Un estudio conjunto de investigadores del Hospital Germans Trias i Pujol y del Institut Hospital del Mar d’Investigacions Mèdiques realiza un seguimiento de los niveles de grasa omega-3de procedencia vegetal de casi un millar de pacientes.
La investigación ha permitido comprobar que una dieta rica en este tipo de grasa se asocia con una mejor evolución de la insuficiencia cardíaca, producida cuando el corazón es incapaz de bombear sangre de forma adecuada hacia todo el cuerpo.
"Aporta evidencia sobre un factor modificable de estilo de vida, el dietético, que se relaciona con una menor mortalidad y necesidad de ingreso hospitalario en contexto de insuficiencia cardíaca. Este es un primer paso para dar a los cardiólogos una nueva estrategia, segura, barata, y accesible, que permita mejorar la calidad de vida de los pacientes con insuficiencia cardíaca", indica Antoni Bayés-Genís, director clínico del Institut del Cor del Germans Trias y coinvestigador principal del estudio.
"Este es un primer paso para dar a los cardiólogos una nueva estrategia, segura, barata, y accesible, que permita mejorar la calidad de vida de los pacientes con insuficiencia cardíaca"
En anteriores trabajos ya se habían tratado los efectos beneficiosos en el corazón de los omega-3, pero la gran mayoría de ellos abordan los omega-3 que provienen del pescado azul. En esta ocasión, los investigadores han analizado una variante que proviene de alimentos vegetales, como por ejemplo las nueces.
El estudio ha cuantificado los niveles de un ácido graso omega-3 vegetal en muestras de sangre de más de 900 pacientes afectados de insuficiencia cardíaca, que han sido seguidos durante tres años después de la obtención de esta muestra de sangre. Durante este tiempo, algunos pacientes han muerto o su enfermedad ha empeorado y han necesitado ingresar en el hospital. Los investigadores observaron que los pacientes con unos niveles bajos de omega-3 vegetal en sangre tenían un 39% mayor riesgo de morir o ingresar en el hospital, cuando se comparaba con los que tenían niveles más altos.
“Poder mirar los niveles en sangre nos da información a dos niveles. Primero, nos ayuda a saber con exactitud el consumo de grasas durante las semanas antes de obtener la muestra de sangre. Segundo, permite identificar mejor quién tendría mayor beneficio de seguir una dieta suplementada con estos omega-3, en cuyo caso no deberíamos ir a tratar a toda la población, sino al 25% de la población con los niveles más bajos”, concluye Aleix Sala, investigador del IMIM-Hospital del Mar y coinvestigador principal del estudio.