Investigadores norteamericanos han descubierto que las bacterias resistentes a los antibióticos son habituales en las manos y fosas nasales de pacientes hospitalarios.
En el estudio, el 14 % de los pacientes de los hospitales evaluados tenían bacterias resistentes a los antibióticos en sus manos o fosas nasales. Y casi un tercio de las pruebas para detectar este tipo de bacterias en objetos que los pacientes suelen tocar en sus habitaciones, como el botón de aviso de enfermeros, dieron positivo.
Otro 6 % de los pacientes que no tenían organismos resistentes a múltiples fármacos, o MDRO, en sus manos al inicio de su hospitalización dieron positivo en la prueba posteriormente. Además, una quinta parte de los objetos probados en sus habitaciones también tenían superbacterias similares.
El 14 % de los pacientes de los hospitales evaluados tenían bacterias resistentes a los antibióticos
El equipo de investigación advierte que la presencia de MDRO en pacientes u objetos en sus habitaciones no significa necesariamente que los pacientes se enfermen con bacterias resistentes a los antibióticos. Y señalan que las manos de los trabajadores de la salud siguen siendo el principal modo de transmisión de microbios a los pacientes. «La narrativa sobre la higiene de las manos se ha centrado en gran medida en los médicos, enfermeras y otro personal de primera línea, y todas las políticas y medidas de rendimiento se han centrado en ellos, y con razón», ha señalado Lona Mody, geriatra de la Universidad de Michigan.
Durante el estudio, publicado en Clinical Infectious Diseases y del que se ha hecho eco La Voz de Galicia, seis pacientes desarrollaron una infección con una superbacteria llamada Staphylococcus aureus (MRSA) mientras estaban en el hospital, todos tuvieron pruebas positivas en sus manos y en la superficie de la habitación del hospital.
Además de MRSA, resistente a la meticilina, el estudio buscó superbacterias llamadas VRE (enterococcus resistente a la vancomicina) y un grupo llamado RGNB, para bacterias gramnegativas resistentes. Debido al uso excesivo de antibióticos, estas bacterias han desarrollado la capacidad de resistir los intentos de tratar las infecciones con medicamentos que una vez los mataron.