Hace unas semanas, la modelo Jennifer Barlow hacía público que había perdido una pierna, debido a las conocidas popularmente como “bacterias carnívoras”. Según explicó ella misma, a través de sus redes sociales, tuvo que ser intervenida debido a que la bacteria le provocó una grave infección en una de la pierna, la cual acabó perdiendo.
Las “bacterias carnívoras” o “bacterias come carne” son microorganismos relacionados con las infecciones graves de la piel y tejidos blandos. Los principales son los Streptococcuspyogenes, Staphylococcusaureus, Vibrio vulníficus, enterobacteriasomicroorganismos anaerobios. Estos microorganismos pueden formar parte de la flora microbiana, encontrarse en el medio ambiente o en los alimentos.
A pesar de que la forma popular de nombrarlas es "bacterias carnívoras", se trata de un término incorrecto, debido a que estos organismos no se alimentan realmente. “No es que se alimenten, sino que su crecimiento y proliferación en nuestros tejidos hace que eliminen una serie de toxinas o generen un proceso inflamatorio en los tejidos, que producen su necrosis y destrucción tisular”, ha explicado para ConSaludFrancisco Franco Álvarez de Luna, jefe de Servicio de Microbiología y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).
Franco Álvarez de Luna: “No es que se alimenten, sino que su proliferación en nuestros tejidos hace que eliminen una serie de toxinas o generen un proceso inflamatorio en los tejidos, que producen su necrosis y destrucción tisular”
Comprender estas bacterias es fundamental, pues están relacionadas con infecciones que pueden poner en riesgo la vida de las personas. Además, estas infecciones suelen requerir desbridamiento quirúrgico (eliminación del tejido muerto) o, en algunas ocasiones, la amputación de miembros afectados.
Las infecciones provocadas por este tipo de bacterias son necrotizantes, y se clasifican en diferentes categorías en función de la zona afectada. Así, infecciones necrotizantes se dividen en infecciones que afectan fundamentalmente a la piel y a la grasa subcutánea (celulitis necrotizante), infecciones que afectan primariamente a la grasa subcutánea y a la fascia (fascitis necrotizante) o infecciones que afectan primariamente al músculo esquelético (mionecrosis infecciosas).
De acuerdo con el experto de SEIMC, es importante acudir lo antes posible a un centro de salud ante la sospecha de estar sufriendo una de estas situaciones, para evitar consecuencias graves. La sintomatología principal es la hinchazón o induración que se extiende más allá del área roja de la piel, la presencia de ampollas hemorrágicas o con pus, el sonido crepitante al tocar la piel infectada o la ausencia de inflamación en los ganglios linfáticos cercanos.
Cualquier persona puede sufrir este tipo de infecciones, pero las personas que corren mayor riesgo son aquellas con defensas inmunológicas debilitadas, como pacientes con cáncer en tratamiento con quimioterapia o radiación, diabéticos severos o pacientes con enfermedades articulares crónicas en tratamiento con medicamentos inmunosupresivos.
La infección generalmente comienza en el lugar de una herida localizada, como pueden ser incisiones quirúrgicas o heridas penetrantes, heridas menores, o heridas no penetrantes como un golpe seco o un estirón muscular.
El diagnóstico de este tipo de infecciones sigue un enfoque clínico y microbiológico, en el que la experiencia de los especialistas es determinante. “De ahí la importancia de tener formados unos buenos especialistas en Enfermedades Infecciosas y una Microbiología Clínica que funcione en nuestros centros sanitarios 24 horas al día”, añade el experto.
La mejor forma de prevención es vigilar pequeñas incisiones o heridas superficiales que puedan progresar a este tipo de infecciones graves
El diagnóstico clínico parte de técnicas de imagen, como radiología convencional, tomografía y resonancia magnética, que pueden poner de manifiesto la existencia de gas, edema, colecciones purulentas, afectación fascial o muscular y mayor definición en el grado de extensión de las lesiones. “Sin embargo, esto solo debe realizarse si no demora en exceso la decisión terapéutica”, aclara el portavoz de SEIMC.
Por otro lado, el tratamiento más efectivo en estos casos suele requerir desbridamiento quirúrgico y tratamiento antibiótico intravenoso, actuando en el foco lo antes posible. “El tiempo de respuesta es crucial. El tiempo es tejido”, recalca el experto. La detección rápida y precoz es esencial para prevenir complicaciones como infección generalizada sistémica o la amputación de miembros.
Finalmente, en lo relativo a la prevención, la mejor forma, de acuerdo con el experto, es vigilar pequeñas incisiones o heridas superficiales que puedan progresar a este tipo de infecciones graves. Ante cualquier signo de alarma, es fundamental acudir a cualquier centro sanitario lo antes posible.