El virus de la inmunodeficiencia adquirida o VIHes una patología grave que, sin tratamiento, mata a 99 de cada 100 infectados en el medio y largo plazo. Desde que se describieran los primeros casos en la primavera de 1981, la afección ha causado la muerte de cerca de unas 38 millones de personas a nivel mundial.
El balance tras 40 años de investigación tiene luces y sombras. Aún no hay cura,ni una vacuna viable, pero basta una pastilla diaria para convertir el VIH en un virus asintomático e intransmisible. Y aún hay más: en el futuro solo se necesitará de inyecciones o implantes puntuales cada año para mantenerlo bajo control.
Tal y como explica el jefe de la Unidad de VIH del Hospital Clínic de Barcelona, Josep Mallolas, la infección por el virus del Sida “provoca una gravísima inmunosupresión celular que conlleva una predisposición a infecciones denominadas oportunistas. Las llamamos “oportunistas” porque si la inmunidad estuviera bien nunca sucederían. Estas infecciones pueden llegar a causar, y de hecho causan, la muerte del paciente”.
El tratamiento antirretroviral ha logrado convertir el Sida en una enfermedad crónica y asintomática
Afortunadamente, pocos años después de los primeros casos, se desarrollaron diferentes fármacos antirretrovirales que “hacían la vida imposible” al virus, al suprimir su replicación. Los primeros medicamentos eran efectivos, pero muy tóxicos y tenían efectos secundarios, tales como la lipodistrofia. Según detalla el jefe de la Unidad de Infecciosas del Hospital Universitario La Paz, José Ramón Arribas, les quitaba a los pacientes la grasa de la cara y eran muy estigmatizantes: viendo la cara de una persona un especialista podía ver si tenía o no VIH”.
Esto ya es cosa del pasado, al igual que la toxicidad. Así lo indica el doctor Josep Mallolas: “Los tratamientos actuales tienen una tolerancia excelente y son muy fáciles de utilizar. Hablamos de tomar una pastilla diaria que impide la evolución normal del ciclo vital del virus. Esto lo que ha permitido es que las personas infectadas no enfermen”.
El siguiente paso será no tener que tomar la medicación cada 24 horas, sino cada pocos meses o incluso solo una vez al año. Estos son, tratamientos de acción prolongada. Según informa el jefe de la Unidad de Infecciosas del Hospital Universitario La Paz, “estamos a punto de poder tratar también a estas personas con inyecciones intramusculares cada dos meses, sería solo seis veces al año”.
El próximo hito serán inyecciones intramusculares o implantes que “duermen” la enfermedad durante meses o hasta un año
De acuerdo con el especialista, está también en desarrollo inyecciones subcutáneas cada seis meses e incluso implantes: “Dispositivos muy pequeños por debajo de la piel que pueden producir liberaciones prolongadas de estos medicamentos y podrían cubrir periodos de hasta un año”, detalla.
El desarrollo de una posible vacuna no es tan prometedor. El doctor José Ramón Arribas califica la investigación de la inmunización frente al VIH como una “historia de frustración muy grande”. Según explica, “los anticuerpos que produce el organismo frente al VIH siempre llegan tarde porque el VIH muta tanto que cuando has querido producir anticuerpos ya hay una nueva cepa en el cuerpo. Hacer la vacuna es enseñarle a hacer al cuerpo algo que no sabe hacer y eso es muy difícil”.
Los resultados logrados hasta ahora son “francamente muy malos”, como señala el doctor Josep Mallolas. Sin embargo, el jefe de la Unidad de VIH del Hospital Clínic de Barcelona informa que el Clínic va a empezar en los próximos meses un ensayo en fase 1 de un prototipo de vacuna preventiva para el virus del Sida, “con resultados prometedores en la fase de experimentación animal”, asegura.