Este martes 15 de diciembre se ha celebrado la jornada virtual “Avanzando en el modelo de atención al VIH: Innovando en la implementación –Becas VIIV-“. Actualmente, más de 150.000 personas viven con VIH en España y se producen 3.500 contagios cada año. Una cifra que no ha experimentado descensos en la última década. Además, el 13% de las personas con VIH no está diagnosticada y casi la mitad tiene un diagnóstico tardío. Estamos ante una enfermedad que ha experimentado una gran transformación hasta convertirse en una patología esencialmente crónica y que plantea importantes retos organizacionales y clínicos.
En este marco nace “National policy: hoja de ruta frente a los desafíos actuales del VIH”. Un proyecto multidisciplinar, promovido por GeSIDA y ViiV Healthcare, avalado por Cesida, Seisida, SEFH, Seimc y RIS, y llevado a cabo por médicos (especialistas en VIH, geriatría, epidemiología y atención primaria), farmacéuticos de hospital, enfermeras, psicólogos, gestores, representantes de Salud Pública y ONGs (en representación de las personas que viven con VIH), y con la colaboración de SI Health.
En la jornada celebrada se ha puesto el foco en el papel fundamental que cumplen en los objetivos de este proyecto las Becas VIIV. “Estabilizan el compromiso de la compañía con un esfuerzo económico”, ha iniciado la presentación Felipe Rodríguez, director médico de VIIV Healthcare España y Portugal.
Por su parte Patricia Arratibel, co-directora de SI-HEALTH, ha explicado que “un elemento significativo de ‘National Policy’ es que no se ha quedado únicamente en el proyecto sino que se ha pensado en el mejor plan de implementación”, trabajando sobre una visión multidisciplinar. “Las becas son un instrumento para incentivar el desarrollo de proyectos e innovaciones que ayuden a aprender más rápido”.
“Las becas son un instrumento para incentivar el desarrollo de proyectos e innovaciones que ayuden a aprender más rápido”
“La expectación va incrementándose con los años. Es la segunda convocatoria y es un área en la que hay muy poca inversión y desarrollo y en el futuro va a suponer que estas becas empiecen a mover el motor responsable del cuidado del paciente crónico con VIH”, ha añadido Rodríguez.
UNA CONVOCATORIA NECESARIA
“Vienen a culminar un proceso en el que somos conscientes que el modelo de atención de personas con VIH tiene que cambiar”, gracias al aumento en la esperanza de vida y en el manejo de la enfermedad. “Las personas con VIH nos hacemos mayores y tenemos que vivir con comorbilidades”, ha señalado María José Fuster asegurando que “no estábamos preparados para esta cronicidad y estas becas ayudarán a ahondar en los nuevos retos”.
El doctor Santiago Moreno, jefe de Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario Ramón y Cajal ha expresado que el modelo actual “solo se ha adaptado parcialmente”. “Ante esta situación de enfermedad crónica se ha planteado un cambio de modelo en la atención a una realidad diferente”. Un desafío impregnado por una visión multidisciplinar en el que era necesario ir más allá de la teoría y se ha completado con recursos “para que estos elementos descritos que pueden mejorar la asistencia a personas con VIH garantizando que el modelo se transforme en realidad”.
LA CONTRIBUCIÓN DE LAS BECAS
“El número de solicitudes de becas entre el año pasado y este se ha duplicado. De alguna manera ha calado que hay necesidad de estos cambios”, ha manifestado el doctor Moreno. “Esperamos poder los resultados en años venideros para saber cómo las becas han cambiado la asistencia a personas con VIH”.
“El número de solicitudes de becas entre el año pasado y este se ha duplicado. De alguna manera ha calado que hay necesidad de estos cambios”
“Aunque es verdad que no tenemos evaluaciones de los proyectos todavía, si hay algunas cosas que se pueden observar. Creo que se está mejorando en el diseño la inclusión de componentes en el modelo de crónicos y el carácter multidisciplinar en el manejo de estos pacientes”, afirma María José Fuster, que ha indicado que se observa “un refuerzo de lazos, así como la creación de canales más estructurados y formales”.
En este sentido Patricia Arratibel ha recalcado que las becas facilitan “el desarrollo de proyectos de locales”, cumpliendo con una de las máximas del proyecto. “Además de todo lo expuesto, lo interesante es que empieza a haber una incubadora de proyectos que nos ayuda a aprender más rápido y saber cómo implementar los cambios”.
El doctor Felipe Rodríguez ha destacado el afán de estas becas por salir del campo de las terapias antirretrovirales y la coordinación entre los distintos agentes implicados. “Tenemos un Comité Científico externo de evaluación que evalúa todos los proyectos desde el punto de vista de pares y con integrantes de distintos campos que miran que todos los parámetros integrados en el ‘National Policy’ se cumplan”.
En esta línea el doctor Moreno ha destacado las ayudas “no para estudiar, sino que se pretende implantar un modelo de atención”. “Muchas de las propuestas no nacen de equipos médicos, sino que parten de grupos ajenos a la sanidad”.
“No estamos acostumbrados a tener un contexto facilitador para poder implementar los cambios”, ha destacado en este sentido Patricia Arratibel. En base a su experiencia, uno de los principales elementos diferenciadores de estas becas radica en la posibilidad de crear precisamente estos entornos multidisciplinares de implementación. “Un contexto científico, pero de implementación”, ha añadido a estas declaraciones María José Fuster.
PERFECCIONAMIENTO DE UNOS LAZOS EXISTENTES
“Las becas y su evaluación priman que la propuesta sea multidisciplinar. Esta tiene que tener valor y rigor científico pero un aspecto muy importante para todos es que sea multidisciplinar”, ha afirmado el doctor Rodríguez indicando que en el VHI “siempre se ha sido muy consciente de las necesidades de los pacientes con VH”, valorando positivamente la cercanía de los profesionales médicos.
“Necesitamos apoyos y recursos, pero también que se exprese un liderazgo de profesionales sanitarios que con la pandemia ha quedado más que demostrado”
“Este modelo ayuda y obliga de alguna manera a continuar con este camino incorporando otros factores como la estructura sanitara para potenciar algo que desde hace mucho tiempo ya se venía haciendo de alguna manera entre profesionales médicos y asociaciones de pacientes”.
Los participantes han finalizado la jornada poniendo el foco en los retos y en los siguientes pasos necesarios. Coindicen a la hora de señalar que deberían “dejar de ser becas en exclusiva y se conviertan en proyectos nacionales”, ha deseado el doctor Rodríguez.
“Seguramente el cambio habrá de operarse ya que la mayor parte del dinero y de la salud se va en personas que padecen enfermedades crónicas. Hay que crear un modelo global que atienda a este conjunto de enfermedades y luego los expertos diferencien las necesidades de cada patología”, ha añadió el doctor Moreno.
“Hay una cosa que desde el Comité de las Becas se necesita y hemos manifestado: no perder los aprendizajes que estamos viendo en las convocatorias para poder llevarlo a todos aquellos equipos que sean inquietos y tengan la capacidad de llevarlos adelante”, ha afirmado Patricia Arratibel, señalando además que “se incentive el que sean los propios profesionales los que lideren estos cambios en los modelos asistenciales y en la forma en la que se organizan”. “Necesitamos apoyos y recursos, pero también que se exprese un liderazgo de profesionales sanitarios que con la pandemia ha quedado más que demostrado”.
"Las metas tienen que ser divididas en otras más alcanzables para no desistir y aumentar la inquietud y se pueda hacer, al menos, un análisis de las cosas que podemos cambiar", ha concluido María José Fuster.