A lo largo de las últimas décadas la esperanza de vida ha aumentado en la mayoría de países. La mayor parte de la población del planeta cuenta con una esperanza de vida igual o superior a los 60 años, por lo que todas las naciones están experimentando un incremento tanto en la cantidad como en la proporción de personas mayores. De acuerdo con los datos publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el 2030 una de cada seis personas en todo el mundo tendrá 60 años o más, pasando de una población de 1.000 millones en 2020 a alrededor de los 1.400 millones. Las previsiones para el 2050 indican que los mayores de 60 años superen los 2.100 millones de personas. En cuanto a la población de personas de 80 años o más se triplicará hasta el 2050, año en el que supondrán más de 426 millones.
Si ponemos el foco en Europa se estima que para 2025 la proporción de mayores de 50 años alcanzará el 50% de la población de la Unión Europea. En términos biológicos, a partir de esta edad comienza a iniciarse un evidente declive del sistema inmunológico que aumenta progresivamente la susceptibilidad de las personas ante las enfermedades. A medida que la población envejece se produce un incremento de la prevalencia de las patologías crónicas y aumenta la prevalencia de las complicaciones relacionadas con las enfermedades prevenibles por vacunación.
Las vacunas se han convertido en uno de los principales aliados de la salud pública en el control de múltiples enfermedades. El hito más importante en la historia de la vacunación nos traslada hasta 1980, momento en el que pudo declararse oficialmente la erradicación de la viruela. A pesar de que todos somos plenamente conscientes de la importancia que tienen las vacunas, lo cierto es que a medida que cumplimos años nos vamos olvidando de ellas. La vacunación en la edad pediátrica es un concepto asentado, asimilado y compartido por todos, pero no existe una suficiente concienciación sobre el papel crucial que las vacunas continúan teniendo durante todas las etapas de la vida.
Vaccines Europe critica a través de una de sus últimas publicaciones que durante décadas, la mayoría de los países han centrado su atención en los programas de inmunización infantiles, con amplias coberturas, no siendo así en el caso de los adultos. Una revisión realizada por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) sobre los Planes Nacionales de Inmunización de los Estados miembros de la Unión Europea revela una significativa variabilidad entre los distintos países en términos de recomendaciones de inmunización en la población adulta.
De acuerdo con la referida revisión un elevado número de países europeos gastaban antes de la pandemia provocada por el SARS-CoV-2 menos de un 0,5% de sus presupuestos en programas de vacunación. La mayor parte de esta inversión se destinaba a los programas infantiles de inmunización. Entre la escasa cifra de naciones europeas que recomiendan la vacunación de los adultos, las coberturas distan significativamente de las reportadas por los niños.
La industria farmacéutica se encuentra desarrollando 100 candidatos a vacunas en total, 81 destinadas a población adulta, de las que 52 (excluyendo las destinadas a la Covid-19) combinan diferentes sueros ya existentes
Un número significativo de vacunas dirigidas a reducir la prevalencia de enfermedades infecciosas en la población adulta ya están disponibles. Hablamos, por ejemplo, de vacunas frente a la gripe, herpes zóster, tétanos-difteria-tosferina (DTPa), infección neumocócica, hepatitis B, virus del papiloma humano o las vacunas meningocócicas para adultos jóvenes. En estos momentos, tal y como informan desde Vaccines Europe, la industria farmacéutica se encuentra desarrollando 100 candidatos a vacunas en total, 81 destinadas a población adulta, de las que 52 (excluyendo las destinadas a la Covid-19) combinan diferentes sueros ya existentes.
Estas cifras nos muestran un panorama alentador ya que muchos de estos candidatos a vacuna resultarán eficaces y seguros y acabarán por recibir la autorización por parte de los reguladores pertinentes. Momento en el que las poblaciones contarán con mejores herramientas para protegerse frente a enfermedades prevenibles, especialmente los más vulnerables. Motivo por el que es de vital importancia que se garanticen políticas nacionales y se garantice el necesario soporte estructural para que los ciudadanos europeos puedan beneficiarse del valor de estas vacunas.
Es por esto que desde Vaccines Europe enfatizan en la necesidad de extender los beneficios de la vacunación desde la edad pediátrica a todas las edades, alineándose con el rol incremental que estas deben tener en los sistemas sanitarios actuales. En este sentido se proponen cuatro acciones destinas a proteger a los adultos europeos frente a las enfermedades prevenibles por vacunación:
- Proteger a los adultos frente a las enfermedades prevenibles por vacunación mediante líneas políticas que prioricen y blinden la vacunación del adulto en los programas de vacunación, además de asegurar una financiación suficiente para mejorar el acceso y la cobertura de las vacunas existentes y una inclusión más rápida de nuevas vacunas.
- Incrementar la educación y la sensibilización de los ciudadanos y profesionales sanitarios en la carga general de las enfermedades prevenibles por vacunación, y los beneficios de la vacunación del adulto.
- Mejorar el acceso y la conveniencia de la vacunación para los adultos.
- Establecer registros digitales para monitorizar las vacunas inoculadas a los adultos con el fin de mejorar las coberturas a lo largo de la vida, posibilitando repescas y recordatorios.