El Hospital Gregorio Marañón coordina un estudio multicéntrico español señala que aquellos bebés nacidos de madres que padecieron la COVID-19 y que recibieron anticuerpos a través de la placenta, los perdieron en los primeros meses de vida. Los pormenores de esta investigación serán presentados en el marco del 2º Congreso Nacional COVID-19, el principal encuentro científico sobre el coronavirus SARS-CoV-2 en España y que se celebrará completamente online entre hoy, día 12, y el 16 de abril.
Entre otras cuestiones, las conclusiones de este estudio –en el que participan 13 hospitales españoles – también apuntan que el paso transplacentario de anticuerpos a los recién nacidos fue muy común entre madres con COVID-19, así como que casos de infección neonatal fueron poco frecuentes y se dio tan sólo en hijos de madres con infección aguda sin anticuerpos en el parto.
Los anticuerpos que la madre transfiere al hijo suelen durar unos dos meses tras el nacimiento
“Hemos podido comprobar que la madre que tiene anticuerpos los transfiere al niño, que le suelen durar unos dos meses tras el nacimiento de media y en pocas ocasiones superan los seis meses”, explica Marisa Navarro, infectóloga pediátrica del Hospital Gregorio Marañón.
Para la realización del estudio se incluyeron mujeres con infección por SARS-CoV-2 durante el embarazo o el parto (cohorte GESNEO) que dieron a luz entre marzo y noviembre de 2020. Se recogió información epidemiológica, clínica y microbiológica de las madres y sus hijos, determinándose los anticuerpos IgG frente al coronavirus, los que se generan una vez superada la infección activa. Las gestantes se clasificaron en tres grupos según su situación frente a la COVID-19 en el parto: infección aguda (PCR positiva, IgG negativa), reciente (PCR e IgG positivas) y pasada (PCR negativa, con infección documentada durante la gestación).
En total, se analizaron datos de 141 mujeres. El 34% tenía infección aguda, el 30,5% reciente y el 35,5%, pasada. En el grupo de mujeres con infección aguda, ningún recién nacido tuvo IgG positiva en sangre de cordón. A los dos meses, tenían IgG positiva el 42,8% de las madres y el 11,5% de los niños, mientras que a los 6 meses la tenía el 33,3%) madres y ningún niño.
Los expertos insisten en que las madres tienen que procurar no infectarse porque es un factor de riesgo
“Las madres que han pasado la infección recientemente a la hora de dar a luz tiene mayor carga de anticuerpos y son aquellas que transfieren al neonato mayor número de anticuerpos, sin embargo la madre que está en plena infección durante el parto no transfieren inmunidad al bebé porque aún no ha generado sus propios anticuerpos”, señala Marisa Navarro, infectóloga pediátrica del Hospital Gregorio Marañón.
En el grupo con infección reciente, el 90,9% de los recién nacidos tenían IgG positiva en sangre de cordón. A los dos meses tenían IgG positiva el 95,8% de las madres y el 57,1% de los niños, y a los seis meses, el 83,3% de las madres y ningún niño. En el grupo con infección pasada, el 80% de las madres y el 84,8% de los recién nacidos tenían IgG positiva en el parto. A los dos meses, el 82,3% de las madres y el 64,7% de los niños; y a los seis meses, el 57,1% de las madres y el 14,3% de los niños. La IgG positiva en sangre de cordón fue más frecuente en recién nacidos cuyas madres fueron sintomáticas (75,8% frente al 51,1%) o ingresaron por COVID-19 (90% frente al 57,6%).
“Las madres tienen que procurar no infectarse porque es un factor de riesgo, pero si eso se produce, hemos visto en que la mayoría de los casos el embarazo y parto se desarrolla con normalidad y los bebés no tienen problema. Hemos hecho seguimiento a los recién nacidos hasta los seis meses y los niños crecen y se desarrollan sin problema y recibiendo su lactancia materna, y esto debe tranquilizar a las mamás”, concluye la médico del Marañón.