El cáncer de ovario es una enfermedad de mal pronóstico y la principal causa de muerte por tumores malignos ginecológicos en el mundo occidental. Sin embargo, cada vez hay más avances en tratamientos que permiten aumentar la supervivencia de los pacientes. Por ejemplo, el tratamiento del cáncer de ovario avanzado está viviendo una revolución gracias a los fármacos inhibidores de PARP (iPARP).
En concreto, han supuesto un gran avance especialmente en pacientes con mutaciones BRCA o alteraciones genómicas concretas, tanto en recaída como en el tratamiento de primera línea. Así, el impacto en supervivencia es claro en pacientes con mutaciones BRCA de línea germinal, junto con una mejoría de la calidad de vida. Estos avances representan un cambio de paradigma en el manejo de la enfermedad.
Esta novedad y muchas otras han sido abordadas por la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) en el marco de la campaña “En Oncología cada AVANCE se escribe en Mayúsculas”. De este modo, la sociedad ha aprovechado el Día Mundial del Cáncer de Ovario, que se celebra cada año el 8 de mayo, para destacar la evolución y los avances médicos que se han sucedido en estas últimas décadas en el tratamiento de los diferentes tumores.
La identificación de nuevas dianas (deficiencia de la recombinación homóloga o HRD) y la personalización de los tratamientos permiten una mejor selección del tratamiento para las pacientes
Según los últimos datos ofrecidos por el Informe de SEOM 'Las cifras del cáncer en España 2024', la estimación de nuevos casos en nuestro país de esta enfermedad para el año 2024 es de 3.716 casos, lo que la posiciona como el octavo tipo de cáncer más frecuente en las mujeres. Actualmente, se conoce que es una enfermedad heterogénea, y que existen al menos cuatro subtipos histológicos que se comportan de forma distinta.
La identificación de nuevas dianas (deficiencia de la recombinación homóloga o HRD) y la personalización de los tratamientos permiten una mejor selección del tratamiento para las pacientes. En concreto, el tratamiento estándar del cáncer de ovario avanzado se centra en la realización de una cirugía con el máximo esfuerzo citorreductor, ya que lograr la resección de todo el tumor visible es uno de los principales factores pronósticos en esta enfermedad.
En base a una serie de criterios clínicos, se administra un tratamiento de quimioterapia previo o posterior a la cirugía con carboplatino y un taxano, habitualmente paclitaxel. A pesar de que los resultados del tratamiento primario han mejorado gradualmente, en torno a la mitad de las mujeres tendrán una recaída en los tres primeros años.
La elección del tratamiento a la recaída dependerá del tipo tumoral, de la duración de la respuesta a la primera línea, de las toxicidades presentadas y de agentes utilizados, de la situación clínica y preferencias de la paciente y de la presencia o no de mutaciones en BRCA. La identificación de factores predictores o biomarcadores es vital para ello.
Por otro lado, existen otros tratamientos complementarios a los esquemas de quimioterapia, que actúan sobre dianas específicas del crecimiento tumoral y que han demostrado ser beneficiosos en diferentes escenarios del cáncer de ovario avanzado. Una de estas estrategias terapéuticas es el tratamiento antiangiogénico, representado porbevacizumab. Este persigue el bloqueo de la formación de nuevos vasos sanguíneos por el tumor para así dificultar su crecimiento.
Además, en torno al 20% de pacientes presentan mutaciones en BRCA 1 o BRCA 2, ya sea a nivel germinal (en todas las células del cuerpo, hereditarias) o somático (en el tumor, no hereditarias). También hay entre un 20% a 30% de pacientes que presenta alteraciones en el tumor en otros genes implicados en las vías de reparación del ADN.
Los nuevos hallazgos han permitido identificar un grupo de pacientes especialmente sensible a los fármacos inhibidores de PARP ya mencionados. Aunque con distinta magnitud de beneficio, los inhibidores de PARP han demostrado beneficios en todos los grupos de pacientes (con o sin mutación), y en diferentes contextos de la enfermedad avanzada.
Hay entre un 20% a 30% de pacientes que presenta alteraciones en el tumor en otros genes implicados en las vías de reparación del ADN
A día de hoy, existen tres fármacos aprobados: olaparib, niraparib y rucaparib. Los tres inhibidores de PARP se encuentran aprobados en España para la recaída platino sensible de cáncer de ovario. Además, olaparib (con o sin bevacizumab) y niraparib están también aprobados en el mantenimiento de primera línea tras finalizar la quimioterapia.
Durante el 2023 se comunicaron datos prometedores de estudios de combinación de iPARP con inmunoterapia y con antiangiogénicos, una estrategia de tratamiento para pacientes sin mutaciones de BRCA o sin déficit de recombinación homóloga. Estos suelen tener un menor beneficio con los iPARP en monoterapia.
Por último, otro grupo de fármacos que ha demostrado gran potencial en tumores de ovario pretratados con platino son los anticuerpos conjugados dirigidos frente al receptor de folato-alfa. El receptor alfa de folato se encuentra sobreexpresado en un alto porcentaje de tumores de ovario y se ha identificado como una potencial nueva diana terapéutica para la que hay en desarrollo actualmente múltiples fármacos, algunos ya en fase III de ensayos clínicos.