Avances en el tratamiento del alzhéimer, ¿constituye la actual investigación un futuro prometedor?

Avances como la inmunoterapia contra el amiloide suponen una esperanza contra el alzhéimer que, sin embargo, los expertos no terminan de ver a corto plazo

Paciente con alzhéimer (Foto. Freepik)
19 agosto 2024 | 07:00 h

Para 2050 se estima que los casos de demencia y alzhéimer se multiplicarán. El envejecimiento, el estilo de vida, la contaminación, el desarrollo de patologías como la diabetes, la hipertensión o la obesidad están detrás de las más de 47 millones de personas con demencia en el mundo que para mitad de siglo crecerán hasta los 130 millones, según datos de la Sociedad Española de Neurología. Una gran cantidad de pacientes para los que actualmente solo existen tratamientos que enlentecen el progreso, ya que los estudios no han dado con soluciones modificadoras de la patología.

La realidad es que en los últimos años la investigación en alzhéimer se ha estancado. Así lo han reflejado diferentes expertos durante los últimos meses en ConSalud.es, que manifestaban la falta de esperanza de encontrar una solución “a corto plazo”, y así lo corrobora un reciente estudio de la Universidad de Cambridge, que muestra la duda de que los nuevos fármacos supongan “una diferencia a nivel poblacional”.

“Un médico tenía dificultades para distinguir la diferencia entre el deterioro promedio de un paciente que tomaba el fármaco y otro que tomaba placebo"

Desde hace años se está trabajando en la conocida como inmunoterapia amiloide. Un tratamiento que tiene como objetivo eliminar las placas de beta amiloide, causantes de la inflamación y daño cerebral de estos pacientes, a partir de la acción de las células inmunitarias del propio paciente y de anticuerpos monoclonales. Como recoge el análisis realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge, dos ensayos aleatorizados de fase III mostraron reducciones significativas en la tasa de deterioro cognitivo y funcional en comparación del placebo.

Sin embargo, los efectos fueron pequeños, hasta tal nivel, señalan los investigadores de Cambridge, que “un médico tenía dificultades para distinguir la diferencia entre el deterioro promedio de un paciente que tomaba el fármaco y otro que tomaba placebo, después de 18 meses”. A eso se sumó la aparición de efectos adversos importantes como la hemorragia cerebral. De hecho, en un ensayo clínico se produjeron tres muertes atribuidas al tratamiento.

EL FUTURO DEL ALZHÉIMER

Aunque alguno de estos tratamientos de inmunoterapia frente a amiloide ha sido aprobado tanto en Estados Unidos como en Europa por las agencias reguladoras, la verdad es que están destinados a un pequeño grupo de pacientes con alzhéimer tempano. “Es probable que los medicamentos sean relevantes solo para una cohorte relativamente pequeña de pacientes con alzhéimer, por lo que los posibles receptores deberán someterse a una serie de evaluaciones antes de tener acceso a los medicamentos”, indican los investigadores.

"Si bien las inmunoterapias amiloides actuales pueden mostrar un destello de promesa para grupos muy seleccionados, está claro que estos medicamentos no abordarán el riesgo de demencia a gran escala”

Esto supone que el acceso a estos tratamientos conlleve diferentes desafíos que los sistemas de salud no pueden afrontar, debido a la carga asistencial que conlleva la realización de pruebas a todos los pacientes para conocer su idoneidad con las inmunoterapias. Sin contar que, cuanto más se conoce esta patología, más compleja resulta y  no solo se trata de “una proteína”, en referencia a la proteína tau detrás del desarrollo de placas amiloide en el cerebro.

Como señaló a este medio el Dr. David Pérez, portavoz de SEN y Jefe de Servicio del Hospital Universitario La Luz, aunque probablemente la investigación y el avance en alzhéimer irán encaminados a este tipo de tratamiento, hay que ser cautelosos, pues los resultados obtenidos “no son revolucionarios”. Y, mientras, los tratamientos actuales resultan ser “muy frustrantes”. ¿La causa?: son los mismos de las últimas dos décadas, con resultados transitorios en los estadíos iniciales de la enfermedad.

“Con una población que envejece, necesitamos urgentemente formas efectivas de apoyar a las personas que viven con demencia. Si bien las inmunoterapias amiloides actuales pueden mostrar un destello de promesa para grupos muy seleccionados, está claro que estos medicamentos no abordarán el riesgo de demencia a gran escala”, concluyen por su parte los autores del estudio.

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