Los avances en hematología y oncología han generado nuevas esperanzas pero el sistema sanitario español enfrenta desafíos burocráticos y políticos que ralentizan la llegada de algunos tratamientos que en otros países europeos ya están disponibles. “Los pacientes con cáncer no pueden esperar tres años, ni dos, ni uno, ya que el tiempo es fundamental en estas terapias”, afirma en una entrevista concedida a ConSalud.es, Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC).
“Queremos que las aprobaciones estén basadas en los criterios científicos, pero la voluntad política no debe entorpecer el que estos avances científicos puedan llegar a los pacientes”, sostiene Barragán. “Ahora mismo por razones burocráticas y administrativas, estamos con retrasos en algunos fármacos que significan innovación para los pacientes que sobrepasan los 600 días con respecto a la aprobación en la Agencia Europea del Medicamento (EMA), aprobaciones con restricciones ya que en la UE se aprueban con más indicaciones respecto a las que están disponibles en nuestro país, y algunos se aprueban pero no se financian”, lo que en práctica, reconoce, “es lo mismo que no aprobarlos porque nadie tiene un nivel económico suficiente como para afrontar el pago de estos tratamientos”.
Además de solicitar que se agilicen los trámites burocráticos para el acceso de los pacientes a los tratamientos, desde GEPAC solicitan que mientras se realiza la negociación entre las farmacéuticas y la Administración, que puede dilatarse meses e incluso años, “los pacientes que necesiten ese tratamiento puedan poder acceder a él mediante vías excepcionales, y no se vea privado de la posibilidad de acceso. Los pacientes con cáncer no pueden esperar”, asevera.
“La voluntad política no debe entorpecer el que estos avances científicos puedan llegar a los pacientes”
Una de las principales trabas que prolonga el acceso a los tratamientos, apunta Barragán, radica en los procesos administrativos duplicados que se llevan a cabo en España. “Europa aprueba un fármaco, y España participa en esa aprobación. Pero luego volvemos a evaluar ese mismo fármaco en cada comunidad autónoma, con múltiples comisiones. Estas duplicidades son un freno para que las aprobaciones sean ágiles”, explica.
La diferencia en los tiempos de aprobación de medicamentos entre Europa y España resalta una notable desigualdad que afecta el acceso de los pacientes españoles a tratamientos innovadores. El Informe WAIT refleja que el tiempo medio de demora alcanza ya los 22 meses desde la autorización europea: un plazo que ha aumentado de los 629 días del informe anterior a los 661 actuales.
FALTA DE EQUIDAD, TAMBIÉN ENTRE CC.AA.
Pero la inequidad no solo existe entre España y otros países de la Unión Europea, sino también entre las diferentes comunidades autónomas. Barragán denuncia que, tras la aprobación nacional, “algunas comunidades vuelven a reevaluar o imponen restricciones adicionales a los medicamentos, dificultando aún más el acceso.” Esta falta de uniformidad, según GEPAC, contradice el principio de equidad que debería regir el sistema sanitario español. “Queremos un sistema de aprobación rápido, pero que sea para todos vinculante en todo el territorio nacional”, añade.
Barragán sostiene que en España tenemos una “muy buena sanidad y profesionales excelentes” y apunta que el problema radica en las regulaciones, la administración y los retrasos: “Nuestra carencia es tener un sistema ágil que permita que la innovación llegue al paciente que lo necesite de inmediato. Que cuando esté la innovación en Europa, nos llegue de inmediato”.
“Nuestra carencia es tener un sistema ágil que permita que la innovación llegue al paciente que lo necesite de inmediato”
Durante estos últimos meses en España se han aprobado bastantes terapias, “pero todavía estamos lejos de tener la aprobación en todos los fármacos que necesitamos”, lamenta. “En el campo de la hematología uno de los grandes avances ha sido la aprobación de terapias CAR-T”, pero denuncia que no se han aprobado todas las que deberían haberse aprobado. Por ejemplo, “una terapia para el mieloma múltiple que ha demostrado su eficacia y que está aprobada en otros países de nuestro entorno, en España se ha denegado su aprobación”, en favor de otra “que es menos eficaz”, revela.
“España es el segundo país del mundo que más investiga y eso quiere decir que los pacientes españoles están dispuestos a colaborar, dispuestos a participar en la investigación y colaborar con ella”, explica Barragán que reclama que la población española se beneficie en la misma medida en la que colabora en la investigación.
“En España se han aprobado bastantes terapias pero todavía estamos lejos de tener la aprobación en todos los fármacos que necesitamos”
“Cuando en Europa se aprueban doce y en España tres, significa que hay nueve fármacos a los que no han tenido acceso los pacientes españoles”, a los que indica se les habrá tratado con otra opción que quizás no era la más indicada, provocando que “en algunos casos podría haber sido su única opción de tratamiento posible y no han tenido acceso”. Eso significa, sostiene, “haber negado la posibilidad de vida o haber intentado una terapia porque no la hemos aprobado en nuestro país”.
Barragán enfatiza la necesidad de que este acceso rápido llegue cuanto antes porque detrás de cada muerte de un paciente hay familias destrozadas. “Negar la posibilidad de tratamiento a un paciente, en un país como España, es algo muy grave”, concluye.