La incontinencia urinaria es una condición que puede dificultar la calidad de vida y la salud mental de los pacientes que la sufren. Sin embargo, se trata de una situación que cuenta con tratamientos que ayudan a revertir esta situación, así como formas de prevención.
Se trata de la pérdida involuntaria de orina, que genera un problema social e higiénico al que la padece. Esta condición afecta mayoritariamente a mujeres, pues se estima que el 30 por ciento de ellas con edades comprendidas entre los 18 y los 55 años las sufren. Por otro lado, solo padecen incontinencia urinaria un 10 por ciento de los hombres, aunque aumenta su incidencia a partir de los 65 años.
La incontinencia urinaria se puede clasificar en varios tipos. En este sentido, la Incontinencia Urinaria de Esfuerzo (IUE) se caracteriza por pérdidas de orina al realizar un esfuerzo, como puede ser un estornudo, tos, saltos o correr. En los casos más graves se puede dar incluso al caminar.
Las pérdidas de orina al hacer esfuerzos se deben en el 90 por ciento de los casos a un descenso exagerado de la pared posterior de la uretra en el esfuerzo. Esto suele estar causado, generalmente, por una hipotonía de los músculos del suelo pélvico. En ocasiones, también puede deberse al déficit del cierre de la uretra.
Las pérdidas de orina al hacer esfuerzos se deben en el 90 por ciento de los casos a un descenso exagerado de la pared posterior de la uretra en el esfuerzo
Otro tipo de casos comunes son los de Incontinencia Urinaria de Urgencia (IUU), que se dan cuando el deseo de orinar aparece de forma brusca y el sujeto tiene dificultades para aguantar la orina. Además, se pueden dar situaciones de Incontinencia Urinaria Mixta cuando se dan tanto pérdidas al hacer esfuerzo como por urgencia.
Los síntomas de urgencia miccional, aumento de la frecuencia miccional o imperiosidad pueden estar debidos a causas muy diversas, como una infección urinaria, un prostatismo, una hipotonía del suelo pélvico, una hipertonía de ciertos músculos pélvicos (prepubiano, obturador interno), una hipertonía vesical, o incluso un mioma uterino.
Para prevenir incontinencias y evitar infecciones, Sara Esparza, fisioterapeuta especializada en uro-ginecología, responsable de rehabilitación de suelo pélvico en Policlínica Gipuzkoa, vicepresidenta de la Sociedad Española de Pelvi-Perineología, y profesora de uro-ginecología en la Escuela Universitaria Gimbernat y en la Universidad Autónoma de Barcelona, defiende la importancia de mantener un buen tono muscular del suelo pélvico.
“El debilitamiento de los músculos del suelo pélvico y del abdomen son una de las causas principales de la incontinencia, de ahí que proponga hacer ejercicios de tonificación abdomino perineal como método de prevención", comenta la fisioterapeuta, que añade que "las técnicas hipopresivas se han demostrado una herramienta eficaz en la prevención de este incómodo síntoma”.
En lo relativo al tratamiento, la mayoría de los casos de incontinencia urinaria se puede solucionar mediante rehabilitación del suelo pélvico, que incluye la realización de ejercicios perineales, abdominales y posturales, junto con técnicas fisioterápicas como la electroestimulación, biofeedback, radiofrecuencia, ondas de choque o láser.
“En nuestra unidad de rehabilitación del suelo pélvico de Policlínica Gipuzkoa, se realiza un diagnóstico preciso de cada paciente, para ofrecer un tratamiento personalizado, con las técnicas más avanzadas: Biofeedback EMG, electroestimulación, láser, Indiba, ondas de choque, técnicas hipopresivas, etc. Todo ello nos permite alcanzar óptimos resultados en un número limitado de sesiones, normalmente de seis a diez sesiones", señala la experta.
Para mantener a raya la incontinencia urinaria, se deben evitar los esfuerzos abdominales, el deporte de impacto, el alcohol o las bebidas excitantes
Además, para mantener a raya la incontinencia urinaria, se deben evitar los esfuerzos abdominales, el deporte de impacto, el alcohol o las bebidas excitantes. Además de la realización de ejercicios de contracción perineal, es recomendable corregir la postura, beber 1,5 litros de agua al día, orinar cada tres horas y realizarse evaluaciones abdomino-perineales tras el embarazo y el parto.
SALUD SEXUAL
La incontinencia urinaria puede suponer también un problema para la salud sexual de los pacientes. “Hay muchas mujeres que sufren de dolor en el coito porque sufren sequedad o tienen dificultades para llegar al orgasmo. En el caso de los hombres, sobre todo a partir de los 50 años, es muy frecuente que haya disfunción eréctil o en hombres más jóvenes y mayores la eyaculación precoz”, explica la especialista.
Para tratar las disfunciones sexuales, cuatro o seis sesiones de rehabilitación suelen ser suficientes para mujeres que presentan dolor en las relaciones sexuales después de un parto. "Además, existen aparatos de electroestimulación domiciliaria, de vibración o dilatadores vaginales para los casos de estenosis o de cierre de la vagina. Mantener la hidratación y la elasticidad de las paredes de la vagina va a suponer tener una mejor vivencia de sus relaciones sexuales”, añade Sara Esparza.
Por su parte, los hombres deberán realizar ejercicios de periné para mantener mejor la función eréctil. "Asimismo, tenemos aparatos que permiten facilitar y mantener la erección”, concluye la experta.