Los biomarcadores facilitan la personalización de la medicina en pacientes con asma

Aunque los neumólogos necesitan un mejor conocimiento de su aplicabilidad y validación y, en ocasiones, más medios para poder aplicarlos en la clínica

Los biomarcadores facilitan el desarrollo de medicina personalizada en pacientes con asma
Los biomarcadores facilitan el desarrollo de medicina personalizada en pacientes con asma
CS
11 junio 2018 | 18:54 h

El Instituto Nacional de la Salud (Insalud) define biomarcador como “una característica que es objetivamente medida y evaluada como un indicador de procesos biológicos normales, procesos patogénicos o respuesta farmacológica a una intervención terapéutica”. Los biomarcadores, por tanto, pueden ser células, citoquinas o cualquier molécula, como el óxido nítrico exhalado, que revelan la situación biológica de una enfermedad y abren la puerta a la aplicación de la medicina personalizada en el asma grave, ya que permiten tomar las mejores decisiones terapéuticas para cada paciente, como la elección del tratamiento biológico óptimo en cada caso.

Sin embargo, los neumólogos necesitan un mejor conocimiento de su aplicabilidad y validación y en ocasiones más medios para poder aplicarlos en la clínica, como en el caso del estudio del esputo inducido, según se ha puesto de manifiesto en el Curso de Formación Continuada en Neumología dirigido a residentes y neumólogos, en el marco del 51º Congreso de SEPAR (Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica), que se celebrado recientemente.

Los biomarcadores pueden ser útiles para el diagnóstico, el pronóstico o para valorar la respuesta diferencial al tratamiento asmático 

El asma grave se define como aquella que requiere de tratamiento con dosis altas de corticoides inhalados (CI) y un segundo fármaco (y/o corticoides sistémicos) para prevenir su falta de control o como asma que no puede ser controlada a pesar de este tratamiento.

En los últimos años han proliferado los marcadores biológicos o biomarcadores, que están adquiriendo un desarrollo progresivo, tanto en número como en fiabilidad, por la aplicación clínica de las técnicas moleculares en la investigación del asma. "Estos biomarcadores pueden ser de gran utilidad para establecer el diagnóstico, el pronóstico o para valorar la respuesta diferencial al tratamiento asmático y están sentando las bases de la medicina personalizada, que permite adaptar el tratamiento a cada paciente con asma en particular, lo que condiciona la toma de decisiones clínicas”, ha explicado el doctor Soto. 

Los biomarcadores actuales se obtienen de elementos implicados en la inflamación crónica característica del asma (células o moléculas), y representan la situación en la que se encuentra la biología de esta enfermedad. La presencia de éstos indica el grado de inflamación que hay en los bronquios de la persona asmática. Se pueden obtener en sangre, en la orina o en el esputo, aunque lo idóneo es que procedan de la vía aérea, pues, para conocer la situación biológica de la enfermedad, resulta más fiable que el biomarcador se halle en la misma vía aérea afectada.

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