El juego puede llegar a ocupar una gran parte de la actividad diaria de una persona, pudiendo incluso convertirse en el centro de su vida y afectando a su salud mental. Cuando una persona pasa el día pensando en cómo jugar, cuando o de dónde sacar el dinero para poder jugar, y es incapaz de dejarlo, estamos ante lo que se conoce como trastorno del juego, según explica el Ministerio de Sanidad en su nuevo informe sobre adicciones comportamentales.
Desde Sanidad se alerta también de la relación que tiene internet con estas conductas, puesto que el entorno online favorece muchos comportamientos adictivos. La razón sería lo que el ministerio llama la “triple A”. Se trata de la combinación de accesibilidad, asequibilidad y anonimato. Estas tres cuestiones unidas favorecen que sea cada vez más fácil perder el control de la situación e incurrir en trastornos conductuales, especialmente entre los más jóvenes. De hecho, como se explica en el informe, el juego patológico ya está considerado como un trastorno adictivo en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales. La entidad alerta de que se trata de “una conducta de juego persistente y desadaptativa que genera un malestar clínicamente significativo”. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya lo considera como un trastorno en el control de los impulsos.
Igualmente, y si bien suele aparecer en la juventud, esta tendencia puede llegar a convertirse en un problema crónico. Es decir, “se considera que el problema tiene un comienzo, seguido de períodos de remisión y agudización durante el resto de la vida adulta”. En el caso de España vemos que, en el año 2022, los datos del ministerio reflejan que hasta el 1,7% de la población tendría conductas de juego problemático. Este dato, no obstante, ha disminuido desde el año 2020, cuando el porcentaje era de un 2,2%. Además, hasta un 0,4% de la población mostraría un posible trastorno del juego. El juego problemático, como ya se ha hecho referencia, tiene una mayor incidencia en los casos de las personas que juegan de manera online.
Esta tendencia puede llegar a convertirse en un problema crónico
Si atendemos a qué tipo de juegos online pueden conllevar a un juego problemático, las apuestas deportivas son las más frecuentes. En el caso del juego presencial vemos algunas diferencias. Por ejemplo, las personas que presentan un posible juego problemático juegan a una mayor variedad de juegos destacando las loterías, las quinielas, las apuestas deportivas, las máquinas tragaperras y el bingo. Además, las personas que presentan esta problemática, suelen gastar más dinero. Hasta el 10,5% de las personas con posible trastorno del juego ha llegado a gastar más de 300 euros en un solo día. Pero, además, también se detecta una mayor prevalencia de conductas de riesgo, tales como borracheras, binge drinking, consumo de riesgo de alcohol y consumo de tabaco diario en las personas con estos trastornos.
En cuanto a la población de estudiantes, durante el 2023 se ha observado un aumento del posible juego problemático. “Este incremento se proviene el aumento de la prevalencia entre los hombres, ya que las prevalencias de juego entre las mujeres se han mantenido estables en las 3 últimas ediciones”, se explica desde Sanidad. Por edad, la prevalencia de posible juego problemático aumenta a medida que aumenta la edad analizada, con los estudiantes de 18 años presentando las prevalencias más altas (8,3%). Además, en 2023, “se detecta un aumento de prevalencia en todas las edades analizadas, tras el claro descenso observado en 2021”.
Uno de los datos más llamativos es que la prevalencia de estos trastornos aumenta en los jóvenes. De hecho, el 23,5% de los estudiantes que han jugado online en 2023 tendrían un potencial juego problemático, porcentaje que se sitúa en el 20,5% entre los que han jugado con dinero de manera presencial. En el caso de estas edades los juegos más comunes que presentan una conducta problemática son también las apuestas deportivas (47,4%), los videojuegos (47,3%), y trading o criptomonedas (34,8%).
Se detecta una mayor prevalencia de conductas de riesgo, tales como borracheras y consumo de tabaco en las personas con estos trastornos
En el caso de juego con dinero de manera presencial, el más utilizado entre los estudiantes sería la lotería, primitiva, bonoloto (40,6%) y, sin embargo, para los estudiantes que presentan un posible juego problemático, el principal juego es Slots, máquinas de azar/tragaperras (41,1%). Destaca además la diferencia en los juegos de salas de juego y apuestas deportivas entre aquellos con juego problemático.
En el caso de la cantidad de dinero gastada en este tramo de edad, vemos que ha sido mayor entre los estudiantes que han jugado con dinero online y presentan un posible juego problemático. Concretamente, el 16,4% de estudiantes con estos problemas ha llegado a gastar más de 300 euros en la misma ocasión. En el año 2021 este porcentaje era de un 9,2%, por lo que el aumento es notable. La gran mayoría, un 30,4%, gasta entre seis y 30 euros en la misma ocasión.
Igualmente, desde Sanidad se alerta de que, en 2023 “continúa observándose que los estudiantes que presentan un posible juego problemático tienen unas prevalencias mayores en consumos de riesgo de sustancias que los estudiantes en general”. Concretamente vemos cómo en comparación con los datos de 2021, la prevalencia de los estudiantes con posible juego problemático que más se ha visto incrementado ha sido la de consumo de cannabis, pasando de un 35,2% a un 40,7%. No obstante, esta no es la única conducta de riesgo que se pone sobre la mesa. Observando estos datos, vemos que 41,2% de quienes presentan juego problemático, también incurren en borracheras. El 57,7% practica también el binge drinking, y el 19,9% consume tabaco de manera diaria.