El ayuno intermitente ayuda a perder peso y mejora la salud cardiovascular en personas con obesidad

Un equipo liderado por la Universidad de Granada (UGR), la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y el CIBER realiza un estudio pionero sobre los beneficios del ayuno intermitente, que ha sido publicado en Nature Medicine

Beneficios del ayuno intermitente (Foto. Freepik / Consalud)
Beneficios del ayuno intermitente (Foto. Freepik / Consalud)
CS
8 enero 2025 | 13:30 h
Archivado en:

Un equipo liderado por la Universidad de Granada (UGR), la Universidad Pública de Navarra (UPNA) y el CIBER ha demostrado que el ayuno intermitente (reducir el número de horas de ingesta y prolongar las horas de privación cada día) es un método eficaz para perder peso y mejora la salud cardiovascular en personas con problemas de obesidad.

Su trabajo, publicado en la revista Nature Medicine, revela que realizar la última ingesta de comida antes de las 17 horas y después no cenar por la noche es una estrategia segura y eficaz para reducir la grasa subcutánea abdominal, es decir, la grasa que tenemos justo debajo de la piel (los famosos michelines), sobre todo después de períodos de excesos como la Navidad. 

Comer de forma irregular o por la noche altera los ritmos biológicos y aumenta el riesgo de padecer obesidad, enfermedades cardiovasculares y la diabetes tipo 2

En España, la prevalencia de sobrepeso y obesidad alcanza el 70 % en hombres y el 50 % en mujeres, incrementando el riesgo de alteraciones metabólicas como diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares, hipertensión y ciertos tipos de cáncer. Este alarmante aumento de peso en la población no solo impacta la calidad de vida de las personas, sino que también representa un gran desafío para el sistema de salud pública. La investigación científica está trabajando intensamente para implementar estrategias efectivas, pero a la vez sencillas, para tratar este problema que ya se considera una enfermedad.

Las dietas de restricción calórica no son fáciles de mantener a largo plazo y la mayoría de las personas abandonan el tratamiento y recuperan el peso perdido, e incluso ganan más del peso de partida. Ante las dificultades de las mismas, surgen nuevas estrategias nutricionales. Una de ellas es el ayuno intermitente, que consiste en alternar periodos de ingesta con periodos de ayuno que van desde horas hasta días.  Un tipo de ayuno intermitente que ha ganado popularidad en los últimos años es el que reduce el número de horas de ingesta y prolonga las horas de ayuno cada día. Se conoce como restricción horaria de la ingesta de alimentos, del inglés time-restricted eating. Esta estrategia nutricional ayuda a mantener unciclo diariode ingesta y ayuno, lo que estabiliza los ritmos biológicos denuestro organismo. Sabemos que comer de forma irregular o por la noche altera estos ritmos y aumenta el riesgo de padecer obesidad, enfermedades cardiovasculares y la diabetes tipo 2.

El grupo de investigación PROFITH CTS-977 del departamento de Educación Física y Deportiva, Facultad de Ciencias del Deporte e Instituto Mixto Universitario Deporte y Salud de la Universidad de Granada liderado por Jonatan Ruiz, en colaboración con el ibs.Granada, el Hospital Universitario Clínico San Cecilio y el Hospital Universitario Virgen de las Nieves de Granada, así como el grupo de investigación liderado por Idoia Labayen de  la Universidad Pública de Navarra y, del Hospital Universitario de Navarra, junto con las áreas del CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) y de Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CIBERFES) ha investigado los efectos de una intervención de 12 semanas con tres estrategias distintas de ayuno:  temprano (ventana de ingesta: aproximadamente 9:00-17:00), tardío (aproximadamente 14:00-22:00), y autoseleccionado, donde las personas podían seleccionar la franja horaria en la que querían comer, y lo hacían de media entre las 12 de la mañana y las 8 de la tarde.

El ayuno temprano reduce en mayor medida la grasa subcutánea abdominal, es decir, la grasa que tenemos justo debajo de la piel

Además, todas las personas que participaban en el estudio también recibieron el tratamiento estándar, que consistía en un programa de educación nutricional sobre dieta mediterránea y estilos de vida saludable. En este ensayo multicéntrico aleatorizado y controlado, llevado a cabo en Granada (sur de España) y Pamplona (norte de España) y uno de los más grandes realizado hasta la fecha, participaron un total de 197 personas (50 % mujeres)de entre 30-60 años. Las personas participantes se asignaron aleatoriamente a uno de los siguientes grupos: tratamiento habitual (49 participantes), ayuno temprano (49 participantes), ayuno tardío (52 participantes), o ayuno autoseleccionado (47 participantes).

Este estudio formó parte de la tesis doctoral de Manuel Dote-Montero, que actualmente se encuentra realizando sus estudios postdoctorales en el prestigioso Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDK) de los Estados Unidos. Junto a Antonio Clavero Jimeno, investigador predoctoral de la UGR, y Elisa Merchán Ramírez, investigadora postdoctoral de la UGR, lideraron este estudio en Granada, e indican que no está claro si el horario de la ventana de ingesta —temprano, tardío o autoseleccionado— puede tener un efecto diferente en la pérdida de peso, la grasa visceral (es decir, la grasa que rodea a los órganos en la zona abdominal) o en la salud cardiovascular en general en personas con sobrepeso u obesidad.

Los resultados del estudio revelan que el ayuno intermitente no mostró beneficios adicionales a un programa de educación nutricional en la reducción de grasa visceral. Sin embargo, los grupos que realizaban ayuno, independientemente del horario de la ingesta, lograron una mayor pérdida de peso, de media 3-4 kg, en comparación con el grupo de tratamiento habitual que seguía con su ventana de ingesta de al menos 12 horas. Es de destacar que el grupo de ayuno temprano redujo en mayor medida la grasa subcutánea abdominal, es decir, la grasa que tenemos justo debajo de la piel. Además, mejoraron significativamente sus niveles de glucosa en ayunas y la glucosa nocturna en comparación con el resto de los grupos.

Al optimizar la regulación de la glucosa, se ayuda a prevenir la diabetes y mejorar la salud metabólica. Al no comer por la noche, el cuerpo tiene más tiempo para digerir y procesar los nutrientes, facilitando una mejor regulación de la glucosa en sangre, y reduciendo así el riesgo de desarrollar problemas de azúcar y otros trastornos metabólicos, indica la Dra. Labayen, investigadora principal del estudio en Pamplona e integrante del CIBEROBN junto con el Dr. Jonatan Ruiz y el Dr. Manuel Muñoz (CIBERFES).  Los investigadores destacan que todos los grupos tuvieron una alta tasa de adherencia y no se registraron eventos adversos serios. Esta estrategia se presenta, por tanto, como segura y prometedora para el manejo del peso corporal y la mejora de la salud cardiovascular en personas con sobrepeso u obesidad.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído