El autismo en niñas y mujeres: infradiagnóstico, falta de atención y alto desconocimiento

En los últimos años ha aumentado el número de casos de trastorno del espectro autista (TEA) en mujeres y niñas. La evidencia científica ha permitido dar respuesta a este colectivo que normalmente tenía un diagnóstico erróneo o carecía de él

Niña con trastorno del espectro autista (Foto. Freepik)
Niña con trastorno del espectro autista (Foto. Freepik)
Paola de Francisco
7 julio 2023 | 17:45 h

Tradicionalmente se ha relacionado el trastorno del espectro autista (TEA) con los hombres. Durante mucho tiempo se ha diagnosticado principalmente en niños, con una detección precoz, hacia los tres años, que les permitía acceder a una atención temprana con la que mejorar sus capacidades. Sin embargo, en los últimos años, esta suposición de que las mujeres y niñas rara vez presentaban esta condición se ha eliminado. Durante estos años el diagnóstico y la atención del autismo han sido negados a muchos de los pacientes.

Como ha ido reflejando la evidencia científica y constata un reciente estudio publicado en PubMed, las características clínicas de ellas son diferentes a las de ellos. Teniendo en cuenta que el diagnóstico se basa en características del desarrollo y alcance de hitos que en ellas es diferente, la detección suele ser tardía, y en muchos casos no hacerse, denuncian los autores.

Ellas tienen mayores capacidades sociales que enmascaran su condición

Se estima que en el mundo aproximadamente uno de cada 100 niños tiene autismo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Una cifra de prevalencia aproximada si tenemos en cuenta que, en general, existe una importante tasa de infradiagnóstico. A ello se suma que cada año se incrementa el número de personas con TEA que solo en España constituyen unas 500.000 según datos de la Confederación Autismo España.

La mayor parte de las personas diagnosticadas son del sexo masculino, pero cada vez hay más mujeres y niñas que reciben el diagnóstico tras años de estrés y ansiedad por querer encajar en una sociedad que no terminaban de comprender, ni tampoco de entenderse a ellas mismas, como contó en una entrevista a ConSalud.esNoemí Navarro, madre de un niño con TEA y que recibió el nombre de su condición ya en edad adulta.

SINTOMATOLOGÍA DE LAS MUJERES CON TEA

Comportamientos repetitivos, intereses muy específico, tender a no participar en los juegos interactivos ni en actividades con otros niños, no hacer gestos o evitar mirar a los ojos, tener retrasos en las destrezas cognitivas, del lenguaje y del movimiento son las principales características de una persona con trastorno del espectro autista. Estas señales, y el no mostrar distintos hitos en el desarrollo, permiten al profesional sanitario realizar el diagnóstico y comenzar así con el abordaje.

Como reafirma el reciente estudio publicado, estas características no siempre se cumplen, y menos en mujeres. Ellas tienen mayores capacidades sociales que enmascaran su condición. Como destaca por su parte la Sociedad Nacional de Autismo de Reino Unido, es más probable que formen parte de grupos de amigos o tengan más logros académicos. También tienden a focalizarse en comportamientos o ideas similares al resto de la población, como puede ser leer libros, lo que disimula el nivel alto de intensidad que dedica a esa actividad.

Las niñas y mujeres con autismo presentan en muchas ocasiones comorbilidades como el trastorno de déficit de atención  e hiperactividad (TDAH)

Todas estas actividades y las luchas que tienen por encajar pueden derivar en ansiedad o estrés. De hecho, las niñas y mujeres con autismo presentan en muchas ocasiones comorbilidades como el trastorno de déficit de atención  e hiperactividad (TDAH). Otro trastorno para el que existente un “constante infradiagnóstico” en el caso de las mujeres, pues no tienen un componente hiperactivo tan llamativo.

Como indica el estudio de PubMed y han destacado durante los últimos años diferentes expertos, esta situaciones frente al autismo y sus comorbilidades en mujeres ha llevado a diagnósticos tardíos e incluso erróneos que no han permitido que accedieran a los tratamientos y terapias dirigidas a este trastorno.

Las evidencias que poco a poco se van creando y los avances en el diagnóstico y la definición de este trastorno están permitiendo ajustar de una forma más correcta la proporción de hombres frente a mujeres con TEA, que ha pasado de 16 varones a una mujer, a tres frente a una. “Es importante investigar los TEA y proporcionar derivaciones para evaluaciones psicológicas para mujeres que presentan condiciones de salud mental complejas como TDAH y depresión, incluso cuando no muestran las características típicas del autismo”, concluyen los autores de esta última revisión.

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