Los bisfosfonatos son el tratamiento de primera línea para prevenir fracturas en pacientes con osteoporosis. Sin embargo, su uso está contraindicado o debe usarse con precaución en pacientes con enfermedad renal crónica (ERC), principalmente debido a la falta de información sobre su seguridad y eficacia. Un estudio reciente en el que han colaborado investigadores de universidades e instituciones británicas y españolas, con la participación de investigadores del Ciber de Fragilidad y Envejecimiento Saludable (Ciberfes) y el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM-Hospital del Mar) viene a incidir precisamente en la seguridad del uso de estos medicamentos, determinando el incremento moderado, un 15%, del riesgo de progresión de la ERC en relación con el uso de bisfosfonatos.
Es por ello que los investigadores advierten de la importancia de tener en cuenta si el estadio de la insuficiencia renal es grave antes de prescribir el medicamento, ya que “podría empeorar su función renal y entonces se tendrían que buscar alternativas de tratamiento”, tal y como señalan en el estudio publicado en el Journal of Bone and Mineral Reseach.
“Esta investigación constituye una aportación significativa debido a la escasa información existente. Debemos decir que, de manera tranquilizadora, no encontramos un riesgo excesivo de lesión renal aguda, eventos gastrointestinales o hipocalcemia con el uso de bisfosfonatos. Sin embargo, estos resultados deben considerarse para la progresión del estadio de ERC y deben continuar usándose los bisfosfonatos con precaución en esta población”, añade el investigador del Ciberfes, coordinador del Grupo de investigación Musculo-Esquelética del IMIM-Hospital del Mar y jefe del Servicio de Medicina Interna del Hospital del Mar, Xavier Nogués.
Los pacientes con enfermedad renal crónica tratados con bisfosfonatos tendrían un 15% de mayor riesgo de progresión de la enfermedad
Para llevar a cabo la investigación se utilizaron registros electrónicos de atención primaria de dos series, CPRD GOLD (1997-2016) y SIDIAP (2007-2015), vinculadas a registros hospitalarios en el Reino Unido y Cataluña, respectivamente. Los análisis incluyeron a casi 4.000 usuarios de bisfosfonatos con al menos dos mediciones de eGFR por debajo de 45 ml / min / 1,73 m 2, emparejados con PS para más de 15.000 no usuarios.
La enfermedad renal crónica (ERC) de moderada a grave (estadios 3 a 5) afecta hasta a 2,8 millones de personas en el Reino Unido (UK) y a 2,7 millones de personas en España. La ERC se asocia con una masa ósea baja y, por tanto, el aumento del riesgo de fracturas se vincula con una mayor gravedad de la ERC. Aunque los bisfosfonatos son tratamientos antiosteoporosis de primera línea para la prevención de fracturas, su uso está contraindicado o con precaución en pacientes con una tasa de filtración glomerular estimada (TFGe) inferior a 30 ml / min / 1,73 m2.
Las pautas más recientes de la Iniciativa de Calidad de Resultados de la Enfermedad Renal propusieron que se debe considerar la posible progresión renal, la gravedad de cualquier anomalía bioquímica, el riesgo de fractura y los trastornos óseos y minerales relacionados con la ERC al decidir si prescribir bisfosfonatos.