El confinamiento, viéndonos encerrados dentro de las cuatro paredes de nuestra casa sin poder salir, y el estrés de año y medio con miedo, restricciones, inseguridad económica, laboral y de salud, han hecho mella en la población. A nivel de salud mental muchos han optado por ir a realizar deportes extremos para enfrentar los meses sin estar al aire libre, mientras otros el estrés les ha vuelto más agresivos y violentos.
Todo ello, según los doctores José Luis Cebrián y Néstor Montesdeoca, expertos en Cirugía Oral, Maxilofacial e Implantalogía de Hospital La Luz, ha producido un aumento del 30% de la incidencia del número de fracturas faciales con respecto a un año prepandémico, destacan en nota de prensa. De hecho, según el Dr. Cebrián, durante este verano "hemos operado traumatología facial todas las semanas”.
Entre los accidentes que han tratado se encuentran los accidentes deportivos, pero de deportes de modalidades extremas. "Hemos visto precipitaciones de escaladores, accidentes de motocross, con motos de agua… Antes era común el típico partido de rugby o de fútbol por un codazo”, señala el Dr. Montesdeoca. En este punto el perfil de los pacientes es variado, incluyendo diferentes grupos de edad y sexos.
De hecho, según el Dr. Cebrián, durante este verano "hemos operado traumatología facial todas las semanas”
“En cuanto a la violencia interpersonal, vemos un volumen importante de fracturas nasales, de pómulo y en algunos casos fractura de mandíbula”, indica el Dr. Cebrián. En este caso el paciente predominante era joven y de sexo masculino. También se producen fracturas por accidentes de patinete tras una caída a alta velocidad. "Vemos fracturas de molar, de nariz y de mandíbula, son fracturas de alta intensidad donde se producen erosiones y heridas en la piel”, según Montesdeoca.
En estas intervenciones participan diferentes profesionales: dentistas, cirujanos maxilofacial, odontólogos, traumatólogos. E incluso neurocirujanos y oftalmología. "Aunque son los dentistas de nuestro equipo quienes arreglan los dientes, si están desplazados con el hueso nosotros los colocamos en su posición y fijamos los huesos. Si se ha fracturado el hueso en el que van incluidos los dientes, el hueso de los maxilares o el hueso de la mandíbula, nosotros lo estabilizamos y reducimos a su posición original”, detalla Cebrián.
NECESIDAD DE UN BUEN DIAGNÓSTICO
De no diagnosticar correctamente estas fracturas, recuerda el cirujano Montesdeoca en la nota de prensa, se pueden producir secuelas estéticas y también funcionales, como visión doble o problemas de masticación. “Es muy importante un diagnóstico tridimensional adecuado de los trazos y componentes de la fractura para la reconstrucción tridimensional del paciente tal cual era. Si un hueso de la cara no es correctamente posicionado la cara te cambia”, precisa.
Por eso se utilizan distintos programas informáticos e impresiones 3D, un estudio tridimensional de la fractura, donde se aplican prótesis, placas y tornillos a medida para cada paciente. “Esto aumenta la precisión de la reconstrucción”, señala José Luis Cebrián.