La leucemia es uno de los cánceres más frecuentes en España. Alrededor de 16.000 personas podrían padecer algún tipo de leucemia en el país, según datos de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH). Y si se habla de las leucemias crónicas, la leucemia linfocítica crónica (LLC) es la más frecuente en el mundo occidental, con 5 casos nuevos cada 100.000 habitantes/año. Además, a medida que aumenta la edad, la incidencia es mayor. Por ejemplo, en personas de más de 80 años la incidencia asciende a más de 30 casos por cada 100.000 habitantes/año. La LLC es más frecuente en la población de edad avanzada, con una mediana de edad al diagnóstico de 72 años. Es el doble de frecuente en el sexo masculino.
A pesar del alcance de esta enfermedad, la supervivencia a 5 años se sitúa cercana al 85%, según datos de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH). Esta esperanza de vida es mayor en mujeres (un 81%), que en hombres (un 78%), y en ambos sexos se espera que en un futuro siga creciendo dados los avances significativos que se han producido en el abordaje de la enfermedad en los últimos años, lo que también se traducirá en una mejora en la calidad de vida percibida por los pacientes.
En los últimos años se ha avanzado por un lado en el diagnóstico, que es sencillo y facilita, en muchos casos, detectar a tiempo la patología. “El diagnóstico más habitual es a través de un análisis rutinario hecho por cualquier otra circunstancia”, explica José Ángel Hernández Rivas, jefe de Servicio de Hematología del Hospital Universitario Infanta Leonor y miembro del Consejo Científico del Grupo Español de LLC (GELLC). “El diagnóstico se hace fundamentalmente en la sangre. No es necesario hacer un estudio de la médula ósea”, indica. Además, síntomas clave como la linfocitosis, pueden denotar una LLC, e incluso la presencia de ganglios inflamados podría indicar estadios de la enfermedad más avanzados.
“El tratamiento de la LLC ha cambiado totalmente en los últimos diez años”
Por otro, los avances en el tratamiento también han mejorado el abordaje y, por consiguiente, la calidad de vida de los pacientes. “El tratamiento de la LLC ha cambiado totalmente en los últimos diez años”, subraya el especialista. El tratamiento de la LLC ha pasado de la inmunoquimioterapia a los tratamientos con los nuevos fármacos continuados o de duración fija. Este último abordaje de la enfermedad permite una mejor adherencia por parte de los pacientes, reduce la toxicidad, la aparición de resistencias a los fármacos y reduce el coste sanitario. “Los nuevos fármacos han mejorado la supervivencia y son menos tóxicos”, añade.
Anteriormente, los pacientes de esta patología se exponían al tratamiento continuado para hacer frente a la LLC. Ahora, tras una década de avances, las personas que padecen esta enfermedad pueden optar a un tratamiento limitado en el tiempo. “Los tratamientos limitados permiten al paciente, entre comillas, vacaciones terapéuticas”, puntualiza Hernández.
No solo las nuevas pautas terapéuticas permiten mejorar el abordaje de la LLC, también los nuevos fármacos orales han mejorado la calidad de vida de estos pacientes. “No es que sean inocuos, tienen efectos secundarios, pero han mejorado la calidad de vida con respecto a la inmunoquimioterapia clásica”, destaca el hematólogo.
RETOS EN EL MANEJO DE LA ENFERMEDAD
Más allá de estos avances, continúan los retos en LLC. Los principales objetivos que se mantienen en el abordaje de la enfermedad están relacionados con las opciones terapéuticas. En primer lugar, el doctor habla de estudiar cuáles son las mejores secuencias de tratamientos. Por ahora, se precisan seguimientos más prolongados de los ensayos clínicos, afirma Hernández Rivas, es decir, un margen que permita estudiar si es mejor un tratamiento continuado o un tratamiento fijo, por ejemplo.
“Si hablas con colegas europeos, todavía un 30% de los médicos elige la quimioterapia dentro de sus esquemas de tratamiento”
“Por otro lado, el tratamiento con quimioterapia debería abandonarse”, sostiene el hematólogo, que asegura que hay “mejores opciones de tratamiento”. “Si hablas con colegas europeos, todavía un 30% de los médicos elige la quimioterapia dentro de sus esquemas de tratamiento”, indica. “Se debe avanzar en este sentido, como ya se está haciendo en nuestro país, gracias, entre otros, al trabajo del GELLC con la actualización de sus guías de práctica clínica”, asevera Hernández Rivas, quien incide en la importancia de la formación de los profesionales hematólogos.
Mientras tanto, los avances vislumbran un futuro esperanzador y los nuevos fármacos están demostrando una mejora del paradigma de la LLC. “Tanto la supervivencia libre de progresión, como la global, así como la calidad de vida han mejorado significativamente”, puntualiza el experto. “Por qué no seguir buscando si no es la cura, una supervivencia similar a la de la población general, minimizando aún más los efectos adversos de los tratamientos”, concluye.
“Con la colaboración de AbbVie”