Aumenta el insomnio entre los adolescentes: el 38,5% lo sufre con consecuencias en su salud

Ante este problema de salud pública en la población más joven, el Instituto de la Juventud se ha adherido al Manifiesto de la Alianza por el Sueño, una hoja de ruta para abordar la salud del sueño en España.

Injuve y el Manifiesto de la Alianza por el Sueño se unen contra el insomnio (Foto: Cícero Comunicación)
23 octubre 2024 | 13:25 h
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El sueño saludable es una necesidad biológica vital que permite restablecer las funciones fisiológicas y psicológicas básicas para lograr una vida plena día tras día, siendo esencial para el desarrollo cognitivo, emocional, físico y mental de todas las personas y, en especial, de los niños y los adolescentes. 

Según un reciente estudio epidemiológico de la HBSC del Ministerio de Sanidad y el Ministerio de Educación, en España se estima una prevalencia del insomnio en adolescentes del 38,5% y en los niños menores de 5 años del 30%. La evidencia científica señala que existe una relación bidireccional entre una mala calidad del descanso continuada y crónica, por ejemplo la provocada por el insomnio, y la aparición de alteraciones de salud de diversos tipos: cardiovascular, endocrino, metabólico, inmune, neurodegenerativo y mental, lo que correlaciona directamente con una mayor probabilidad de sufrir patologías graves a largo plazo, entre ellas infarto de miocardio, ictus, diabetes, obesidad, enfermedad de Alzheimer, ansiedad y depresión

Por ello, y con el compromiso de establecer medidas para paliar esta situación, el Instituto de la Juventud (Injuve) se ha adherido al Manifiesto de la Alianza por el Sueño, una hoja de ruta para abordar la salud del sueño en España, donde se reúne a los principales actores en torno a la salud del desa, incluyendo sociedades científicas, profesionales sanitarios, gestores, investigadores, pacientes y empresas, con el objetivo común de mejorar los hábitos de sueño y promover una mejor atención al paciente con problemas de sueño, y muy especialmente insomnio.

“Como sociedad, no deberíamos normalizar que los niños y adolescentes duerman menos de 7 horas y se queden dormidos en las aulas"

La directora general del Injuve, Margarita Guerrero “como sociedad, no deberíamos normalizar que los niños y adolescentes duerman menos de 7 horas y se queden dormidos en las aulas. Entendemos que visibilizar esta dimensión de la realidad juvenil nos permite poner en agenda todos los factores que están afectando a la calidad del sueño, pero también diseñar políticas públicas que mejoren esta situación”.

CIFRAS DE LOS TRASTORNOS DEL SUEÑO

En España, cuatro de cada diez menores de entre los 8 y 16 años, no cumplen con las recomendaciones de horas de sueño de lunes a viernes, una realidad que se acentúa sobre todo en los adolescentes, ya que más de la mitad duerme menos horas de las recomendadas. De esta forma, el 52,4% de los adolescentes van a clase con menos de 8 horas de sueño, lo que repercute en su rendimiento académico y en su capacidad de gestión afectiva y/o emocional. Además, con la edad, el porcentaje de niños y adolescentes que duermen menos de lo recomendado va aumentando.

“Esta situación se intenta revertir los fines de semana, cuando el 48,1% de la población infantil descansa más horas de las recomendadas, lo que es un indicador indirecto del déficit de sueño que sufren entre semana. Esto es lo que se conoce como el Jetlag escolar, que provoca que uno de cada tres escolares pueda presentar síntomas de somnolencia diurna y un cansancio que le impide desarrollar sus tareas y actividades con normalidad y en plenas condiciones”, ha explicado el doctor Gonzalo Pin, especialista en sueño infantil y miembro del Grupo Sanitario de la Alianza por el Sueño.

DESENCADENANTES

Desde 1994 se viene documentando una tendencia al alza en el consumo de hipnosedantes entre los estudiantes de secundaria, con un 19,6% que declaran haberlos consumido en algún momento de sus vidas. “El consumo de estas sustancias entre la población infantojuvenil tiene numerosas consecuencias entre las que destaca la alteración de la arquitectura del sueño, el deterioro cognitivo, las alteraciones en la salud emocional y el riesgo de dependencia y adicción a las benzodiacepinas y otras sustancias. Todo esto impacta directamente en la conducta, perjudicando el rendimiento académico de niños y adolescentes, e incrementando el número de cuadros de inestabilidad emocional en este grupo de población”, ha afirmado el doctor Lorenzo Armenteros, médico de Atención Primaria y miembro del Grupo Sanitario de la Alianza por el Sueño.

En estas ocasiones se produce una hiperactivación cerebral que es lo que quita el sueño

Otro de los desencadenantes de este aumento de casos se debe al mal uso de las tecnologías, especialmente por la exposición a pantallas en niños y jóvenes antes de dormir. La National Sleep Fundation de EEUU, en su estudio Uso de medios a la hora de acostarse y sueño, establece que los adolescentes que usan pantallas una hora antes de irse a descansar tienen una menor cantidad y calidad del sueño y más dificultad para conciliarlo. El doctor Gonzalo Pin cuenta que en estas ocasiones se produce una hiperactivación cerebral que es lo que quita el sueño. 

Por ello, el Manifiesto de la Alianza por el Sueño destaca la importancia de establecer estrategias y enfoques para mejorar la educación, la promoción, la investigación y el desarrollo de políticas para la mejora de la salud del sueño en nuestro país. 

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