertes y diversas enfermedades crónicas.
Si nos preguntamos de donde vienen estas partículas, la AEMA explica que la principal fuente de contaminación por partículas finas en Europa es la combustión de combustibles en el sector residencial, comercial e institucional. Otras fuentes importantes de estos contaminantes son la industria, el transporte por carretera y la agricultura.
En 2020, el 96% de la población estuvo expuesta a concentraciones de partículas finas superiores al nivel orientativo de la OMS
No obstante, parece haber un haz de luz en esta situación, pues la agencia apunta a una disminución en el número de emisionesy también a una consiguiente disminución de las muertes prematuras. Es decir, con menos emisiones, se ha conseguido mejorar también la salud pública.
Pero, ¿cómo afecta esto a nuestro país? Pues bien, los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística (INE), muestran precisamente esta disminución en el número de las muertes prematuras en España durante los últimos años. Si observamos los datos de la entidad, a medida que bajan las emisiones lo hacen también las muertes.
Concretamente, y fijándonos en el dato sobre las muertes prematuras, tendríamos como referencia la cifra de 2005, la más antigua y también la más alta, tendríamos 78 muertes prematuras debidas a la exposición a partículas finas por cada 100.000 habitantes.
Tendríamos 30 muertes prematuras debidas a la exposición a partículas finas por cada 100.000 habitantes
Actualmente, tomando el dato de 2021 (el más reciente), tendríamos que, en casi dos décadas, esta cifra se ha reducido a menos de la mitad. Concretamente, tendríamos en España 30 muertes prematuras debidas a la exposición a partículas finas por cada 100.000 habitantes. Si lo comparamos con el dato de las emisiones en nuestro país, observamos igualmente que, si en 2005 teníamos 9,06 toneladas de de CO2, hoy en día serían 6,37.
Se trata de una disminución considerable y que se ha dado también en el conjunto de Europa. No obstante, durante toda la serie histórica, los datos de muertes en el caso del conjunto de la UE han estado en todo momento por encima de los datos de nuestro país.
Más concretamente, en 2005 eran 99 las muertes prematuras debidas a la exposición a partículas finas por cada 100.000 habitantes. El dato hoy en día es de 57 muertes, aunque en este caso sí se ha visto un pequeño repunte en los dos últimos años: se ha pasado de las 52 de 2019 (el dato más bajo), a las 53 de 2020 y las 57 de actuales.