Bañarse en ríos y pantanos ofrece experiencia de conexión la naturaleza y la oportunidad de escapar del ajetreo de la vida cotidiana. Sin embargo, es importante ser consciente de los posibles riesgos para la salud asociados con estas actividades. Las aguas dulces, aparentemente limpias y cristalinas, pueden albergar bacterias y otros microorganismos perjudiciales que pueden dar lugar a diversas enfermedades. Algunas de estos microorganismos pueden ser potencialmente peligrosos para la salud humana.
Aunque en España, las condiciones del agua de ríos y pantanos en España hace que el bañono sea peligroso para contagiarse de enferemedades infecciosas, sí deberíamos tener cuidado a la hora de beber agua en determinadas zonas en las que, aunque el agua pueda parecer limpia, podría contener bacterias por el contacto con animales o sus desechos pudiendo transmitir “enfermedades de transmisión fecoral por el contacto de las aguas con las heces de animales”, indica la Dra. Marta Mora-Rillo, especialista de la Unidad de enfermedades infecciosas del Hospital universitario La Paz-Carlos III y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC). La experta recomienda, siempre que se vaya a beber aguas de estos orígenes, utilizar pastillas potabilizadoras antes de procedes a su consumo para que “tenga la seguridad biológica para su consumo con una baja carga de bacterias”.
La infección por esquiptosomiasis se produce al bañase en aguas dulces, a través de larvas que penetran en nuestra piel sin necesidad de tener una herida
Cuando salimos fuera de España con destinos tropicales en los que las zonas de ríos parecen paradisiacas debemos aumentar las precauciones ya que la doctora advierte: “Hay dos formas de transmisión de enfermedades distintas: uno es bañarse y otro es beber esa agua, que puede ser tragando agua al estar dándonos un baño”.
Una de las enfermedades que podríamos adquirir es la esquitosomiasis. Se trata de un parásito de agua dulce, que dentro de su ciclo tiene que pasar por unos caracoles que viven en los ríos, y después las larvas del parásito se liberan en el agua y podrán penetrar por nuestra piel íntegra, sin necesidad de tener una herida. Y una vez en nuestro cuerpo el parasito continuara su ciclo, afectando según la especie de schistosoma, al sistema digestivo o al urinario. Hay varias especies asociadas a distintas áreas geográficas del mundo, fundamentalmente en África, Latinoamérica y Asia.
“La esquistosomiasis también puede provocar un cuadro agudo, que es poco frecuente pero llamativo, conocido como la ‘Fiebre de Katayama’: pasadas de entre 2 a 4 semanas de un baño de agua dulce se produce un cuadro de fiebre alta, lesiones cutáneas y malestar general, pasado el tiempo podría desarrollarse una enfermedad subaguda crónica, con síntomas relacionados con la invasión del parásito en la vejiga o en las vías biliares, depende de la especie de esquistosoma afecta más al hígado o a la vejiga”, señala la Dra. Mora-Rillo.
Al viajar el extranjero debemos tener cuidado con el consumo de agua en algunos preparados como zumos de frutas
“Si hablamos de bacterias, la más común sería la leptospira”, indica la experta. “En ocasiones hemos visto brotes de esta enfermedad en competiciones de triatlón donde los atletas a veces nadan en pantanos con leptospira provocando una enfermedad muy grave. Se trata de una enfermedad que se contagia por las mucosas en contacto con el agua y provoca un cuadro diseminado que puede llegar a ser grave en algunas personas, con fiebre alta, un color de piel amarillento y que puede provocar un fallo renal”, añade.
La otra vía de infección en aguas dulces sería por ingerir aguas contaminadas. Una de las infecciones más parasitarias sería la dracunculiasis, “una enfermedad que sería fácilmente erradicable en el mundo si pusiéramos un filtro en todas las aguas que se beben en el mundo”, lamenta la Dra. Mora-Rillo.
En los viajes al extranjero es común, tomar la precaución de consumir agua embotellada pero debemos tener en cuenta que algunas elaboraciones, como los zumos que bebemos en países exóticos pueden estar realizados con aguas que no siempre están bien tratadas. “Esto puede provocar infección por ameba, criptosporidium, giardia, hepatitis A, etc. Una estrategia de prevención es pedir siempre agua con gas que al abrirla sabremos si ha sido abierta con anterioridad o no”, apunta la doctora.
Los expertos recomiendan visitar al médico antes y después de los viajes a zonas en las que nos hayamos podido contagiar
Otra de las tentaciones en viajes a países exóticos es disfrutar de frutas tropicales, pero los expertos recuerdan la importancia de mantener las medidas básicas de higiene alimentaria que implicaría tomar siempre la fruta pelada, y los alimentos cocinados, para evitar el riesgo de la manipulación sin las medidas de higiene adecuadas.
A la hora de viajar a estos destinos, la Dra. Mora-Rillo recomienda que, “al igual que compramos el billete con antelación e intentamos ir a una consulta pre-viaje también deberíamos considerar realizarnos una revisión al volver del viaje, una analítica de sangre con eosinófilos elevados seria marcador de que algo ha pasado y podemos hacer un despistaje de distintas parásitosis en función de la zonas que se hayan visitado”.