Botulismo del lactante: muy peligrosa y con pocos casos pero “se suelen pillar a tiempo”

El botulismo es provocado por la ingestión de la espora de la bacteria Clostridium Botulinum, y en el caso de los niños pueden colonizar, germinar, multiplicarse y generar sustancias altamente tóxicas en el tracto intestinal de bebés menores de un año

Bebé recién nacido(Foto: Freepik)
Bebé recién nacido(Foto: Freepik)
Blanca Mas
26 agosto 2022 | 17:45 h

El pasado 8 de agosto, la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias notificaba un caso en investigación de botulismo infantil en un bebé de cuatro meses que se encontraba ingresada en la unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Universitario Materno Infantil de Canarias.

Esta notificación, resultó extraña, y es que el botulismo infantil o del lactante es una enfermedad poco frecuente pero potencialmente mortal, si no se trata a tiempo y que afecta a niños menores de un año. Es más, según Abián Montesdeoca, experto en infectología pediátrica y pediatra de Atención Primaria del Servicio Canario de Salud, “en los últimos datos de 2018 se confirmaron 8 casos en todo el país, y en 2017, 12 casos”.

El botulismo es provocado por la ingestión de la espora de la bacteria Clostridium Botulinum, que no ocasionan enfermedad cuando son consumidas por adultos saludables. Pero en el caso de los niños, pueden colonizar, germinar, multiplicarse y generar sustancias altamente tóxicas, como la toxina botulínica (una de las más potentes de la naturaleza), en el tracto intestinal de bebés menores de un año. Esto se debe a la ausencia fisiológica del suficiente nivel de acidez gástrica y de flora protectora en el aparato gastrointestinal de los niños en esta franja etaria.

Los síntomas, en algunas ocasiones causan confusión en los profesionales, y es que "como todas las enfermedades con baja frecuencia, el profesional tiene que pensarlo"

Los síntomas, en algunas ocasiones causan confusión en los profesionales, y es que “como todas las enfermedades con baja frecuencia, el profesional tiene que pensarlo. Si no se te ocurre, tardas de dar con el diagnostico”.

Además, los bebés enfermos de botulismo suelen tener un síntoma característico y que se puede confundir con otras enfermedades como el Síndrome de Guillain-Barré o la poliomielitis: la parálisis flácida. La gran diferencia es cómo se produce esta parálisis. Con el botulismo suele ser de arriba a abajo, comenzando por la cabeza y terminando con las extremidades. Otros de los síntomas son el estreñimiento, visión borrosa, alteraciones en el alineamiento de los ojos, estrabismo y posteriormente, un llanto débil.

Sin embargo, esta enfermedad cogida a tiempo, no supone un problema. ¿El antídoto? Una antitoxina que va dirigida a los nervios motores y “tiene un efecto de 6 meses y evita que tenga recaídas. Una vez que el organismo ha eliminado la toxina, no tiene ninguna repercusión importante”, explica el Dr. Pedro Gorrotxategi, vicepresidente de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPap).

Esta enfermedad cogida a tiempo, no supone un problema, pero en casos más graves requiere que el niño utilice un soporte respiratorio con ventilación mecánica

Es cierto, que existen casos más graves, que tras un diagnóstico tardío, requiere que el niño utilice un soporte respiratorio con ventilación mecánica al tener dificultades para respirar y esto puede hacer que “esté meses en cuidados intensivos o que puedan tardar más de un año en recuperarse”, explica el Dr. Montesdeoca.

De esta forma, “dependiendo de la toxina que se vea involucrada y el momento en el que se capte” puede acarrear problemas para el futuro, explica el pediatra Canario. Pero, el Dr. Gorrotxategi asegura que “se suelen pillar a tiempo”.

LA MIEL, EL GRAN PELIGRO

En Atención Primaria, los pediatras recomiendan a los padres que no alimenten a sus hijos con ciertos productos antes de que tengan un año, como por ejemplo algunas especias, infusiones o incluso la miel. También el polvo es considero uno de los portador de la bacteria C. Botulinum y puede llegar a contaminar los alimentos.

“Solemos utilizar la miel como un medicamento, porque hay evidencias que demuestran que es un medicamento eficaz en los niños para la tos nocturna, pero solo la recomendamos a partir de un año por estos casos”, aclara el Dr. Gorrotxategi.

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